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Parte única

2443 palabras, es mi primer os, discúlpenme algún error ortográfico o en la narración, ¡espero que les guste!

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Hoy de camino a la escuela pasé por una nueva florería que abrió, sé que te encantan las flores y no te culpo.
Los hermosos y delicados pétalos eran iluminados por la intensa luz solar, a la vez que estos eran de todos los colores que puedas imaginarte. Decidí llevarte una flor, pero ¿cómo elegir entre tantos matices y exóticas especies?, ¿cómo llevar una que se compare con tu belleza, cuando esta es superior?.
Opté por no llevar ninguna por ahora, al salir de la escuela la buscaré, el joven de la florería pareció entenderme y con una hermosa sonrisa me dijo que lo piense tranquilo.

No puede concentrarme en toda la clase pensando en tí, justamente hoy no habías asistido a clases, espero que te hayas quedado dormido y no que estés enfermo.
En el receso fuí hacia la biblioteca, iba a leer libros de jardinería, más específicamente los que hablaban de las hermosas flores y así poder saber que flor llevarte. Luego de varios minutos y de haberme salteado una clase, me convenció una pequeña flor llamada Clavel, dirías es fue una pérdida de tiempo para luego elegir una flor tan conocida u ordinaria, pero tengo mis razones, verás esta posee una gran variedad de colores y aromas suaves, delicados y voluptuosos pétalos, considerada una de las flores más hermosas mundialmente creo que se asemeja a tí.

Pasaron las demás clases, hasta que pude salir de la escuela, junté rápidamente mis cosas y salí directo a mi destino, la florería en la cual un joven hombre llamando Jungwoo, si mal lo recuerdo, trabaja.
El empleado y yo nos vimos nuevamente, al parecer los dos nos veíamos ansiosos, me preguntó por cual me decidí, a lo que yo respondí con el nombre de la hermosa flor. Sus ojos se iluminaron y se encaminó a buscarla.

Era de un rosa delicado, envolvió una parte de su tallo con papel de diario y me la dió, traté de pagarle, a lo que él negó con una sonrisa en sus labios, le devolví el gesto y salí de el local despidiéndome agradecido.

Corrí hasta tu casa, al llegar toqué la puerta y me escondí detrás de unos arbustos, esperando tu aparición por aquel umbral.
Y así pasó, abriste la puerta, estabas vestido con tu adorable pijama, sin embargo tus ojitos estaban apagados, sin brillo. Me preguntaba que habría pasado para que dejes de iluminar al mundo con tu hermosa sonrisita, hasta que te ví agacharte para recoger la flor y esa carita se iluminó completamente, tus ojos recuperaron ese brillo, aunque sea por unos minutos al igual que tu sonrisa que desprendía un aire de ternura y felicidad.

Te ví mirar por todos lados tratando de encontrar quien te dejó la dichosa flor, no obstante te diste cuenta que era inútil y volviste a entrar más feliz a tu casa. Me alegré por poder ser el que provocó esa sonrisa, pero ¿Debía haber puesto un papel que diga mi nombre o simplemente quedarme en el umbral de la puerta con flor en mano?.

Me encaminé devuelta a mi casa tratando de no hacerle caso a lo que mi mente decía, como de volver a su hogar y decirle que yo le dejé la flor, que lo quiero tanto y no puedo verlo un momento sin ese brillo característico de él, que necesito saber si se encuentra bien.

En mi casa me quedé solo, mis padres se fueron y al parecer mi hermana está en la casa de un amigo, me parece mejor así puedo pensar bien en mí y entender lo que me pasa cuando estoy contigo.
Reposo mi cabeza en el respaldo del sofá, mientras que apoyo mis pies en la pequeña mesita de enfrente y empiezo a peinar mi cabello, como si de esta manera mis pensamientos se fueran aclarando.
Suspiré cuando tu imagen volvió a ocupar gran espacio en mi mente, pero ahora recordando la manera en la que tus ojos me miraban feliz por haberte comprado un helado, o como estos estaban llenos de miedo por la película que quisiste ver, aunque te dije que no, eres un poco testarudo a veces ¿Lo sabes?.