Comunión

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Mis ojos no alcanzaban a entender lo que estaba pasando, aquel zombie fue directo a por mi hermano pequeño, aunque dicha palabra no lo definía bien del todo, pues a pesar de tener 15 años, era casi tan grande como yo, medía 1'80m y tenía tantas fuerzas como yo, el zombie no eligió bien a quien comerse: acto reflejo mi hermano lo golpeó y tiró al suelo, poniendo su rodilla encima de él.

"¡¡¡NOOO... ME JODAS!!!" ¿este niño es que no le tiene miedo a nada o qué?  pensé, "no lo sueltes". Pasé al salón y empecé a buscar, "AQUÍ ESTÁ" , saqué mi espada de la comunión, que a pesar de que no cortaba mucho, era más resistente que un trozo de madera, clavé la espada en la cabeza del zombie y le pedí a mi padre que le sacara un poco de filo con la piedra de afilar, tardó na y menos en dármela de nuevo con lo que parecía un filo bastante peligroso, me daba miedo incluso el cogerla.

Una vez todo resuelto, las familias en casa bien protegidas, salimos hacia nuestro próximo destino, la casa de Compi, pillaba relativamente cerca y una vez avisado, estaría esperándonos desde el balcón: casi amanecía, por lo que la visión mejoraba por momentos y cada vez era mas visible la calamidad que estaba devastando el pueblo.

Aunque no era un pueblo muy grande, éramos conscientes de la población rondaba los 15 000 habitantes, y eso podría ser un problema si la mayoría se convertía, y no solo eso, el pueblo de al lado también sería caos; bajábamos con cuidado por las calles lentamente, y todos habéis pensado lo mismo "¿por qué no utilizáis un coche para moveos?" , siendo sinceros, no es muy inteligente utilizar el coche por las estrechas calles de un pueblo en mitad de un ataque zombie, además lo mejor es que cada uno reservara sus coches para momentos críticos, como trasladar a las familias. 

El camino se estaba haciendo largo, pues el tener que parar en cada esquina para mirar si había algo se hacía pesado, todo transcurría bien hasta que a dos calles de llegar a la casa de Compi, algo pasaba: la calle se encontraba cortada por dos coches que se habían chocado, con la mala suerte de que un conductor de uno de los coches había muerto y ahora era un zombie, y el otro quedo atrapado y estaba rodeado por otros 5 zombies.

-yo- "JODER, no podemos dejarlo ahí"

-JC- "opino igual, hay que ayudarlo"

-Pablo- "pues ya me dirás como lo hacemos"

-Lote- "a ver, el de la espada, te toca"

-yo- "una mierda, ve tú no te jode"

-Jorge- "decidíos pronto, no es por na, pero vienen dos más por ahí arriba"

Antes de poder pensar cualquier estrategia, el cristal del coche empezó a resquebrajarse, estábamos entre la espada y la pared como se suele decir, y cuando me quise percatar JC dio un grito, atrayendo a los zombies, que por si alguien lo olvidaba estos también corrían. "piensa Paco piensa" decía JC, pero que puede hacer un chico de 1'90m y 120 kg, con una espada y cubierto de libros de bachillerato... pues no pensar; salí corriendo de frente contra los zombies, y pues al primero que pillé lo plaqué, este salió despedido por los aires, corrí de nuevo hacia él y le clavé la espada en la cabeza, otro intentó morderme por la espalda, pero esta vez fue mi primo el que, por suerte para mí, estuvo atento y con una pata de la silla de madera reventó al zombie.

 Pablo le había rebanado la cabeza a uno con un cuchillo enorme que tenía en mi cocina, y sin titubear cogió a otro, le pateó la rodilla, cuando lo tuvo en el suelo le pisó el cuello y golpeó la cabeza con el otro pie, mandándola lejos, JC corría despavorido para arriba y para abajo como pollo sin cabeza, y el zombie detrás de él cuando pasó a nuestro lado corriendo: "AGÁCHATE"  se tiró al suelo, y con la espada de la comunión me marqué un HOME RUN. 

¿Zombies, enserio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora