Tres Meses ¦ ShigaDabi ¦ DabiShiga ¦ BNHA

One-shot ¦ Capítulo Único.

AVISO IMPORTANTE: TIENE SPOILERS DEL MANGA.

Si no has leído el manga y quieres continuar, hazlo bajo tu propia responsabilidad.

N/A: Lemon en todo su esplendor.

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Tres meses, tres jodidos meses en los que Dabi no había visto a Shigaraki. Tres meses sin besar esos rugosos y asquerosos labios. Tres meses sin saborear su reseca y pálida piel. Tres meses sin meter su masculinidad en el suave trasero del Gran Comandante.

Y ahora estaban ahí, jadeando, la saliva de ambos mezclándose, mientras se iban despojando de sus prendas, una por una las telas caían al suelo, desparramadas por la habitación del de ojos carmesí. Lentamente rompieron el contacto de sus bocas en cuanto las piernas del mayor toparon con la cama.

—Tan asqueroso como siempre. —Dabi exclamó mientras su mano tomaba la barbilla ajena, acariciando el labio inferior del otro con su pulgar.

Tomura sonrió con lascividad y con ambas mano empujó con fuerzas al pelinegro, haciéndolo caer sobre la cama. Dabi se acomodó en esta, y mirando de la misma forma al líder, se despojó de la última prenda inferior y llevó su diestra a masajear su ya evidente erección.

—¿Vienes o no? —preguntó el azabache manteniendo aquella sonrisa lasciva en su rostro.

Shigaraki terminó por quitar su ropa interior y con lentitud se acomodó a horcajadas sobre el otro.

—¿Tan desesperado estás por coger? —su peso aún no caía del todo sobre el azabache, a lo que este aprovechó de llevar la punta de su erección a fortarse con la entrada del albino. Tomura jadeó.

—Por cogerte a ti. —exclamó al alzar sus caderas, logrando que la punta de su pene comenzara a ingresar en la cavidad de Shigaraki.

—Aah. —un quejido invadió la habitación —¿No encontraste con quien entretenerte en mi ausencia? —las palabras del comandante se iban entrecortando mientras dejaba caer su trasero sobre la erección de Dabi, sacándole a ambos quejidos a la vez que fruncían el entrecejo.

Había sido un largo tiempo sin sexo y Shigaraki podía sentir como el erecto pene se abría paso en sus paredes, quemándole por dentro. Si bien había sido un tiempo en casi total inconsciencia dentro de aquellas cilíndricas cámaras mientras el doctor experimentaba con él, no quitaba el hecho de que su cuerpo había perdido la costumbre de tener al azabache dentro suyo, y sentía el dolor, el ardor, era como la primera vez que lo habían hecho, pero claramente ahora contaba con más experiencia, por lo que se quedó quieto un momento, acostumbrándose a la erección que invadía su cavidad.

—Claro que sí, —bromeó el pelinegro, subiendo ambas manos a acariciar las piernas contrarias. —pero nadie gime mi nombre tan rico como tú.

El comandante frunció el ceño, ¿Dabi estaba hablando en serio? Y no era que estuviera celoso, no, pero la idea del azabache encamándose con alguien más no le agradaba en absoluto. Era suyo, o al menos así lo había proclamado cuando le dijo que no se acostara con más personas o lo obligaría a usar condones cada vez que lo hicieran, y Dabi había accedido a regañadientes, pues Tomura le había amenzado con el hecho de que ahora se enteraría de todo, absolutamente todo lo que sucediera en el Frente de Liberación Paranormal. Y aunque era un pesar no poder follar a gusto, Dabi había accedido, teniendo la certeza de que también él era el único que tenía el placer de follarse a Shigaraki.

—¿Con quién putas te acostaste? —preguntó el albino entre ligeros gruñidos, mientras sus uñas se hundían en la piel contraria. Ahora que había ganado el control sobre su particularidad, tenía la libertad de tocar a Dabi con más confianza, aunque seguía manteniendo el mismo cuidado de siempre.