UNICO

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Cuando el sol se oculta, las sombras van tomando ventaja entre la muchedumbre. Algunas personas temen a la oscuridad, pidiendo que comience rápido el amanecer.

Pero hay quienes aman esa oscuridad que se abre paso cuando el sol se mete. Jeon Jungkook era uno de ellos, él amaba cuando la luna salía a todo su esplendor, su luz bañando su rostro y mientras disfrutaba de ello cerraba sus ojos para poder sentir el viento escabulléndose entre sus dedos, meciendo su cabello castaño y susurrándole una suave tonada en sus oídos.

Jeon Jungkook amaba escaparse de hogar, solo para poder disfrutar de esa bella imagen. Y a pesar de que sabía que estaba haciendo mal, no podía evitar hacerlo.

Hoy, como las otras noches, hizo lo mismo, saliendo a hurtadillas de su hogar, solo para ir a ese pequeño claro. Se detuvo en el mismo lugar para mirar hacia la luna como un loco enamorado.

Sonrió con ternura al ver la infinidad de estrellas que la rodeaban, las cuales parecían pequeños pretendientes tratando de cortejarla.

Después de mirar por un buen rato hacia la luna, bajó su mirada hacia un pequeño tumulto de tierra, donde flores de varios colores brillaban gracias a la luz de la luna. Y sonrió de nuevo, recordándose que ya no había más miedo, ya era un niño grande, y no tenia porque temer a la oscuridad.

No cuando está solo le ofrecía preciosas vistas.

Si hubiera salido unos años atrás solo, tal vez lloraría por tremenda oscuridad. Pero aprendió a vivir en ella, pues era cuando podía escabullirse.

Él tenía en mente que hoy sería la última vez que vería esta hermosa noche en este claro de luna. Tenía que regresar a casa pronto, pero antes grabaría esta imagen en su cabeza.

Aun mirando la luna, se dio cuenta que alguien lo esperaba.

─ ¿Ya es hora? Supongo que sí─ se contestó él solo su propia pregunta.

La persona parada detrás de él no habló, solo esperó con paciencia.

Jungkook suspiró y bajó la mirada para después dirigirla hacia el pequeño tumulto de tierra. Con una sonrisa ladina dio media vuelta para encaminarse a la persona que estaba esperándolo, quien le tendió la mano, Jungkook la cogió sin dudarlo.

De la espalda de esa persona salieron un par de alas, tan blancas como la nieve y tan brillantes como la misma luna.

Jeon Jungkook partió a su hogar en el cielo, donde solo le esperaban cosas hermosas.

Hace dos años, una tragedia embargo a la familia Jeon. Alguien había secuestrado al menor de la familia, sus padres y hermanos lo buscaron por mar y tierra, pero nadie podía encontrarlo.

Fueron hasta seis meses después que lo encontraron, pero sin vida. Sus padres sufrieron en demasía, sus hermanos quedaron desconsolados. Nada volvió a ser como antes.

Jeon Jungkook fue encontrado en un pequeño claro que se encontraba desértico, no había árbol alguno. Era desolador ver esa imagen.

Tres meses después de esa tragedia, diferentes flores y árboles fueron creciendo, diciendo que era un milagro en tierra infértil.

Claro que era un milagro, Dios había hecho eso para que nadie olvidará a ese pequeño que perdió la vida en manos de una terrible persona.

Jungkook ahora era un pequeño ángel de eternos ocho años, amante de la luna.

Fue ese pequeño claro de luna su compañera en las noches oscuras.


FIN....

Cᥣᥲro dᥱ Lᥙᥒᥲ  Os  J. Jk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora