Capítulo 1

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EL VERANO TRAÍA CONSIGO CALOR, pero para Harry era como una brisa de aire frío, porque solo con alejarse de su tía Petunia y el insoportable de su primo, se sentía bien. Los Weasley siempre la recibían con los brazos abiertos y la hacían sentir como si fuese una más de la familia, y ahora, mientras subían el montículo de tierra, Harry no podía estar más feliz de pasar ese verano con ellos, aunque no supiera exactamente a donde estaban yendo. —¿Ron, donde vamos?— la pregunta brotó de sus labios con rapidez, debido a que seguía dormida. Ron a su lado bostezo, mientras Hermione reía junto a Ginny unos metros más adelante y la pelinegra envidio a su amiga castaña, ella no tenía problemas en levantarse temprano.

Ron se encogió de hombros, antes de gritar —¡Papá!— Harry se movió levemente hacia el costado por el grito mientras seguían caminando —¡¿A dónde vamos?!— pregunto en otro grito. Arthur le respondió de la misma manera.

—¡Espera y verás! ¡Y caminen más rápido, llegamos tarde!— gritó. Ambos intercambiaron miradas, Harry frunció el ceño al ver la figura de un hombre debajo de un árbol grande, el cual, se saludo amistosamente con Arthur

—¡Llegan tarde!— reclamó el mayor abrazando al líder de los Weasley.

—Lo siento, traemos un par de dormilones con nosotros ...— dijo el pelirrojo girando su cabeza para dar con Ron y con ella. Harry se disculpó con la mirada. Todos se sobresaltaron cuando alguien se tiro desde la rama de un árbol, se trataba de un joven que parecía un poco mayor que ellos, cabello castaño claro y una sonrisa encantadora.

—El es mi hijo, Cedric...— presentó el anciano, el joven saludo a todos con una sonrisa. Ron bufó ante la mirada de Hermione y su hermana hacia el chico y Harry sonrió. Todos se adelantaron dejándola con el padre de Cedric, aquel que se presentó como Amos Diggory

—¡Tú eres Harry Potter, un honor conocerla señorita!— exclamó Amos. Harry sonrió sin saber bien que decir, se quedaba así cuando la trataban como si fuese una superestrella. Solo era ella. Y ni siquiera tenía consciencia cuando había "vencido" a Voldemort, aquel que esas vacaciones la había atormentado en sueños todas las noches.

—Igualmente señor — respondió la mujer, antes de empezar a caminar con el mayor al lado. Llegaron a la cima de una colina y Harry podía sentir su respiración agitada cuando notó que todos estaban tocando una...¿Bota? Harry frunció el ceño cuando Arthur Weasley elevó su vista y grito su nombre.

La chica se agachó para agarrar la bota y maldijo internamente el no tener el agarre más fuerte sobre ese artefacto. Todo empezó a dar vueltas y rápidamente habían abandonado la seguridad del suelo para sumergirse en un torbellino en el cual, Harry solo podía distinguir las caras de sus acompañantes. Compartió una mirada con Cedric y noto como este la miraba divertido, la situación parecía causarle gracia.

—¡Ahora suelten la bota!— el gritó de Arthur parecía de mentira, Harry frunció el ceño y la voz de Ron sonó en un grito.

—¿Que hagamos qué?— preguntó.

—¡Ahora!— grito esta vez Amos, Hermione fue la primera en soltarse, seguida de Harry, Ron fue uno de los últimos junto a Ginny.

El grito que salió de las cuerdas vocales de Harry fácilmente podrían haberla dejado sin voz, pero se calló cuando su cuerpo impacto boca arriba en el césped del nuevo lugar. La espalda le dolía horrores pero no tanto como las ganas de vomitar que tenían le revolvían el estómago, elevó una ceja sorprendida al notar como Amos, Arthur y Cedric aterrizaba en el suelo con una elegancia impresionante. —¿Qué mierda?— murmuró la pelinegra en voz baja para ver cómo Cedric se acercaba y le tendía la mano con una sonrisa. Harry se preguntó internamente si nunca se cansaba de sonreír. Sostuvo la mano del Hufflepuff con rapidez para levantarse pero se arrepintió en el momento.

Cedric tuvo reflejos rápidos y le sostuvo el cabello mientras Harry posaba las manos en sus rodillas y devolvía lo poco que tenía de desayuno en el estómago. Sintió la risa de Ronald a unos metros y quiso que la tierra la tragara. Cuando se levantó limpio lo más disimuladamente que pudo su boca y le ofreció una mirada de disculpa al castaño, que bochornoso momento.

—Esta bien, suele pasar, más en la primera vez — se encogió de hombros. Harry agradeció que Arthur le preguntará si estaba bien para caminar y todos reanudaron la marcha, con la pelinegra pegándole al pelirrojo que tenía por amigo, aunque los gemelos no la dejaron en paz en todo el camino.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el campamento que rodeaba el mundial de quidditch. ¡El Mundial de Quidditch! Harry compartió una mirada con Ron y ambos sonrieron de la emoción —¡Víctor Krum!— gritaron a la vez. Los gemelos se quejaron, los irlandeses eran mil veces mejor que los búlgaros, y de eso no tenían dudas.

El camino dentro del campamento los maravillo, magos y brujas de cada rincón del mundo que veían con un solo propósito: disfrutar del mundial. Sin embargo cuando se detuvieron frente a una carpa, los gemelos lanzaron un bufido, eso era muy pequeño para todos ellos. Hermione les lanzó una exclamación cuando entraron —¿Qué esperaban?— pregunto, Harry observó maravillada el lugar, la carpa parecía tan diminuta por fuera que no podía creer lo grande que era por dentro, aún así, el señor Weasley parecía avergonzado por alguna extraña razón.

—No es mucho, pero ...— dijo pero Harry le interrumpió.

—¿De que habla señor Weasley? — preguntó —es genial...— dijo, y se sentó en una de las sillas de la mesa, Ron se dedicó a buscar comida en las alacenas del lugar, como siempre. No había nada como el estómago del pelirrojo.

La pelinegra sonrió al ver el panorama, este agradecida con el señor Weasley por incluirla, y sabía que sería un fin de semana espectacular.




















everything i wanted | cedric diggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora