La vida puede ser muy dura para todos, incluso si eres rico o pobre, pues nada es fácil a pesar de tu lugar en la cruel sociedad de hoy en día.
En un gran barrio lleno de gente humilde y de buen corazón, se encuentra una especie de cenicienta, si, d...
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Paulette.
- Aquí tiene, disfrute de la comida - Dejé caer el plato encima de la mesa. El cliente hizo una leve reverencia y me retiré hacia la barra - Al parecer hay alguien que no está de buenas hoy - Alex se encontraba a un lado mío limpiando la barra mientras yo tenía mi cabeza recostada sobre esta.
- ¿Y cómo quieres que esté? Hoy en la mañana me han llamado del orfanato, han adoptado a Belmont, se lo llevarán en una semana. Además, la señora Kurosawa me pidió horas extras con la misma paga -.
- Es que tu también. ¿Por qué no dejas de trabajar para esa señora? Lo único que hace es explotarte. Con otro trabajo vivirás mejor. Con respecto a tu hermano, ¿No me habías dicho que tenías una solución? - Me incorporé al escuchar como la campana de la puerta sonó, dando a entender que había llegado un nuevo cliente - La tenía, encontré algunas pistas em dónde podría estar mi hermano o hermana mayor, pero no me llevaron a nada. Pensaba que a lo mejor podría hacerse cargo de Belmont. No quiero perder contacto con él, así como sucedió con Annette y Babette - Fui a la caja registradora para atender al nuevo cliente. Alex pasó su mano por mi cabeza intentado consolarme, creo que no hay nada que pueda hacerlo.
- Buenos días, bienvenido a la Cafetería Amaya, ¿Qué desea ordenar? - El chico tardó en responder, algo que llegó a molestarme un poco ya que estaba hablando por teléfono, habían dos personas detrás de él. ¿Acaso no ve que tiene personas atrás? - Señor... - Volví a llamarlo pero este seguía hablando como si nada.
Le hice una seña a la persona que está detrás de este tipo para que avance - Hey, amigo... Estoy de primero - El chico puso su brazo impidiendo el paso del señor - Bien señorita, quisiera un té de menta caliente - Lo miré con cara de pocos amigos pero el no pareció darse cuenta de aquello, ya que estaba muy concentrado en su móvil.
- ¡Alex! ¡Un té frío! -.
-Marchando -.
-¡Siguiente! - El chico se movió y dejó el paso para el otro señor que se encontraba detrás de él - Los jóvenes de hoy en día - Simplemente sonreí y tomé su orden.
