━Twenty Nights ; renjun harem

ʜᴜᴀɴɢ ʀᴇɴᴊᴜɴ

—¡Papá, no puedes hacerme esto, soy tu único hijo!—Renjun seguía a su padre por los pasillos de la lujosa casa, aun sin recibir respuesta alguna de su parte.

Lo siguió incluso cuando bajo por las escaleras hacia el gran salón haciendo caso omiso a sus quejas. Vio a su madre que se encontraba sentada sobre uno de los sofás y solo entonces su padre se dignó a responder.

—Y lo hago exactamente por eso, por ser mi único hijo—habló con autoridad como si esas fuesen sus últimas palabras y él debía obedecer pero no se rendiría tan fácil.

—Pero...yo no quiero esto—el castaño buscó algún otro argumento en su mente de forma desesperada—¿No hay otra forma para que seas más cercano con esas empresas-

—No se trata de lo que tú quieras Renjun, ya está decidido—interrumpió comenzando a perder la paciencia.

—¿Acaso dar a tu hijo como una especie de ofrenda no es algo del siglo pasado?Mamá, dí algo—intentó buscar ayuda en su madre pero ella parecía ya estar enterada y también de acuerdo con aquel asunto.

—Renjun, no es tan malo. Al menos eres gay—la mujer tomó un poco de vino tinto de su copa y continuó—Por ejemplo, tu tía era lesbiana y la obligaron a casarse con
un hombre—se encogió de hombros sin mirarlo ni una vez.

—¿Debería alegrarme por eso?—Renjun miró a sus progenitores, deseando que sintieran un mínimo de empatía o siquiera lástima por él a sabiendas de que ya no había mucho que hacer.

—Por supuesto, es un privilegio para ti. Además estoy segura de que son todos unos caballeros—su madre agregó relajada, ¿Era una broma?

—¡Ni siquiera los conoces!—atacó Renjun, el coraje nublando sus sentidos.

—Suficiente, no te atrevas a levantar la voz una vez más—su padre tomó el control de la situación a su manera, golpeando con fuerza la mesa del salón haciendo que un gran estruendo resonara en la habitación.

Renjun se encogió en su lugar asustado por lo repentino de aquella acción, rindiéndose finalmente.

—Ya no puedo decir que no...—agregó su madre por lo bajo manteniendo aquella expresión imperturbable en su rostro.

Una vez que ya había recobrado la compostura, su padre volvió a hablar—No importa cuánto reclames o te quejes, nada cambiará, si yo me casé por obligación tú también lo harás.

En ese momento, el ruido de los tacones de su madre golpeando contra el suelo al levantarse enojada hizo que la mirase. La copa en su mano termino quebrándose contra el suelo y solo algunas gotas del vino alcanzaron el traje a medida de su esposo.

—¡No tienes por qué recordarselo!—apretó ambas manos en cólera—Por cosas como esta nunca te quise—salió del lugar y a Renjun ya nada le sorprendía, esta era un casa de maniáticos—Debí de haberme escapado con el jardinero de mi familia cuando tuve la oportunidad.

El hombre ni se inmuta, solo se limita a sacar un pañuelo del bolsillo de su traje mientras suspira—Llegarán de menor a mayor y mañana será la primera noche, sabes lo qué debes hacer Renjun.

Su voz siempre podía sonar como si todo estuviese bajo control. Todos creerían que él era un hombre calmado, calculador y exitoso, con la vida resuelta hasta el día de su muerte. Claro, eso si tenías el honor de verlo en alguna de esas cenas, donde la gente importante se reune a presumir sobre su vida sin preocupaciones y su familia ejemplar.

—No me desobedezcas de lo contrario— pero solo puedes creerlo porque los que conviven con él, saben la clase de persona qué realmente es—Sabes muy bien lo que pasará—su único hijo pareció entender a la perfección.

Su padre se da la vuelta mostrando la parte impecable de su traje y los pensamientos de Renjun lo comparan con la parte que muestra a la gente.

Lo odia, realmente odia esa voz a la cuál parece no importarle nada.

—Al menos agradece que tienes para elegir y no terminarás atado a una mujer la cuál se la pasa comparándote con un jardinero de cuarta—y emprende camino en la misma dirección que su esposa, dejando solo a su único hijo.

"Para elegir" sonaba como si fuera jodidamente normal que tuviera un estúpido catálogo de esposos.