✧ ocho

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Impulsos verbales

Septiembre

Harry

Entro fatigado al vestuario después de la práctica, todo emocionado. Lo hemos reventado ahí fuera hoy. Todo el mundo estuvo genial. Patinando como campeones. Simplemente... encajando. Incluso el entrenador estaba sonriendo al final, y ese tipo nunca sonríe.

Ganaremos la Copa esta temporada. Marca mis palabras. Infiernos, podríamos haberlo hecho el año pasado si no nos hubiéramos visto obstaculizados por tantas lesiones durante las primeras eliminatorias. Nunca había ganado una Copa antes, y me pregunto si el trofeo es tan pesado como parece. Forsberg ganó uno con Chicago un par de temporadas atrás. Dijo que pesaba una tonelada, pero creo que solo estaba jodiendo.

En la taquilla junto a la mía, Wesley se saca la camiseta sudada, las almohadillas y se deja caer en el banco usando nada más que sus pantalones de hockey. Su pecho tiene una capa de sudor, y su cabello es  un desastre mientras pasa una mano a través de él. Es su mano izquierda, y me echo a reír cuando noto su dedo anular.

—Amigo, ¿cuándo te hiciste eso? —Agarro su mano y le pellizco justo debajo del nudillo, donde ahora tiene un anillo de bodas tatuado en su piel.

—Ay —se queja, empujando mi mano—, todavía duele, hijo de puta. Me lo hice anoche.

—¿Demasiado genial como para llevar un anillo real?

—No, estaba cansado de tener que quitármelo para la práctica, y no puedo dejármelo puesto porque no me gusta cómo se siente cuando estoy usando guantes.

Mal movimiento, amigo —grita Eriksson desde el otro lado. Me vuelvo para ver la expresión de horror en su rostro—. ¿Tienes un anillo de bodas permanente? ¡Jesús! Diviértete explicándoselo a la persona con quien salgas después del divorcio.

Mi mandíbula cae.

—Hermano —digo en señal de advertencia. Es decir, eso estuvo realmente fuera de lugar. Entiendo que Eriksson está pasando por un mal momento, pero Wesley y su hombre son recién casados. ¿El hijo de puta acaba de condenar su matrimonio.

Pero Wesley es imperturbable.

—Esa palabra no existe en mi vocabulario —dice alegremente—. Tomlinson y yo somos para siempre. —Se despoja de sus pantalones y desaparece con el culo desnudo a la zona de duchas.

Le frunzo el ceño a Eriksson.

—Muy mal.

—Lo sé. —Tiene la decencia de parecer arrepentido, frotándose una mano por su barba muy crecida. ¿No se ha afeitado desde la boda? Así parece—. Mierda. Voy a ir disculparme. Es solo... Kara pidió la custodia completa esta mañana.

Mierda.

—Mierda —digo en voz alta.

—Lo entiendo, ¿está bien? Mi horario en realidad no me deja ser un padre a tiempo completo, pero ¿custodia completa? Podríamos haber tenido la custodia compartida. Las chicas podrían haberse quedado conmigo cuando... —Se detiene a pensar, y puedo ser un poquito lento, pero puedo ver su proceso de pensamiento claro como el agua.

¿Cuándo se quedan con él sus dos gemelas? ¿Un par de noches a la semana cuando no tiene juegos? ¿O cuando el equipo está jugando en casa? Tal vez, pero eso significaría dejarlas con una niñera esas tardes que está entrenando. ¿Fuera de temporada, entonces? ¿Unas pocas semanas en verano?

No me gusta decirlo, pero tal vez su pronto-a-ser ex esposa tiene un punto sobre la cosa de custodia.

—Lo que sea —dice bruscamente—. Mi abogado tratará con ello. Necesito ducharme. Apesto.

Good boy (adaptación ; Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora