Era domingo, todavía me acuerdo perfectamente. Ese día mi mamá no tenía ganas de salir, así que inventé, mil escusas para lograr ir. Me dió el permiso de ir y cabe decir que me arregle un poco más, y salí corriendo.
Caminaba nervioso y pensando que seguro no ibas a estar como las otras veces, pero me equivoqué.
Entre con un manojo de nervios al lugar, me fui directo a las cajas y ahí estabas, tan hermoso como te recordaba.
Tus hombros anchos, tus músculosos brazos, tu lindo cabello negro y ni hablar de tu hermoso rostro. Sin dudas eras la persona más hermosa que conocí.
¿Serás igual en lo personal?