Abrí aquella puerta de madera con delicadeza, en la habitación que se encontraba justo en la dirección que apuntaban mis pies, giré la perilla hacia la derecha y al abrirla lentamente crujía, rechinaba, como un centenar de almas atrapadas en el inframundo; apareció una resplandeciente luz blanca inmediatamente y cuando giré un poco mi cabeza hacia la izquerda para evitar lastimar mis ojos con esa destellante luz, escuché una voz...
-Slaín- decía con sutileza aquella voz débil y pacífica.
- Slaín- volvió a repetir aquella voz e inmediatamente giré mi mirada en la dirección que oí aquella voz pero cuando voltee vi una luz de sangre, es decir un destello color tan rojo como el de la sangre, en ese mismo momento cerré mis ojos con terror y desperté.
Mi vista se encontró con las sabanas color carmín de mi cama, me encontraba sentado allí con las cobijas en el suelo, noté enfrente de mí, el espejo que tanto temía mirar por las noches, pues de pequeño siempre tenía el sentimiento de que algún alma en pena pudiera quedar atrapada en los espejos, sin embargo, otra vez esa voz hizo captar mi atención
- Slaín ya es hora- era mi madre en el marco de la puerta blanca sosteniendo una caja blanca forrada de tela, dirigiéndose hacia adentro de mi habitación; cuando por fin llegó a mi cama se sentó, pasó su mano sobre mi frente y habló
- ¿Una pesadilla?- lentamente asentí y pude notar que todo mi cuerpo estaba sudando incontrolablemente
-Vamos mi niño, se nos hace más tarde- dijo mi madre - Si- respondí sin más
Mi madre salió de mi habitación cerrando la puerta, giré mi vista hacía la ventana y observé unos cuantos rayos de luz cruzar por la cortina, bajé la mirada al escritorio junto de mi cama tomé mi teléfono y lo desbloqué mirando la pantalla
-oh no puede ser es hoy- me dije a mi mismo reprochando y maldiciendo aquél dia
Me metí a la ducha y tuve la sensación de un escalofrío, recordé las cobijas en el suelo y pensé en bañarme con agua caliente pues había pasado casi toda la noche con frío.
Salí de la ducha vistiendo un pantalón militar negro, botas cortas del mismo color y una playera blanca. Recorrí la larga habitación hasta llegar a mis perfumes y colonias favoritas, esta vez decidí usar el nuevo que me había regalado mi padre; corrí hacia la puerta. Cuando salí de mi habitación mi madre me gritó a lo lejos - no olvides vestir adecuado Slaín-
- Aaaaagggg- giré los ojos y volví a mi armario, me cambié tan rápido como pude y bajé por las inmensas escaleras hasta el salón principal
Mi madre se encontraba allí junto a mi acomodandome el traje que llevaba puesto - Ya deberías saber acomodarte esto- dijo casi susurrando con una expresión de seriedad
- Perdona madre- respondí apretando mis labios para no contestar de mala forma
- Slaín- dijo mi madre alzando mi barbilla, cuando hice contacto con sus ojos, finalmente dijo - Eres el próximo rey de Maicrown debes madurar- solo asentí e inmediatamente comenzó la ceremonia.
Todos vestían de gala, odiaba estar ahí y sentir ese cargo de ser el príncipe era lo peor que cualquiera pudiera experimentar; pero hoy sería diferente, estaba ansioso por recibir el cetro de mi padre eso significaría libertad. Y no por estar en un castillo la mayoría del tiempo era una tortura pero la magia me fascinaba y ese cetro era todo lo que siempre había querido para tener al menos un poquito de diversión entre estas paredes de piedra llamadas castillo, que más bien parecían carcel para mi.
Empezó la ceremonia y nos encontrábamos ya enfrente de todos los invitados, comenzó una típica ceremonia presentando a mi madre, padre, hermana y claramente yo.
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Red Moonlight 🌹♦️{Emiliaco}
FanfictionUn hechizo nos unió y lo rompimos, pero el amor es más fuerte que cualquier magia existente. -Emiliaco seremos con o sin magia alguna- . . . "unir sus almas para toda la eternidad"