Depresión[Rubegetta]

Cap 20| El valía la pena.

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⚠️Pequeña notita⚠️

Este cap está dedicado especialmente para uno de mis más fieles lectores, Ryo_Suke
gracias por todo el apoyo, espero te guste💖

Si les gusta este Ship háganmelo saber en los comentarios para traerles más, o si desean otro ship también pueden pedirlo, para mis puercos lectores, lo mejor de lo mejor.
Ustedes piden y yo cumplo, GUAPOS!
Sin más que decir

🌸Uzi se despide🌸
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Narra luzu

Miraba aquellos ojos tan oscuros que me miraban con un brillo tan bello que podría dejarme ciego, pero no me importaría hacerlo.

Él valía la pena.

-¿Sucede algo? - pregunto mientras acariciaba mi mejilla, ambos estábamos recostados en mi sillón, habíamos decidido venir para ver una película, pero al aburrirnos habíamos acabado ambos abrazados en aquel cómodo sillón únicamente viéndonos mientras el ruido de la película estaba de fondo en aquel silencio que habíamos mantenido hasta ahora, pero es que con él las palabras sobraban.

-Solo miro tus ojos - respondí sin más - son muy bonitos

Vi el sonrojo en sus mejillas y juraba que mi corazón quería salir de mi pecho.

~Espero no sienta lo rápido que va~

-Los tuyos son más bonitos - respondió y fue mi turno de ponerme muy rojo, y esta vez estaba seguro de que él sentiría mi corazón.

-Gracias - dije aún desviando la mirada - y no lo digo solo por el cumplido.

-¿Entonces porqué lo dices? El que debería agradecerte debería ser yo, de hecho desde que llegue a karmaland tu has sido el que más me ha ayudado - tomó mi mentón para que lo viera - Gracias Luzu.

Mis mejillas ardían más que nunca, tenerlo tan cerca de mí, quería besarlo, quería decirle que me gustaba.

Porqué si, ya hace un tiempo me resigne que aquello era cierto, Auron me gustaba, no se desde cuando, ni cómo pasó, solo se que un día me perdí en su mirada, esos momentos en los que me mira tan contento cuando quiere que le ayude a hacer algo "ilegalisimo", en sus manos cuando me abraza por la espalda y acaricia mis brazos, me perdí en sus tonterías, y aunque la mayoría del tiempo parezca una sopa de veneno, yo sé que es más dulce de lo que parece, y amo que solo yo pueda ser parte de aquello.

Y lo sé, estoy jodido, muy jodido, pero no me importa.

El lo vale.

-Quiero agradecerte por apoyarme con lo de la alcaldía - respondí escondiendo mi cara en su pecho.

Sentí sus caricias parar y como se tensó.

-¿En serio es lo que quieres? Digo.. la alcaldía es muy dura Luzu, no quiero que te estreses por cosas como esas, o que pierdas esa inocencia tan tuya - al escucharlo levanté la mirada y lo vi decido mientras me inclinaba hacia adelante hasta terminar encima de él.

-Nunca había querido tanto algo Auron, se que al principio parecía una broma, pero justo ahora no hay nada más que quiera - al terminar de decir aquello vi cómo sus mejillas cobraron un bonito color y ahí noté la posición en la que estábamos, mi cara volvió a arder - l...lo siento... yo - iba a quitarme, pero entonces sentí sus brazos rodear mi cintura, él me jaló el hasta que mi cuerpo estaba totalmente sobre el, mi cabeza estaba recostada en su pecho y el acariciaba mi cabeza una vez más mientras sentía su corazón en mi mejilla, el cual latía igual o incluso más que el mío.

Aunque seguramente sería imposible que vaya más rápido de lo que va el mío.

-Creo que me gustas - cuando él soltó aquellas palabras, si antes creía que mi corazón iba rápido, ahora podría apostar que saldría de mi pecho.

Sentía que estaba en un sueño, ¿esto era real? ¿Auron había dicho que yo le gustaba? O era solo mi imaginación.

Quería preguntarle si era verdad aquello, o pedirle que lo repitiera por lo menos.

-¿Q..Que dijiste? - me atreví a preguntar luego de unos minutos, aun con el miedo palpable en mi boca, sentí una vez más como el me jalaba e intercambiaba nuestras posiciones estando ahora yo abajo de el, puso sus manos una a cada lado de mi cabeza para no dejarse caer por completo, nuestras narices se rozaron - ¿A..Auron..?

-Me gustas Luzu.

Mis ojos querían salirse al igual que mi pobre corazón.

Lo había dicho, había dicho que yo le gustaba, no era otro sueño en los que nos casábamos y vivíamos juntos, y aunque fuera un sueño, planeaba disfrutarlo.

Él lo valía.

Pasé mis manos por su cuello enrollando mis dedos en su cabello con algo de nerviosismo.

-Tú también me gustas Auron.

Y sin pensarlo mucho lo jale a mi, hasta poder besar aquellos labios que por tanto tiempo había deseado, eran tan suaves, más de lo que había imaginado.

El beso era lento, creo que ambos estábamos esperando que alguno de los dos hiciera algo, que alguien se arrepintiera, pero...

Ninguno lo hizo.

Su lengua pidió permiso para entrar en mi boca y yo no se lo iba a negar, a él no le podía negar nada.

Ambas lenguas comenzaron una batalla, la cual el ganó sin esforzarse.

Sus caricias viajaron a mis muslos en donde inevitablemente solté un gemido haciendo que el pasara sus besos a mi cuello.

Mi punto sensible.

Mis suspiros no se hicieron esperar, mientras él besaba y mordía mi cuello y sus manos se deslizaban bajo mi camisa.

Yo tomé el extremo de la suya y comencé a jalarla, él entendió eso y se levanto solo para sacársela, y pude mirar todo su abdomen.

Me ayudo a sacar la mía y pasó sus besos por mis hombros, dejando una que otra mordida, sus labios acarician de una manera tan deliciosa toda mi piel, la cual ya estaba roja y caliente por sus caricias, sus dientes mordieron mis pezones hasta dejarlos rojos e inchados.

Sus dedos se deslizaron traviesos bajo la última prenda de ropa que me quedaba, sus fríos dedos hicieron estragos en mi ser.

Sentí como libero mi hombría y se dedicaba a acariciarla mientras yo puse mi mano en mi boca para callar mis gemidos, su mano bajo la mía hasta quitarla de mi boca.

-Quiero escucharte y quiero que me veas - volvió a decir con la voz más ronca que antes.

Hice caso y baje mi mirada hasta encontrarla con sus lindos ojos y ver cómo pasaba su caliente lengua por todo mi falo.

Y luego ver su boca abrirse hasta meterse mi miembro por completo hasta el fondo de su caliente boca.

Y eso fue suficiente para que los gemidos llenaran la habitación y yo sonriera mientras veía como el hombre que amaba hacía que mi cuerpo se hiciera uno con el deseo y con él.

Y aunque estaba avergonzado y atemorizado que luego él se arrepintiera de todo esto, no me importó.

El valía la pena.