Un amor de tres

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Hoy era el primer día de clases en la academía, todos los niños iban felices creyendo que después de unos años saldrían siendo los ninjas más poderosos, eso solo algunos lo lograban.

El pequeño azabache fue el primero en llegar a su respectivo salón, lo prefirió así para que nadie lo molestará, aunque realmente no le importaba. Se sentó al lado de la ventana y miro hacia afuera, poco a poco el aula se iba llenando y más ruido había alrededor, fue cuando el azabache miro a la puerta cuando los vió.

Una pelirrosa de bellos ojos jade se encontraba en la puerta observando algo tímida en donde se podría sentar, tras ella un pequeño rubio de grandes ojos azules hacia lo mismo, cuando sus ojos de encontraron todo a su alrededor se desvanecio. Los dos niños que se encontraban en la puerta de acercaron poco a poco al azabache como hipnotizados, hasta llegar a dónde esté y seguir mirándose con timidez.

La pequeña niña reaccionó y tomando la mano del rubio se sentaron junto al azabache, seguían algo nerviosos y tímidos pero por primera vez se sintieron llenos, el vacío se extinguió, volvieron a sentir cosas, les volvió a importar el cariño, pero ahora diferente, solo importaban ellos y nadie más, ni sus padres, ni sus amigos, ni parientes, ni nada, solo importaban ellos y nada más.

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En la hora del receso los tres niños se alejaron de los demás y se sentaron bajo un árbol, la ojiverde se puso a jugar con una pequeña flor que encontró, el ojiazul jugaba con sus manos y cabello y el de ojos ónix jugaba con su polera.

-C...como se llaman?- preguntó tímido el Rubio- y..yo me llamo Naruto U..uzuma...ki

-Sa..Sakura Haruno- dijo la de cabello rosa

-Sasuke Uchiha- hablo bajo el azabache.

Nuevamente se miraron a los ojos, cautivados con los ojos del otro, se fueron acercando poco a poco hasta juntar sus labios en un beso triple. Sasuke se sorprendió por la suavidad de sus labios, amó los dulces y suaves que eran. Se separaron lentamente sonrojados, Sakura se acercó a Sasuke y se sentó entre sus piernas pegando su espalda al pecho de este, a la vez que Naruto se sentaba entre las piernas de ella mirándola de frente, una posición bastante comprometedora.

Sasuke se sentía feliz, ahora sabía que era lo que le faltaba y eso lo alegraba, acaricio el cabello de la chica y del chico que tenía frente a él sintiéndose lleno y satisfecho, ellos eran solo de él y él solo de ellos y nunca más se iban a separar.