Capitulo 1

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— Demi plié , retiré, tendu, un deux trois, gran plié.

— Anda dime que si.

— Sus sous, détourné, mañana tengo que dar clase temprano.

— Es una fiesta que no te puedes perder Giss, por favor acompáñame.

— No lo sé Katy, passe, releve, Lucy sostiene mejor el torso.

— Por favor, acompáñame, es el cumpleaños de Posty, habrá muchos famosos, alcohol, drogas y buena música.

— No lo sé, sabes que no consumo nada de eso. Soy profesora de Ballet, Jess mirada al frente.

— Por favor Giss, hazlo por mí primo Posty, no te perdonaría que no vayas a su cumpleaños.

— Okei, iré. Chicas desde el principio.

— Pasó por tí a las 22 horas, ponte algo bonito y revelador.

— Ya me estoy arrepintiendo de haberte dicho que si.

La clase había terminado, tenía una hora para almorzar, descansar un poco las piernas y dar mi última clase del día: nivel intermedio de danza clásica. Salí de la academia masticando una manzana verde, tomé el metro con mi bolso repleto de ropa al hombro y después de un viaje de casi treinta y cinco minutos llegué a mi apartamento. Estaba cansada, tenía tres horas para arreglarme pero opte por dormir una siesta de dos. Una vez recuperadas las energías, abrí mi closet buscando un enterizo color plateado con brillos, preparé mis Vans plateadas, a la mañana siguiente tendría que dar clases así que no usaría tacones, y me metí en la ducha. Me puse ropa interior acorde a la situación, medias y mi atuendo ya elegido. Sequé mi cabellera rubia, maquillé mi rostro con máscara de pestañas, en los párpados: tonos marrones y resalté mi boca con un color rojo intenso. Preparé mi bolso: goma de mascar, dinero, llaves, perfume y móvil. Estaba lista, sólo faltaba que mi amiga me pasara a buscar.

Cómo era de esperar, la fiesta era en una de las tantas mansiones de Post Malone o como me gustaba llamarle Tintin. Entramos, muchas mujeres ligeras de ropa bailaban en encima de la mesa, los hombres le tiraban dólares mientras inhalaban cocaína. La música fuerte, restos de botellas de whisky por el suelo, no habían pasado ni cinco minutos que ya tenía ganas de irme. Para entrar en calor, dejamos nuestros bolsos en el armario y nos acercamos a unos amigos de Katy, llenaron mi vaso con cerveza pero me prometí tomar sólo una copa.

— GI, VINISTE.— Austin se tiró encima de mí, estaba muy ebrio y cariñoso.

— Feliz cumpleaños Tintin,— dije en su oído — te traje un regalo.

— Ay Gi, no tendrías que haberte preocupado, ¿Un habano cubano? Me encanta, muchísimas gracias princesa.

Luego de guardar su regalo, me invitó a bailar. Nuestras caderas se movían a la inversa de nuestros pies. Pronto el cumpleañero nos dejó solas y seguimos bailando, ya la cerveza se me había subido a la cabeza y estaba más desinhibida. La gente entraba y salía, el aire estaba repleto de marihuana y dólares quemados. El sudor bajaba por mi espalda descubierta, acomodé mi cabello con mis dedos y seguí bailando un rato más, hasta que mi garganta se resecó y me acerqué a la barra a pedir un trago.

— Un gin tonic por favor.— Jugaba con mis dedos sobre la madera mientras esperaba mi bebida, a lo lejos pude sentir que alguien me observaba y estaba en lo cierto, levanté la vista y un hombre de tez morena y grandes rulos estaba mirando en mi dirección, sus anteojos negros ocupaban gran parte de su rostro. Llevaba un saco rojo, camisa negra, corbata negra y pantalón de igual color. Estuve casi cinco minutos observando cada detalle de mi admirador, hasta que me dieron mi trago. Intenté volver al lugar donde mis amigos estaban pero estos habían desaparecido.

— Hola chica Gin Tonic. Aquí todo el mundo se embriaga con whisky o tequila, pero tu pareces diferente.

— Es que no suelo tomar alcohol, mañana tengo que trabajar así que prefiero algo liviano.

— No sueles tomar alcohol y estás en una fiesta de Post Malone, mmmm— mi nuevo acompañante quien tenía una voz muy sensual, bebió de su vaso ocultando aún más los rasgos de su rostro.

— Soy amiga de Posty, lo quiero como si fuera mi primo.— Mi acompañante volvió a mirarme a través de su vaso de cristal— Soy la mejor amiga de su prima, ¿Y tú quién eres?

— ¿De veras que no sabes quién soy?

— ¿Lo siento debería?— Mi acompañante se quitó los lentes, dejando al descubierto sus hermosos ojos café.— Mierda eres The Weeknd.

— El mismísimo The Weeknd ¿Y tú chica gin tonic quien eres?

— Giselle Thompson, ay no puedo creerlo. Mis hermanas son muy fanáticas de tu música.

— ¿Y tú?— dijo acercándose más a mi rostro.

— Emm ¿Bailamos?

— Sería un placer.

Cuando sus manos se posaron en mi cintura, la piel se me erizó. Podía sentir el perfume importado que salía de su cuello, nuestra distancia era tan corta que su sonrisa se veía más grande de lo normal. Sus tez morena resaltaba con las luces de la habitación, acercó su boca a mi cuello y dejó un beso húmedo en él, como acto involuntario me apoyé sobre su miembro, buscando alguna dureza. Bailamos frotando nuestros cuerpos por dos largas canciones, hasta que tomé distancia para llenar mis pulmones de aire.

Sus guantes negros tomaron mi mano, caminamos juntos hasta un sector oscuro y empezamos a besarnos, acortando distancias, frotando con mayor intensidad nuestras cinturas. Gimiendo en su boca mientras su lengua me penetraba. Terminé de excitarme cuando sus manos apretaron mi trasero, cuando pude sentir su erección. Intenté tocarlo por encima de la ropa, apreciar su dureza con mi tacto mientras besaba mis labios y parte de mi cuello.

— Vayámonos de aquí.— Jamás me había sentido con el libido tan elevado, necesitaba que me arrancara la ropa y tener sexo en varias posiciones. Me tomó nuevamente la mano y me llevó hasta su auto. Un BMW de última generación color negro, me abrió la puerta del copiloto y apenas se subió me senté en su regazo. Subió los vidrios polarizados para que nadie se enterara de nuestro encuentro. Sus manos se posaron en mis pechos, con movimientos circulares cabalgué sobre su miembro, nuestras lenguas jugaban a tocarse y rodear cada centímetro de nuestras bocas.

— Quiero llevarte a mi habitación.— Entendí que eso significaba que me bajara de su regazo para que pudiera conducir. Arrancó el motor y con un fuerte rugido salimos disparando fuera de la mansión. Conducía a altas velocidades por las calles de Nueva York, la ciudad de las luces y de las estrellas, podía ver el reflejo de los edificios en sus lentes negros. Bajé el vidrio, dejé que el viento despeinara mi corto cabello. El paisaje se desvanecía a toda velocidad, por primera vez, me sentía libre y llena de adrenalina. Compartiendo un momento tan único con un desconocido, un famoso que probablemente estaba muy drogado y ebrio. Por una noche me liberé de todos mis problemas y me dejé llevar por el placer. El fin de semana había llegado y yo estaba dispuesta a morder esa manzana prohibida.

Call out my name | The WeekndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora