Capítulo uno.

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Su corazón latía a mil por hora.

Sentía como éste podría salirse de su pecho ante sus malas decisiones a tan corta edad.

Aquél "me levanto en cinco minutos" terminó convirtiéndose en una hora por lo que al darse cuenta de esto, no tuvo más opción que correr al instituto pidiendo mentalmente que sus piernas de perro salchicha le sirvieran finalmente para algo.

Metro: a esa hora todos iban al trabajo, estaría demasiado lleno.

Autobús: se puede decir que es la segunda opción de todos los que no alcanzaron subir al metro. Por todos se habla de exactamente T O D O S.

Taxi: el dinero es un gran problema.

Patas: de algo le tenían que servir.

Por más que le metiera nitro no llegaría en 5 minutos lo que recorre en bus cerca de 40 minutos. Sin embargo, eso no lo detuvo no conforme con obtener una mala nota con tanta inasistencia que estaba seguro ya tenía. Podría decirse que un genio se tiene que tomar su tiempo para hacer sus propias cosas.

Su cuerpo volvió a la vida cuando a su vista llegó la puerta de su tan 'amada' aula llena de sus tan 'amados' compañeros de curso.

Un poco más.

Entró en el aula como Juan por su casa exhalando e inhalando con gran rapidez mientras su pecho se inflaba de la misma forma. Y ni mencionar su rostro lleno de gotas saladas de sudor, no quería ni imaginarse como su ropa se encontraría.

— Señor Han, llega tarde —anunció el viejo profesor de matemáticas sin prestarle la suficiente atención como para voltear a mirarlo—.

— Lo siento, profesor. Anoche estuve cuidando de mi madre y-...

— Sus problemas personales no son de mi interés —interrumpió antes de que siquiera pudiera dar una explicación lógica sobre su llegada tarde—. Retírese que a mi clase no entra.

— Por favor. Le prometo que no volverá a pasar.

— La puntualidad es primero y usted más que nadie lo sabe.

— No volverá a pasar —repitió comenzando a perder los estribos.

— Si lo dejo pasar aún cuando llegó tarde ¿qué es lo que harán mis demás alumnos? Exactamente lo mismo.

— Pero yo tuve unos problemas anoc-...

— ¿Insinúa que usted es el único que tiene problemas?

— N-No y-yo sé qu-...

— Una vez más vuelve a llegar tarde y olvídese de pasar mi materia, señor Han.

— Gracias, profe.

Inhaló profundamente una vez pudo encaminarse a su asiento, por alguna razón había olvidado completamente como se respiraba.

Divisó a uno de sus amigos a poca distancia de donde se encontraba, por supuesto que no demoró en buscar un asiento cerca de él mientras que a su vez secaba las gotas de sudor de su frente.

La misión fue un éxito.

— ¿Estás bien? —murmuró el castaño de su mejor amigo tendiéndole una botella de agua al pelinegro, justo lo que necesitaba.

Tomó la botella bebiendo un poco de ella solo para calmar su sed.

— No había transporte público —siendo lo único que pudo emitir formó una mueca con sus labios.

Procedió a sacar lo necesario para esa clase justamente para apuntar todo lo que de seguro el profesor ya había dictado.

— Debería-...

El sonido de la puerta siendo nuevamente abierta cortó a su amigo llevándose la atención de todos los presentes en el aula, más que nada del espécimen femenino aka las mujeres.

— Motivo de su llegada tarde —inmediatamente atacó el profesor.

— Mi alarma no sonó. Lo siento mucho, profesor.

En cambio de a Jisung, esta vez al escuchar la voz perteneciente al diablo con patas el profesor le colocó la mayor atención posible cambiando su gesto de anciano que odia la vida por uno de amabilidad.

— No se preocupe. Pase a su asiento, señor Hwang.

El chico alto de cabello castaño, andar de príncipe y rostro de engreído ingresó al aula con una sonrisa de yo-no-rompo-ni-un-plato que Jisung juraba era fingida. No le creía para nada a ese sujeto.

Como si leyera sus pensamientos el castaño conectó miradas con él, ensanchando aún más su sonrisa de vago. Y Jisung podía jurar que ahí había alguna mínima pizca de burla.

— Tranquilo, fiera. Vas a romper el lápiz —interrumpiendo el contacto visual Seungmin se encargó de sacar el desafortunado lápiz del agarre fuerte y macizo de la mano de Jisung.

...

— ¿Cómo es posible que a él no le diga santas barbaridades que el profesor me dice a mí por llegar tarde por razones justificables?

— Es la quinta vez que te quejas de eso.

— No me cabe en la cabeza —continuó como si Seungmin no se hubiera quejado—, seguro que aquí hay algún tipo de jerarquía en donde el asqueroso de Hwang Hyunjin está en la cima y el lamebolas del director debajo de él.

— Sabes quién es su padre, ¿no es así?

— Igualmente no me parece justo que solo porque su padre sea una persona 'importante' —añadió dramatismo con sus dedos— él obtenga estos beneficios. Se trata de igualdad. Porque las mujeres en su momento no obtenían derecho al voto pero aún así ell-...

— Jisung.

— No, Seungmin. Alguien debe de poner esa cara asquerosa en su lugar. Hwang es un aprovechado, engreído, egoísta, cerdo y asqueroso.

— Jisung.

— ¿Qué demonios se cree obteniendo todo a su favor?

— Jisung.

— Es un maldit-...

— ¿Qué hablabas de mí? Creí que a esta edad todo se arreglaba de frente.

Jisung guardó silencio rápidamente temiendo un poco por su vida. Estábamos hablando de una persona importante que probablemente podría ser un narco en secreto y que en cuanto su hijo le diera la señal de acabarlo, lo haría sin rechistar.

No. Jisung es un hombre. Jisung no se deja intimidar por un cerdo engreído.

— Lo que oíste, niño mimado.

— Él no quiso decir eso, solamente está bromeando —se excusó rápidamente Seungmin soltando una risita nerviosa poniéndose entre ambos cuerpos.

— En ningún momento dije que estaba bromeando.

— Sí, sí lo dijiste, querido amigo —tomó por la cintura al pelinegro sujetando esta con fuerza y posteriormente lo colocó encima de su hombro.

— No, bájame.

— Debe haber comida muy rica en la cafetería.

— ¡Kim Seungmin, déjame pelear con ese niño mimado!

— Creo que compraré esta vez un refresco de manzana, tengo muchas ganas de uno.

— ¡Aún tengo muchas cosas que decirte, cerdo asquer-...! —se vió interrumpido por la pequeña mano de Seungmin cubriendo su boca.

— Deberías de pedir un refresco de manzana igualmente, Jisung —continuó ignorando a su mejor amigo mientras buscaba salir de ahí lo más rápido y antes posible.

↳ Deberías bailar mejor ; hyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora