Capítulo cuatro.

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El tiempo había transcurrido más rápido de lo que a Jisung le hubiera gustado que pasara. En un abrir y cerrar de ojos se había graduado del instituto, eso tenía que ser una buena noticia pero no lo era.

Seungmin no le había hablado ni una sola vez en lo que restó del ciclo escolar y las pocas veces que lo veía era siempre a un lado del niño mimado. No podía mentirse a sí mismo, despreciaba con todo su corazón a Hwang Hyunjin por quitarle al único amigo que logró hacer en la escuela por su ansiedad social. No entendía qué era lo que le había dicho como para obtener que nunca más le hablara.

— Cariño —justo después de tocar la puerta su madre apareció detrás de ella— ¿te sientes enfermo? Te noto muy decaído.

Abrió los ojos solamente para observar el semblante preocupado de su madre, trató con todas sus fuerzas de sonreír pero más que una sonrisa apareció una mueca en su rostro.

— No, mamá. Estoy bien, solo que las personas de mi edad se sienten así muy seguido.

— ¿Seguro?

— Muy seguro.

— Chan habló hoy, dijo que no respondías sus llamadas —su madre tomó asiento a un lado de él en la cama, guiando poco después su mano hacia la cabellera negra de su hijo para repartir caricias—. Sé que no quieres decirme que pasa pero tampoco quiero presionarte.

— No deberías preocuparte por estas cosas.

— Pero soy tu madre e igual lo haré. Me gustaría que salieras a ver a Chan, él ha estado muy preocupado por ti y desde que te graduaste no has querido salir a ningún lado, eso no te hace bien.

— Ahora no tengo muchas ganas de salir si soy sincero.

— Perfecto, le diré que pase por ti en media hora.

— ¡Pero, mamá!

— Por una pequeña depresión no vas a desperdiciar la oportunidad de cumplir tus sueños de rapear y componer, hijo. Sería una mala madre si lo permitiera. Date un baño que hueles fatal.

Y sin decir más aquélla mujer sonriente desapareció por la puerta, tampoco era que le podía negar las cosas a su madre. Cuando se trataba de ella era muy débil.

Como su madre indicó tomó una ducha tratando de olvidar por completo el tema de Seungmin y sus problemas con él. Tomó una de las tantas sudaderas que tenía y se la colocó para finalmente tratar de peinar un poco su cabello con sus propios dedos.

Ver a Chan (y por supuesto a Changbin) significaba tener que poner una buena cara. Le había gustado pasar todo el tiempo en su habitación ya que no tenía que poner buen rostro a nadie, podía estar solo él con su tristeza.

— Cariño, Chan llegó —escuchó a su madre gritar desde la planta baja.

No intentó sonreír pero al menos intentó no poner una cara larga como la que había estado teniendo todos los días.

Su rostro cambió rápidamente a uno de sorpresa al ver algún tipo de camioneta un tanto grande que por lo que veía tenía más de ocho asientos, la camioneta más grande que en su vida había visto, de ahí saliendo un Christopher con una sonrisa de oreja a oreja y detrás de él un Changbin adormilado. Ante las señas de su hyung subió a la camioneta saludando antes amablemente el conductor para después tomar asiento entre ambos chicos.

— ¿Qué tal?

— ¿Qué es esto?

— Es el auto de la empresa.

— ¿IREMOS A LA EMPRESA? DEBISTE DECIRME, NO ESTOY PRESENTABLE. CREÍ QUE IRÍAMOS A TU CASA.

— Estás perfecto, guapo —el adormilado Changbin le guiñó un ojo torpemente.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2020 ⏰

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↳ Deberías bailar mejor ; hyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora