Rompecabezas

Prologo

La vida es un rompecabezas es complejo, com piezas complicadas, grandes, MUY grandes, como aquellos que divisas a la distancia en las tiendas, largos y anchos , mas anchos que el rompecabezas mas grande del mundo de 24,000 piezas que a Eric Smith de 74 años le tomo mas de 6 meses en completar y mas largo que el Burj Khaliffa localizado en los Emiratos Arabes Unidos. 

Con decir tanta información podrían decir que soy una experta en el tema, más no lo soy, soy solo una chica de 16 años con una mente amplia, intentando explicar las razones de porque debería estar aquí, en la existencia, más aunque aún no pueda decir que me considero una experta en el tema, aun así soy buena y aun con mis pocos años de experiencia, puedo concluir que a este rompecabezas al que llamamos vida tiene tres opciones.

 Opción 1: Terminar 

 En esta opción te tomas tu tiempo, te relajas y piensas como resolverlo, alcanzando que este ésta ubicado en su respectivo lugar, con sus respectivo alrededor que juntos formen una hermosa pintura. Usas esa vosesita a la que algunas personas llaman inteligencia emocional, la más importante de todas las inteligencias, por lo menos eso dicen mis padres.

Opción 2: Renuncias 

 Empiezas emocionado como cualquier persona al intentar algo nuevo, pero cuando las cosas se ponen difíciles, a la segunda si es que no es a la primera te rindes, dejas el rompecabezas a medias, pudriéndose en tu sala, esperando a ser terminado pero con la sabiduría de que no regresaras, aun así los veras todos los días y te enojaras contigo por no haberlo terminado y le coges rabia, culpas a todos de no poder y te desases de el, para no sentir más culpa. Nadie te culpa es normal sentir eso solo que tienes que aprender como manejarlo, pero aun así ya es tarde a hora te arrepentirás y pensaras en aquella cosa que te detuvo siempre. 

 Opcion3 : No empezar 

 Lo ves en la tienda, lo examinas, llegas a la conclusión de que estaba muy complicado para una persona como tú, no puedes, no podrías, no podras y cual es el punto de torturarte a ti mismo si no puedes. Lo ignoras, ese pasillo con el rompecabezas nunca paso, nunca empezó y por ende nunca termino. Te dejas caer en tu cama en la noche con ese sentimiento de que te hubiera gustado poder llevarlo y resolverlo, pero según tú no puedes.

Piensa es esto que te acabo de dictar y dime, tengo o no tengo razón. LA VIDA ES UN ROMPECABEZAS. Saben por que los llaman ¿así? Es una metáfora, es esfuerzo mental y cual es el punto de esforzarse cuando no se te fue pedido, cual es el punto de trabajar el doble cuando piensas que no obtendrás nada de este. ¿Cual es el punto? 

 Por que creen que la única gente que compra rompecabezas es emocionalmente inteligente. Ellos saben que el esfuerzo siempre habrá necesidad, por que todo tiene una razón y no por que Dios mande, hasta los ateos en algún momento se darían cuenta que todo tiene una razón, hasta la ciencia lo prueba. ¿Pero cual es el punto? 

 Esa respuesta es diferente según la persona con la que hables. Yo amo los rompecabezas, me gusta pensar que cualquier problema que allá en medio de mi vida lo es, que tengo que pensar donde encaja cada pieza, que se sienta cómoda y este en su lugar, pero aun que ame estos largos juegos de uno o familiar, el rompecabezas de la vida no lo entiendo y eso lo odio. 

 No entiendo por que mi rompecabezas amoroso no encaja, no entiendo por que Mark me engaño, no entiendo por que mis padres me ven como una zorra mentirosa, no entiendo por que la mitad de mis amigas son falsas, no entiendo por que la primera vez que sentí lo que nunca antes había sentido con alguien tenia que desaparecer. Por eso no lo entiendo, por eso lo odio.

No estoy diciendo que odie la vida, ni que odie a mis alrededores, llenas de personas que a hora llamo desconocidas, solo odio que apeste. Cuando tenia 5 años todo era tan fácil, nada era espinoso, complicado, nada era enredado. Todo era inocencia, sin embargo era feliz, no tenia la necesidad de reir de estupideces par al menos sentir gozo dos veces a la semana, no tenia que mentirme a mi misma de que el rompecabezas aun era de 20 grandes y sencillas piezas, que se podían moldear a mi necesidad, pues en ese entonces aun lo era. Tan fácil que lo resolvería en un abrir y cerrar de ojos.