Uno realmente no sabe cuando lo perderá todo.
Perder a esa hermosa persona que siempre estuvo para ti.
Esa maravillosa persona que te amo más de lo que podías creer.
Mi amor.
Te contaré una historia.
Una penosa historia de amor.
En la que un hom...
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— Te gusta mucho jugar con mi mano, ¿eh?
Dije, a un lado de la camilla sentando tranquilamente mientras que Luzu jugaba con mis dedos como si se fuese un niño. Este al acercar mi mano hacia su mejilla, cerro lentamente sus ojos disfrutando con encanto mi calor y luego la beso riendo en el momento.
— ¿Sabes? Es maravilloso sentir el calor de tus manos.. Las mías lamentablemente perdieron ese pequeño calor, ya no puedo sentir nada más que fr-
Y sin dudarlo, me acercarme más hacia él agarrándole amabas mejillas y dándole un cálido beso en la frente, sonrojandolo levemente. Joder. su carita no podía ser más perfecta; ver esa hermosa piel blanca como la porcelana coloreandose de un suave rojo lo hacía ver como toda una muñeca. Tragué saliva, y un poco nervioso pensé en muchas cosas que tal vez podrían cambiar mi camino; pero..
— ¿A-auron? hehe, ¿q-que pasa?
Me dijo entre unas lindas risas haciéndome reaccionar y sacandome de ese pequeño hoyo llena de dudas. oh cielos.
— N-nada, mejor vuelve a descansar. Es muy tarde como para estar despierto.
Dicho eso, volví a mi puesto viendo con claridad como Luzu se acomodaba en la camilla para luego cerrar sus ojos y descansar.
Hoy, era un día cualquiera. Luzu tenía 28 días con vida.
