Única parte.

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Dos cuerpos escondidos en un rincón. A simple vista parece solo una pareja abrazada, besándose un poco, pero si ves bien, más parece que se están comiendo toda la jodida boca. Y es que me estoy fundiendo en un caliente beso, que de beso ahora tenía poco, con un maldito extraño. Dientes chocándose, lenguas enredadas y saliva por nuestros mentones y al parecer mejillas, se hacían presentes.
Todo era tan exquisito, tanto como el magnífico adonis que tenía pegado a mí.

No recuerdo tanto cómo hice para llegar a hasta acá, acorralado entre lo que parece ser un chico y una pared. Dios, se supone que este es mi día, que todo saldría bien, que regresaría a mi hogar temprano para desearle las buenas noches a  Somi. Me había prometido que ella también regresaría temprano por mí, porque mañana es una día especial para ambos y el estar acá con un rubio a media noche, frotándonos los problemas que empezaban crecer entre nuestros pantalones, me estaba atrasando mucho. Joder que tenía que regresar a casa y poder dormir para despertar con todos los ánimos mañana. Pero su boca es tan exquisita, me estaba tentando al hacerme sentir su gran miembro atrapado en sus skinny jeans negros y ¡me estaba gustando la idea de tan solo verlo!

No es mi intención. Solo quería experimentar. Horas antes había cogido una bebida en la barra de ese relajante bar, ignorando a mis amigos que exigían que cogiera una botella completa de una vez, pero solo quería despejarme la cabeza y disfrutar correctamente esa noche, tenía que regresar a las diez a casa, pero no iba a desperdiciar esa gran salida, claro que no. Así que con mi vodka sabor fresa en mano, me dirigí a la pista de baile. Una canción que nunca en mi vida había escuchado se escuchaba a no tan fuerte volumen, me movía perezosamente hasta perderme entre el montón de gente que había ahí. Moviendo mis caderas y mis brazos lentamente para no tumbar mi trago, llamé la atención de un gigante de cabello rubio sin saberlo realmente pues yo solo quería bailar y divertime a mi manera. Él acarició mi cintura por detrás mío, mi piel se erizó ante la nueva sensación, dado el visto bueno, el desconocido se abrazó a mi cintura, quitándome el vaso que aún tenía un poco de vodka y bebiéndose lo que quedaba de un solo trago, me giró. Y por un momento creí que el alcohol se me subió rapidísimo a la cabeza porque el chico se me hacía demasiado guapo, con una maldita cara vacilante haciéndolo mil veces caliente con ese conjunto de ropas negras que resaltaban su piel de nieve. No debo pensar en eso. Juro que estoy perdiendo mi cordura de tan solo verlo.

Lo miré con un toque de confusión, sonriendo al ver cómo se relamía sus delgados y rojos labios que se me hacían apetecibles en esos momentos, oh Dios, en qué mierda estoy pensando. Sacudiendo un poco la cabeza, solté una de mis aclamadas sonrisas, las que dicen parecen las de un ángel, sólo quiero ponerlo a prueba. Apretó su agarre en mi cintura, diciéndome.

— Déjame llevarte a otro lado, lindo.

Y sólo pude reír, mordiendo mi labio inferior al recorrerlo una vez más con la mirada, sintiéndome facinado por los lunares de su maravilloso rostro. Jugueteando con sus brazos, repito en mi mente “irás a tomar unos tragos con él, intercambiarán números y me ayudará a pasar esta noche”.

— ¿Por qué debería irme contigo?

No estoy acostumbrado a este tipo de proposiciones y ahora creo que eso sonó más a pregunta inicia rollos más que una invitación para irme a beber con él. Mierda que no estaba ni cerca, que es lo contrario. Pero es que el maldito piercing que tiene en sus labios me atrae mucho la atención, ¿cómo se sentirá en la boca? Tengo curiosidad por él, por sus jodidos labios y qué sabor tendrán, si serán tan suaves como los de una chica o simplemente no son nada de otro mundo. Me llama la atención, agh recuerda, debo regresar temprano pero quiero divertirme.

— Te haré pasarla bien, no hagas muchas preguntas.

Pero joder, que hasta su gruesa voz me estaba encantando. Un último día de libertad, una noche para pasarla bien, no suena nada mal con la mismísima fruta prohibida como lo es un hombre (este hombre) ahora mismo. Sólo quiero experimentar. Me da curiosidad, ¿me gustará el sabor metálico de su piercing en mi boca?

Nomin; 𝖎 𝖐𝖎𝖘𝖘𝖊𝖉 𝖆 𝖇𝖔𝖞  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora