- Sabes que tú serás el que más sufra Alastor.
- Eso ya no me importa.
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Al escucharle decir esas palabras mi expresión seguía siendo indiferente, pero en mi interior el recuerdo me invadía - es tu decisión, no digas que no te lo advertí- siendo el soberano absoluto de las ruines almas pecadoras que habitaban el infierno, ser ajeno a los sentimientos y emociones era totalmente indispensable.
Regresando a mi pasado cuando mis deberes no ocupaban todo mi tiempo, disfrutaba del tiempo libre creando más espacio en el infierno, lugares donde las almas de los pecadores estarían pagando su condena por sus acciones maliciosas en el mundo mortal.
Aunque eso fue hace siglos, cuando mi existencia estaba dedicada a ser el soberano del infierno, fue ahí cuando ir al mundo mortal era un pasatiempo que empecé a disfrutar más, los humanos eran interesantes y divertidos, siempre me sorprendía la crueldad que podía alcanzar su corazón, si los guiaban por el camino correcto serían buenos prospectos para hacer del infierno más emocionante.
Lilith así lo deseaba, el infierno era la página en blanco que ellos dos pintarian, sin embargo como antiguo angel en el cielo aparte de sorpresa no podía evitar sentir desprecio por esas almas que vivían en pecado, mi esposa era humana así que no podía exigir su comprensión entera, el cielo tampoco era tan limpio como se predicaba, aún así siempre estuvo a mi lado, podía sentirme algo consolado, pero el dolor y la decepción continuaba en mi.
siendo esto así viajaba cada vez más en mi tiempo libre al mundo mortal, hacer esto despejaba mi mente, no todo era absolutamente malo o bueno ahí, claro que para viajar al mundo mortal no era tan sencillo, siendo yo el amo del infierno, debía tener cuidado de cómo presentarme ante los humanos, después de todo estos viajes no era solo de diversión.
Tenía que encontrar personas de ambición fuerte, con sed de venganza o deseos de poder, mientras más codicioso sea el camino de un mortal más maldad habría en su corazón. Luego se establecería el "contrato" que consistía en yo dándoles el poder para conseguir lo que querían y a cambio me ofrecían lo que yo pidiera, en su mayoría, su sumisión cuando llegaran al infierno y energía negativa con el que ganaba más poder.
La energía negativa lo conseguían de los que ellos llamaban "sacrificios" para sus ambiciones, las almas de estos "sacrificios" no podrían ir al cielo o pagar su condena en el infierno estarían atados a la persona que los sacrificó y toda la energía que pudieran haber tenido sea buena o mala pasaría a su amo, en fin mientras más sacrificios pudieran darle más fuerte sería él, al final él no perdió nada.
Lo único que nunca les decía es que si hacían un contrato con él sus muertes no podrían ser tranquilas incluso después de llegar al infierno seguiría sufriendo por el peso de las almas condenadas, bueno él siempre decía antes de iniciar el contrato si estaban dispuestos a todo y nunca recibió una negativa así que los que hacían el contrato con él sólo podían aceptar su destino.
Conoció muchos personajes resaltantes, Reyes emperadores y militares destacados como Calígula, Atila, Yang Guang, etc.
Todos fueron personajes únicos que gracias a su ayuda lograron resaltar en la historia, sin embargo, ninguno de ellos se comparó al que conoció en Inglaterra en 1890. Un chico simple nada resaltante pero con un destino muy intrigante alguien que marcaría un antes y después en la historia, aunque nunca quedará registrado al menos no con su verdadero nombre.Alastor.
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.Nos vemos en otra sintonía.
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El fruto prohibido (Alastor y Lucifer) Hazbin Hotel
FanfictionUna idea que quise escribir desde que vi el capítulo y los fanarts, amo a está pareja. ❤🍎❤🍎❤ está es mi primera historia publicada, aunque es mas sólo una conversación entre los personajes.