SAD... muy sad.
¿A caso solo por ser un omega merecía vivir así?
No... pero ahora ya no sentirá nada.
Todo acabó.
Advertencias:
-Cambios de personalidad.
-Llevar clorox si decides leerla.
Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Kohei Hori...
La oscura noche oculta la débil figura que se sostiene parado en el borde de un puente.
Narra Izuku
Veo las aguas calmas seguir su curso. Verlas me tranquiliza, dejo que fluyan los recuerdos, aquellos oscuros recuerdos que me llevaron a esto...
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Mi infancia... marcada por ser un "inútil omega" ¿Cuántas veces vi llorar a mamá? No lo sé... Ella estaba preocupada por mi futuro ¿cuál futuro? Nunca lo tuve.
¿Cuántas veces me golpeó mi padre? Cómo podría haber llevado la cuenta... si aún lo hace. Sólo las marcas en mi pálida piel son la constancia de sus maltratos.
Papá... lo siento, nunca pedí ser un omega... una "puta barata" como tú me llamaste.
Mamá... lo siento, tu sonrisa se apagó por mi culpa.
Sé que me merezco el dolor.
Nunca olvidé... a los 8 años, cuando vi tu cuerpo sin vida en tu cama, al atreverme a entrar al no recibir respuesta luego de gritar por horas tu nombre afuera de la puerta.
Allí perdí toda esperanza, mi alma se quebró... acepté que nunca sería feliz.
¿Por qué tomaste esas pastillas, mamá?
Lo siento... fui un cobarde en ese entonces, fui incapaz de terminar con el motivo de tus preocupaciones y de tus peleas con mi padre.
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Mi vida sin mamá...
Golpes, hematomas, el sabor férreo de mi propia sangre, la mediocre alimentación que recibí viviendo solo con él, hicieron de mi un omega desalineado y el más escuálido de la escuela.
Maldición... la escuela.
Quizás si hubiera tenido un amigo, un buen maestro, solo... alguien.
Si alguien me hubiese escuchado o tan siquiera notado mi sufrimiento... pero no hubo nadie.
Cada día recibí humillaciones, golpes, nuevas heridas... cada día fue tan gris y triste.
¡¿Acaso sólo por ser omega no merecía vivir?! ¡¿Por qué nunca pude sonreír?!
