ʟᴏ sᴇ́

1.5K 154 125
                                    

Ver la sonrisa de Alex por las mañanas se había vuelto uno de mis conceptos favoritos, ambos ahí tumbados en la cama de su habitación luego de haber pasado una agitada noche en el trabajo. Admirar el rostro que se haya debajo de su típico casco de Star Wars es algo fascinante ante mis ojos, junto a su cabello color negro que se hallaba desordenado sobre la almohada y sus ojos de iris oscuras brillantes mostrando algo de cansancio por recién despertar.

Nos preparamos y vestimos con nuestros uniformes para luego bajar de la colina donde está su casa e irnos a trabajar a la comisaría, sería un día lleno de papeleo y tal vez una que otra persecución policial. Estábamos conversando tranquilamente hasta que decidí caminar más deprisa y llegar al pie de la escalera, abrí mis brazos y los extendí en su dirección dándole a entender a mi novio lo que quería que hiciera, poco después sentí un peso extra e involuntariamente nos hice girar, para luego caer al piso debido al mareo.

Entre risas y con el intento de recomponerse nos sentamos, con nuestra mirada en dirección a un molino destruido. Bien, ya teníamos un trabajo para ese día.

Llegando a la estación de policía nos dimos cuenta que sería un día pesado, aparte de la destrucción del molino habían entrado a robar tanto en las casas del pueblo como en establecimientos, quejas al personal que se encarga de los patrullajes nocturnos por no hacer bien su trabajo, atentados en contra de mis hermanos oscuros y otros habitantes de Karmaland.

Entre ir por las casas que recibieron atentados recabando información para resolver lo ocurrido a través de preguntas de rutina y luego todos los papeles que tuvimos que redactar comenzó a caer el atardecer, archivamos los casos resueltos y los que no, fueron guardados en mi mochila para ir a terminar de analizarlos en casa de Alesby.

Como todavía me parecía temprano, agarré la mano de mi pareja y lo arrastré a comprar helado, al ver el lugar se encontraba vacío decidí que lo mejor era quedarnos, aunque Alex opinaba distinto.

—Vamos Alesby, sólo será un momento, por favor —le supliqué con mi voz más convencedora, pero sus ojos que ahora eran visibles por haberse quitado el casco delataban su próxima respuesta.

—Nada de Alesby esto o aquello, Fargan. Jimmy se quedó sólo en casa y sabes que odio dejarlo solo demasiado tiempo. —exclamó cruzando los brazos de una forma que me pareció tierna en conjunto con su ceño fruncido.

Solté un suspiro bajo detonando mi tristeza, quería pasar un pequeño rato con mi novio en una cita simple pero igual significativa, sin embargo, sabía que tenía razón, Jimmy era consciente que antes de que el cielo dejará de estar claro nosotros ya llegábamos y entraba en modo Jimmy sad si no nos veía.

Organicé nuestras cosas y me acabé el helado rápido para que no causara problemas más adelante, mientras tanto sentía la mirada fija de Alex en mí. Al acabar miré a mi chico que todavía me seguía mirando fijamente, y sólo alcancé a sonreír; con prisa salimos del establecimiento y como Alesby no estaba a mi par giré la cabeza hacia atrás y vi como acomodaba su casco en un bolso que llevaba e hizo una seña para que dirigiera la vista al frente, así lo hice para luego sentir unos brazos rodearme el cuello y un peso extra pero nada que no pueda soportar, para asegurarme que no se cayera agarré sus piernas y las llevé hasta mi cadera así estemos cómodos.

—Te recompensaré esta nefasta cita, ¿sí? —murmuró dando un beso suave en mi cuello.

—Para mí no fue un desastre si compartí un momento contigo —bajé un poco mi voz como si estuviera guardando un secreto, cuando el amor que le tengo a él no lo es. —Pero si me quieres recompensar por mí bien - concluí apretando un poco sus piernas.

—Eres un guarro —volvió a dejar otro beso en mi cuello, sólo que este duró un poco más y así continuó hasta llegar a su hogar, nuestro hogar. Las puertas tenían escáner de retina y Alex ya le había programado para que yo también pudiera usarlo para ir a visitarlo cuando quiera, de la misma forma que yo le había dado la contraseña de mi casa, porque mi casa era su casa.

Después de abrir y cerrar la puerta metálica lo ayudé a bajar de mi espalda para iniciar con un beso largo y brusco cargado de deseo, con lentitud y sin cortar nuestra conexión caminamos paso a paso hasta su habitación. Sus manos que acariciaban mi cabello castaño con fuerza se soltaron al mismo tiempo que nuestro beso se rompía, nos acomodamos de manera cómoda sobre el colchón, nos miramos por última vez para luego sonreímos mutuamente, cerrar los ojos y unirnos en otro beso con más calma apreciando el momento.

Abrí los ojos. Todo eso podría ser real, podría haber sido mi vida.

Ahora lo único que mis ojos captaron fue la sonrisa de Alexby para Amidala, y ver como ella le devolvía la misma reflejando el amor que se tenían. A mi par estaba Dulce conversando conmigo, pero mi vista no se despegaba del amor de mi vida, aquel chico con temperamento fuerte para su cuerpecito.

Fui un tonto, era y lo soy, lo sé. Perder la oportunidad de ser feliz con Alex por tontas inseguridades. En estos momentos yo soy el esposo de Dulce, una chica con las mismas características que su nombre, una hermosa mujer que para mí sólo era una gran amiga, al igual que el pelinegro, mi amigo, mi compañero, pero con el extra de que él era y es mi complemento.

🍃

Desde que se volvieron compañeros policías los re shippeo; y no pude resistirme a escribir de ellos.

Fargan baboso, yo que vos si aceptaba casarme con Alexby :'c

Lo sé [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora