SED DE SANGRE||C.V. Y TÚ||TERMINADA

Capítulo 1

-¿Estás segura que tú abuelo no está loco? -Dijo Ágata mientras caminábamos al salón, rodé los ojos con gracia y negué

-Solo quería entretenernos, eso es todo -Le dije mientras me sentaba en mi lugar y dejaba mis cosas en la mesa

-Pues que imaginación debe tener tu abuelo, aunque he de decirte que también escuché esas historias locas, mi abuela solía contarmelas cuando era niña y terminaba mojada la cama -Dijo Ágata y yo solo reí, el profesor de historia llegó, rodé los ojos, no quería está clase tan aburrida

-Chicos, es hora de aprender sobre la historia de nuestro pueblo, Calistoga en California es un pueblo increíble, lleno de historia y... -Unos toques en la puerta llamaron la poca atención de la clase

-Por dios, mira ese bombón -Dijo Ágata en mi oído, un bombón muy pero muy lindo

-¿Quien es usted? ¿Y por qué interrumpe mi clase? -Dijo el profesor, el chico tenía una sonrisa preciosa, vestía de pantalón negro, una camisa roja de cuadros, botas negras, usaba varias pulseras y anillos, su cabello desordenado y sonrisa encantadora

-Soy Christopher Vélez, soy nuevo en la preparatoria -Dijo él con una sonrisa, sus ojos miraban al profesor, de repente, sus ojos cayeron en los míos y rápido quite la vista

¡Pero que vergüenza!

-Bueno, pase y tome un asiento -Dijo el profesor, Ágata sonrió emocionada

-Solo hay dos asientos libres, uno que está en la última fila y el que esta tras de ti -Dijo Ágata y le rogué a todos los angeles y dioses del cielo que el chico se sentará en la última fila, pero ví sus pasos hacia la fila dónde estaba yo

Ágata sin pena alguna se giró y le dió una sonrisa al chico nuevo, yo decidí no voltear y mirar hacia el frente, para ver al profesor de historia leer el libro para él

Así paso el resto de la clase, sentía la mirada del chico en mi espalda pero decidí ignorarlo, hacia mi trabajo hasta que el timbre sonó

20 minutos entre hora y hora era lo que me mantenía viva

-Terroncito de azúcar -Dijo Franccesco entrando al salón, el novio de Ágata era todo un amor con ella

-¡Terroncito! -Dijo ella recibiendolo en brazos, yo solo los mire con gracia, estaba guardando mis cosas cuando sentí que alguien me agarraba del brazo, al instante sentí miedo, terror, dolor...

-Hola -Dijo la voz del chico nuevo, yo lo mire con una sonrisa, ¿Que había sido esa horrible sensación?

-Hola -Dije sonriendo

-Bueno, soy nuevo y no tengo muchos apuntes, quería ver si ¿Podías prestarme tus apuntes? -Dijo él y yo asentí

-Si, por supuesto -Dije y saque mi cuaderno, se lo entregué y al tomarlo, lo abrió

-Que descortés de mi parte, te estoy pidiendo tu cuaderno y ni siquiera sé tu nombre, lo siento -Dijo él y yo solo sonreí

-No importa, soy _______, ________ Graham -Dije y él sonrió

-Wow, eres una de las familias del consejo, ¿No? -Dijo él y yo asentí

-Si, lamentablemente a mi padre le gusta la política y mantener el pueblo a salvó -Dije, el consejo era un grupo de personas que lideraban al pueblo para su "bienestar" junto al alcalde, aunque ¿Que es lo que iban a cuidar? El pueblo siempre estaba tranquilo

-Oh, bueno, supongo que sufrimos lo mismo, mi madre también es parte del consejo -Dijo él con un pesar

-Te entiendo -Dije, volteo a ver a Ágata y a Fran, ambos se están besando, casi tragando ahí

-¿Quieres venir a cafetería? Te invito algo -Dijo él y yo asentí, comenzamos a caminar hacia la cafetería, todos miraban a Christopher, pues claro, era "carne fresca" -¿Por qué todos me miran así? -Dijo él y yo solo reí bajito

-Eres el nuevo, lo que acaba de llegar, todos andaran tras de ti, nunca llega gente nueva al pueblo, somos muy pocas personas aquí, así que por eso te miran así -Dijo y seguimos caminando

Si creímos que los pasillos se nos quedaban mirando, bueno, todo el comedor se quedó en silencio y con la mirada en nosotros

Calistoga era un pueblo muy pequeño, como máximo teníamos 900 habitantes y eso que tal vez exagero

-¿Y tienes hermanos? -Me preguntó él

-Si, tengo tres, dos menores y uno mayor -Dije y él asíntio

-¿Tú tienes hermanos? -Dije y él hizo una mueca

-Si, pero no nos llevamos muy bien que digamos, son dos -Dijo Christopher

-Uno no puede elegir a su familia -Dije y él sonrió con pesar...