El hombre arrodillado, absorto en sus malos pensamientos, observaba fijamente una brillante luz que se reflejaba en un pequeño charco, y que ocasionalmente, era tapada por una hoja de color singular. Cuando de pronto, el líquido vibró con brusquedad, y saltó con ímpetu hacia sus ojos. Él, sobresaltado, se limpió la cara con su mano derecha, y entre pestañeos divisó una perla negra flotando en el agua. Aquel brillo reflejado que observaba con mirada distraída se había esfumado, y las ennegrecidas nubes cubrieron el cielo para borrar cualquier ápice de luz.
Antes de poder coger la perla, el sonido de una leve risa desvió su mirada hacia una mujer de negro lunar. El hombre al fijarse en su único pendiente que traía en su oreja izquierda, volvió a pasarse la mano por sus ojos, y al confirmar su presencia se enfureció, acompañado con un grito de "Bruja" cogió el pendiente caído, se levantó y corrió hacia ella con un incontrolable instinto asesino. La persecución se alargó hasta un bosque de peculiares hojas, donde, mientras corría desesperado, recordaba a aquella misma mujer apuñalando a su esposa, y su rabia creció al verse como un cobarde por abandonarla aquel día. Pero en un momento dado, su pesada respiración lo llevó a detenerse, y su perdida mirada distorsionó el espacio, llenándolo de resplandecientes mujeres vestidas de blanco estrellado, manchadas de sangre al nivel del abdomen.
Se rascó con fuerza los ojos, una y otra vez, hasta que visualizó a la mujer perseguida de pie frente a él. Nada frenó las manos del hombre que finalmente alcanzaron su fino cuello, y que apretaron con tanta fuerza que su último aliento ignoró el dolor que le brindó una puñalada en su pecho. "¿Por eso te fuiste? Si era esto lo que querías no volveré a sentir pena por ti...", escuchó justo antesde caer de espaldas. El alivio de su cercana muerte le hizo ver el mundo con claridad, y observando el pendiente negro que sostenía en su mano, pasó suavemente sus dedos sobre él, descubriendo su cándido color. Lentamente se hacía la oscuridad, y absorto en sus malos pensamientos, observó una brillante luz reflejada en la perla, y que ocasionalmente, era tapada por una hoja de color singular.
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Mil en una
Short StorySINOPSIS: Parece un acto imposible crear barreras para el amor, pero quien diría lo fácil que puede ser desviarlo y confundirlo. En esta serie de historias cortas se experimentará hasta donde es posible llegar a desencaminar los sentimientos, y si r...