Capítulo I

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- Buenos días, Shizune-san...

Saludó cordialmente Sasuke Uchiha al ingresar al hospital esa mañana y encontrarse (como de costumbre) con la asistente de la Quinta Hokage, Tsunade. La mujer de cabello y ojos oscuros devolvió de igual modo el saludo. Sin embargo la expresión de ambos se endureció apenas levemente minutos después y Shizune le indicó que la acompañara a su oficina, puesto que no deseaba que cualquier auxiliar o enfermero oyera su conversación. Sasuke negó admitiendo que tampoco él lo deseaba. Después de todo, era algo que estaba intentando mantener oculto incluso de su esposa e hija. Sin mencionar a Naruto. Su mejor amigo.

- Acompáñame por favor...

Repitió la mujer. Así ingresaron en la modesta oficina de la asistente de Tsunade allí en el hospital y la mujer de cabellos oscuros preguntó al shinobi repentinamente algo más tenso que cuando ingresara al edificio si verdaderamente estaba seguro de hacer lo que le había solicitado a su maestra y Quinta Hokage. Sasuke asintió, admitiendo que había tenido una razón especial para pedir ese favor de la mujer a pesar de que por años se negara a ello. Shizune notó de inmediato el cambio en su semblante y algo alarmada preguntó si le había sucedido algo malo a Sakura. Uchiha sacudió la cabeza, tomó un profundo respiro y dijo:

- No, es... es todo lo contrario... Me sorprende que no se lo haya mencionado. Estamos... Sakura espera nuestro segundo hijo, Shizune...

La médica abrió enormemente sus ojos aunque recuperó rápidamente la compostura y en cambio sonrió, señalando que no le sorprendía en absoluto que Sakura no haya querido darle esa noticia. Ella misma es un ninja médico y por lo tanto era consciente de los posibles riesgos que conllevan los primeros meses de gestación. Sin embargo, dudaba que en cambio Tsunade, e incluso Ino Yamanaka no se hayan enterado.

- En efecto Tsunade lo sabe...

Se levantó de la silla dispuesto a marcharse aunque, antes de hacerlo, la mujer preguntó si deseaba que el trasplante se llevara a cabo de inmediato o si prefería esperar unos días más.

- Honestamente preferiría que fuera lo más pronto posible. No quiero... no quiero alertar a nadie al respecto al menos por el momento...

Shizune asintió. Llevaba el tiempo suficiente conociendo a aquel hombre y a su esposa (con quien en efecto trabajaba allí) como para comprender la personalidad reservada de Sasuke. Para su sorpresa se encontró de pronto con el Uchiha extendiendo su mano derecha saludándola. A lo que, además de corresponder el gesto, la ninja médico respondió devolviéndole una pequeña sonrisa y explicando que arreglaría todo para realizar la cirugía al día siguiente si eso estaba bien con él. Aunque, agregó más tarde como si de pronto se hubiera dado cuenta de algo importante y que había ignorado, en tal caso lo mejor sería que lo dejara hospitalizado ese mismo día. Para lo cual, desgraciadamente, debía informar al menos a una persona entre los altos mandos al respecto. Shizune supo tan solo con la mirada que le fue devuelta a quien deseaba comunicarle Sasuke la noticia. Uno de los hombres más cercanos a su mejor amigo pero que al mismo tiempo sería perfectamente capaz de mantener ese asunto en privado el tiempo que fuera necesario.

- Hablaré con Shikamaru entonces, Sasuke. Ahora por favor ven conmigo; te mostrare tu habitación...

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Sasuke regresó esa noche después de reunirse con Naruto y, del mismo modo en que sucediera cuando regresó de aquel viaje al pasado junto a Boruto, encontró a Sakura dormida con su cabeza apoyada en sus brazos cruzados sobre la mesa. Esta vez a diferencia de aquella notó además algo que lo dejó preocupado. Su rostro lucía más pálido de lo normal. Se acercó a ella y apoyó su mano en su frente comprobando que a pesar de la palidez, al mismo tiempo su piel se notaba tibia. No estaba seguro si llevarla a su habitación puesto que temía que ante su imposibilidad de utilizar ambos brazos, al cargarla la pelirosa se despertara. Finalmente decidió hacerlo con sumo cuidado. Tan pronto la tuvo abrazada casi con su brazo derecho y presionando su cuerpo y rostro levemente contra sí la notó moverse apenas sutilmente, aunque volvió a dormirse segundos después. Una vez en su habitación la recostó suavemente en la cama sentándose al borde de la misma con su mano apoyada en la mejilla de la mujer de ojos jades. Esta despertó en ese instante y dejó escapar una exclamación casi inaudible de sorpresa al ver allí a su esposo.

A Dream Beyond A DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora