《Legado y Venganza》

I.

-¡No puedes abandonar este caso!-Dije levantando la voz al abogado del caso de mi hermano. 

-Lo siento Grace, pero no puedo seguir e hice lo que pude- Respondió nervioso. 

-No puedes hacer eso- Solo pude decir aquello antes de que me colgara. El abuelo Hank me observó triste y se acercó.

-Tranquila cariño, ya veras como resolveremos esto- Dijo mientras me abrazaba, no era mi padre pero desde que lo conocí a él y a la abuela Sofi para conseguir trabajo en esta pequeña y acogedora cafetería, siento como si lo fueran.Criar a un bebé de apenas dos años sola y sin apoyo es difícil, pero con ellos no lo es tanto.

-Iré a ayudar a la abuela, ya casi abrimos-Dije apartándome de su abrazo.

-Si, tienes razón- Dijo con una media sonrisa.

Bien, se los contaré rápidamente. Mi vida no ha sido fácil, mis padres murieron cuando a penas era una pequeña niña pero mi hermano jamás me abandono siempre fuimos el  y yo contra mundo, pero hace 2 años cuando en casa se presentó la chica con la que mi hermano frecuentaba con un bebe en brazos alegando que no quería esa responsabilidad y entregando a mi sobrino sin mas explicaciones mi hermano lo aceptó de inmediato porque no quería que su pequeño e indefenso bebè sufriera con aquella víbora.

 Mi sobrino era idéntico a mi hermano, tenía sus hermosos ojos almendrado, su nariz y su cabello tan oscuro como la noche, es un bebé precioso pensamos en darle todo aquello que por trágicas circunstancias no tuvimos, el dinero era escaso y mantener a dos adultos no era suficiente más si un bebé se nos unía, por esta razón las carreras ilegales fueron la salida para mi hermano Thomas, murió hace dos meses pero me niego a pensar que fue un descuido, tal vez no sea apropiado decir que era el mejor corriendo, pero así era, me parecía absurdo y quería respuestas por eso lo del abogado. Fue complicado conseguir uno, no tenía dinero para costearlo pero aquí entran los abuelos, trabajo desde hace un tiempo con ellos y cuando supieron de mi situación, corrieron ayudarme, no quería ser una carga  para ellos , pero no me quedó más que aceptar su ayuda y quedarme con Ethan en la tienda,al lado de esta vivían ellos, pero detrás de la tienda había un pequeño cuarto donde Ethan y yo estaríamos cómodos, no era mucho pero era lo que realmente necesitábamos.

Mientras atiendo y tomo órdenes el abuelo Hank se encarga de preparar los postres, cafés, los te, etc. La abuela se entretiene cuidando al pequeño Ethan, ellos lo adoran y lo tratan como a un nieto y me alegra que mi pequeño tenga personas que lo amen. 

-Grace, toma la orden cariño-Dijo el abuelo Hank, cuando escuchò la campana de la tienda sonar.

-Claro- Respondí, era raro que siempre a esta hora un sujeto de traje venga por su americano.

-Buenos días, me gustaría un americano-Dijo aquel hombre con una voz que le flaquearían las piernas a cualquiera, no soy muy sabia en identificar hombre atractivos y menos compararlos, pero ese hombre era grande, varonil, y se notaba que se ejercitaba.Lo recorrí de arriba a  abajo, su piel era acaramelada, su mandíbula cuadrada y marcada como si fuera perfectamente cincelada por el mejor artista,el hombre era realmente apuesto, cabello negro azabache y unos ojos cafés que llegue a notar cuando nos miramos por unos segundos  en ellos sentí una gran oscuridad y tristeza, que le habrá ocurrido para tener tal mirada, un sentimiento desconocido  me invadió y deje de mirarlo.

-!Mamà!-se escuchó el grito de mi bebé a pocos metros de mí se encontraba sentado en el piso, y llorando desconsoladamente, él no era así, era un bebé callado y muy tranquilo. Me incline para traerlo entre mis brazos y seguir tomando la orden del hombre, Ethan ya más calmado se quedó observando al hombre fijamente, el hombre le mostró una pequeña sonrisa y mi Ethan soltó una tierna risa, se oculto en mi cuello respirando lento y profundo confirmando que el sueño pudo con èl. 

Le entregue la orden al hombre que no dejaba de observarme desde que preparaba su café,      -¿Desea algo más?-Dije tomando mi libreta. 

- No, eso es todo- Me dijo mirándome fijamente. Se fue apenas su café se terminó, casi al instante la tienda se llenó con más clientes y no pensé más en aquel hombre.