little things.

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Eran cerca de las nueve y media de la noche en Nueva York. Blaine y Kurt ya habían cenado y ahora el castaño se encontraba practicando una de las canciones para su presentación de invierno de NYADA y mientras tanto Blaine miraba fijamente a Kurt, quien entonaba cada estrofa de las canciónes con su dulce voz, sin ser consciente de que Blaine le miraba con ternura.

El moreno nunca había sentido una sensación como aquella que estaba sintiendo en aquel momento. Parecía que todo había desaparecido y ahora solo Kurt y su preciosa voz eran todo en lo que su cabeza lograba pensar. No podía despegar sus ojos de él, era completamente hermoso.

Blaine no lograba comprender como el castaño últimamente andaba tan inseguro. Él estaba seguro de que si tuviera un cuerpo tan de ensueño como el de Kurt, o aunque sea una cara tan delicada y hermosa, viviría presumiéndolos. Kurt era la perfección misma, o aunque sea lo más cercano a la perfección, que alguna vez haya visto.

No sabía cómo llegó hasta ahí, pero allí se encontraba. Completamente enamorado del castaño y de cada una de sus pequeñas cosas. Amaba todo de Kurt. Amaba cada uno de las casi invisibles pecas que el castaño tenía en su nariz y sus mejillas, las cuales Blaine unía imaginariamente a diario. Amaba su sonrisa y como sus ojos se ponían chinitos al hacerlo.

Kurt últimamente venía usando algunas prendas de Blaine mientras ambos se encontraban en la soledad su departamento. El moreno sabía que Kurt era de usar ropa más ajustada al cuerpo y no solía usar cosas tan sueltas como lo eran las prendas de Blaine. Lo único que Kurt necesitaba era solo escuchar todos los pensamientos de Blaine en ese momento. Sabía que si su prometido le veía hermoso, el podría verse igual.

Blaine posó sus ojos a la altura del pequeño abdomen de Kurt. Se acercó hasta el castaño y le abrazó por atrás, pasando sus brazos por su cintura y abdomen. El castaño paró de cantar en seco, tomó las manos de Blaine lentamente, como temiendo que el moreno pueda sacarlas.

—Estoy enamorado de tí, lo sabes, no es así? —Blaine susurró a espaldas de Kurt, quien bajó la cabeza y miró sus manos entrelazadas— Has visto que nuestras manos encajan perfectamente? Parecen hechas la una para la otra, tal como nosotros. —Se quedaron en silencio unos minutos, en los cuales Blaine aprovechó para oír los fuertes latidos de Kurt— ¿Puedes quitarte la camiseta?

—Yo... N-no tengo ganas de tener... eso ahora. —Trató de sacar los brazos de Blaine— Suéltame, por favor.

—No quiero que tengamos sexo ahora, Kurt. Necesito que te quites la camiseta, serán unos minutos. Te lo prometo. —Kurt dudó, pero finalmente lo hizo— Que hermoso eres, amor. —Kurt negó con la cabeza mientras bajaba la mirada y trataba de volver a colocarse la camiseta.— No te la pongas todavía. Déjame hablar, por favor —Kurt se detuvo, por lo que Blaine continúo hablando— Eres hermoso, y no digas lo contrario. Tan solo mírate, Hummel. Eres arte por dónde se te vea. Se que... últimamente no te gustan tu barriga... o tus muslos o tus brazos o... lo que sea. Yo voy a amarlos siempre, como a tí. Se me hace imposible no amar todo de tí, Kurtie.

—Eso lo dices porque me has visto deprimido, pero se que no piensas eso. —la voz de Kurt salía como murmullos casi imposibles de oír—. Hay cientos de hombres más lindos que yo, Blaine —Su voz se oyó entrecortada y Blaine trató de acercarse a él, sin lograrlo—.

—Kurt, escúchame. Nunca pensé que dejaría palabras como éstas salir de mi boca, pero es que estoy enamorado de tí y de todas y cada una de tus perfectas imperfecciones. Tú no te miras como yo lo hago, porque si vieras lo que yo veo estoy seguro de que te amarías de sobremanera.

Ambos se quedaron callados, Blaine se acercó hasta Kurt y lo abrazó con fuerza. Pronto se oyó un sollozo de Kurt, quien abrazó a Blaine con más fuerza.

—Escuchame, amor. Te haré el té y me haré un café para que podamos conversar sobre esto más tranquilos. Está bien? —Kurt asintió, aún con las lágrimas cayendo de sus ojos—. Te amo —Kurt le miró con los ojos húmedos— y creo que nunca me cansaré de repetirlo porque te amo, realmente lo hago. —Blaine tomó suavemente el rostro de Kurt y le besó de manera tierna los labios. Fue un pequeño roce, pero también fue una manera de demostrarle a Kurt que no le mentía cuando le decía que lo iba a amar para siempre—.

Minutos más tarde, Blaine volvió con las dos tazas y una pequeña sonrisa en el rostro.

—Le puse las dos cucharadas y medias de azúcar y una de limón como te gusta, bebé.

—Gracias —susurró con una pequeña sonrisa—

—Sabes? He estado pensando... Todo esto de que no puedas ir a la cama sin una taza de té antes de dormir... debe ser esa la razón por la que hablas mientras duermes. Y... todo lo que dices entre sueños me lo guardo como pequeños secretos, aunque no tienen mucho sentido para mí. —Kurt sonrió levemente—. Y se que nunca te ha gustado demasiado tu voz, pero nunca he oído una voz tan hermosa como la tuya, Kurt.

Kurt volvió a dejar un par de lágrimas salir, pero ésta vez con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Se también que no te gusta saber cuánto pesas y que odias tu pequeña cintura, pero eres completamente perfecto para mí, cariño.

—También te amo, Blaine.

Blaine sonrió tiernamente y besó la mejilla de Kurt.

—Te amo más, pero justo venía la parte más linda e importante de mi discurso —Blaine sonrió cabizbajo y Kurt entre pequeñas risas le hizo un pequeño gesto para que continúe hablando. —. Bien... Probablemente nunca te amarás a ti mismo ni la mitad de lo que te amo yo, pero quiero que lo intentes y que sepas que estoy aquí para tí y que no me importa si algún día pesas cien kilos más, yo te amaré igual porque seguirás siendo el mismo Kurt que eres ahora.

—Joder, Blaine. —Kurt se secó unas lágrimas con el dorso de la mano.— Eres el amor de mi vida.

—Prométeme que te querrás otra vez, Kurt, por favor —la voz de Blaine salía en forma de súplicas y Kurt sintió que su corazón podría salirse de su pecho en cualquier momento.—

—Te lo prometo, Blaine. Lo haré por tí, trataré de quererme de nuevo.

—Por mí y por tí. Por ambos.

Los jóvenes se abrazaron con todo el cariño que traían dentro por el otro y luego se besaron en un beso tierno y lleno de sentimientos.

Al fin y al cabo y pase lo que pase, Blaine amaba cada pequeña cosa de Kurt y sabía que le amaría como sea.

little things | one-shot klaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora