Capítulo 44

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Los vampiros y la sirena estaban sorprendidos ante lo que acaban de presenciar mientras que el resto de los generales estaban maravillados. Frente a ellos cada miembro en su verdadera forma al servicio de la malvada organización se inclinó ante ellos con respeto y lealtad

Kiria: Vaya vaya, estoy muy sorprendido, diría que esto es tres veces más grande de lo que Fairy Tale fue - dijo con una sonrisa arrogante mirando todo el enorme arsenal de la base

Hokuto: Concuerdo - dijo ajustando sus gafas

Raika: Perfecto! Ahora eliminemos a toda la escoria! - dijo con una sonrisa retorcida comenzando a caminar pero antes de dar otro paso fue detenido

Kurai: Aún no - ordenó con severidad

Kuyou: Y ahora qué!? - gruñó molesto

Kurai: Necesito que pongan en orden sus secciones, armamento, guerreros, formaciones, provisiones….y una vez que lo hayan hecho reportense conmigo - ordenó con un semblante firme para después comenzar a alejarse de ellos - sus guardianes los están esperando, vayan! 

Los primeros en irse fueron Fujiwara, Waru, Kuyou y Raika, segundos después fueron Yuna y Yami que se separaron a regañadientes, después fueron Hokuto y Kiria, este último se negaba a apartarse de su amigo para la incomodidad de Hokuto, luego de varios minutos de liberarse del agarre de Kiria se fueron por caminos separados

Finalmente sólo quedaban los vampiros y la sirena, los cuales querían tener una conversación antes de separarse por un tiempo indefinido

Tsukune: Buena suerte chicas, antes de irnos iré a ver a Akua-chan - dijo con una sonrisa

Kyoko: Si, yo iré a ver a la tía Kasu…digo a mamá y papá! Deben estar preocupados - dijo con una sonrisa nerviosa recibiendo un asentimiento del pelinegro

Kahlua: Tsukune! - captando su atención - qué es lo que debo hacer!? Yo no sé dar órdenes! Solo seguirlas! - exclamó temblorosa con lágrimas amenazando con salir

Tsukune: Solo has lo que nos dijo Kurai, no debe ser tan difícil - dijo con una que tranquilizó a la Shuzen

Sun: - Mostrando su libreta - Yo iré con Kyoko, Marin-san debe estar con sus padres - dijo con una sonrisa de pie junto a Kyoko

Tsukune: Si! Hasta luego chicas! - respondió alegre para después comenzar a alejarse pero paró en seco su caminata - Qh! Kyoko! Una cosa más!

Kyoko: Que pasa Tsukki? Sucede al - fue interrumpida

Antes de terminar de hablar sintió como unos brazos fuertes la rodeaban en un abrazo muy cálido, su frente estaba enterrada en el firme pecho de Tsukune, sin quejarse correspondió al abrazo de la misma forma mientras que la barbilla de Tsukune descansaba en el hombro de Kyoko

Kahlua y Sun que veían esto con un ligero sonrojo se conmovieron ante tal muestra de afecto fraternal

Tsukune: Cuidate mucho…de acuerdo?…este lugar es peligroso - dijo con una sonrisa y los ojos cerrados

Kyoko: S-sí - respondió con una sonrisa y muy sonrojada - tú también Tsukki

Tsukune: Recuerda, no estoy muy lejos, si necesitas ayuda solo llámame - dijo con una sonrisa recibiendo un asentimiento de la pelinegra - y una cosa más, si un idiota intenta aprovecharse de ti…

Kyoko: Le doy una fuerte patada - respondió con una sonrisa infantil haciendo reír a los presentes para después separarse del abrazo con lentitud y mirarlo de forma pícara - saluda de mi parte a mi cuñada

Tsukune: E-eh! S-sí! Cuidate mucho! - dijo nervioso

Ahora todos comenzaron a alejarse en direcciones diferentes, excepto por Kyoko y Sun que iban con sus figuras paternas, en cuanto a Kahlua desapareció por otro pasillo mostrándose más calmada y Tsukune fue directo con Akua para informarle de lo ocurrido recientemente y por supuesto para ver la salud de ella y su bebé

Habitación de Tsukune y Akua

La vampira de cabello negro y rayas blancas estaba recostada en su cama haciendo círculos sobre su vientre con una expresión seria

Debido a que hace unos minutos había ocurrido un fuerte terremoto ella no había bajado la guardia en absoluto, no permitiría que nadie se atreviera a dañar a su bebé, degollaria a todo el que lo intentará

En este momento ella esperaba la llegada de Tsukune y como si sus palabras fueran escuchadas el chico llegó con una sonrisa adornando su rostro

Akua: Tsukune! Amor! - exclamó alegré al verlo nuevamente

Tsukune: Hola Akua-chan, te encuentras bien? - dijo con una mirada preocupada colocando una mano sobre la suya que acariciaba su vientre

Akua: Estoy bien, ambos lo estamos - respondió entrelazando sus dedos con los de él - que fue lo que ocurrió? Un terremoto me despertó, desde entonces me quedé despierta esperándote

Tsukune:...Fue Kurai…transporto todo Armagedon al mundo humano - respondió tembloroso

Akua: Qué!? Imposible! Como diablos hizo eso!? - exclamó sorprendida con una gota de preocupación

Tsukune: No tengo idea pero eso ya no importa - respondió con la mirada baja para después mirarla con tristeza - Akua-chan, debo irme por un tiempo, tengo que arreglar algunas cosas pero prometo que volveré lo más pronto posible

Akua: Si…de acuerdo…- respondió decaída

Tsukune:...Perdoname, creeme que deseo estar todo el tiempo con los dos pero tengo que hacer esto - dijo colocando una mano sobre su mejilla y acariciarla - te prometo que estaré aquí para el nacimiento de nuestro hijo o hija, después de que eso suceda haremos el ritual y seremos compañeros de sangre

Akua: Tsukune...si...está bien, yo también quiero eso - dijo con una sonrisa sonrojada y una lágrima deslizándose por su mejilla

Tsukune: Te amo Shuzen Akua - dijo a través de sus pensamientos con la vampira

Akua: Y yo a ti Aono Tsukune - respondió de la misma forma con una sonrojada

Ambos se acercaron lentamente para después cerrar la distancia entre ellos y unir sus labios en un dulce beso que duró mucho tiempo

Una vez que se separaron unieron sus frentes en un momento de paz y amor que fue cortado luego de varios minutos

Antes de irse Tsukune le dio de beber a Akua una gran cantidad de su sangre para alimentarla a ella y al bebé, después de eso espero a que ella se durmiera para irse y cuando eso pasó le dio un beso en su frente, la arropo y se marchó sin hacer el más mínimo ruido

Tsukune camino por un pasillo muy tenebroso con pinturas de personas siendo quemadas, tardó un poco en llegar a la sección número uno de Armagedon pero finalmente encontró el lugar que estaba bajo su autoridad

Al llegar encontró a su guardián Sai esperando detrás de un trono más pequeño que el de Kurai, cuando se acercó lo suficiente puso una mano sobre el apoya brazo, cuando escucho un ruido se giró para ver a todos los guerreros a su servicio los cuales se arrodillaron ante él como ellos lo hacían con Kurai

Guerreros: ESTAMOS A SU SERVICIO TSUKUNE-SAMA! LARGA VIDA AL DIOS DE LOS VAMPIROS! - gritaron al unísono arrodillados

Tsukune quién ya se había acostumbrado a esto solo lo ignoró y miró el trono una vez más para después sentarse y liberar su forma de Shinso

Ahora se podía ver una figura envuelta en la oscuridad con una par de ojos brillando y una figura monstruosa detrás de él

Tsukune: Empecemos! - grito con firmeza

Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora