Hace poco una señora instaló su nueva tienda en la colonia, yo me percaté rápido puesto que estaba cerca de mi casa, a lo que accedí a ir para ver que tal.
Llegué y estaba muy equis, la típica tiendita que le faltan cosas por surtir y así, la señora encargada sale y la veo, una señora ya de unos 40 y tantos años, sonriente, morena, muy bonita, con un cuerpo...mmm aceptable, y con una actitud optimista me atendió muy bien y me dijo que a penas se estaba instalando. Total, compré lo que tenía que comprar y le agradecí a la señora.
Pasaba el tiempo y yo seguía yendo a comprar, cada vez veía un poco más surtida, me daba gusto que la señora se adaptara a la colonia con una relativa facilidad, cada vez que pasaba cerca, la señora me saludaba con una hermosa sonrisa.
Un día me invadió la curiosidad de saber su nombre, oye estaría muy padre saludarla por su nombre cada vez que la vea.
Llegué a comprar algo, en realidad no tenía nada que comprar pero tomé unos Doritos para tener excusa y poder verla.
Sale la señora con su típica sonrisa y me saluda -Hola hermoso, ¿Cómo estás?
-Muy bien señora, ¿y usted como está? ¿Cómo va el día? (tenía que hacerle algo de plática).
-Puess... Va bien, no me quejo, aunque ya estado algo tranquilo el día.
Me percaté que había salido con ropa poco inusual, tenía una playera con escote sin bra y tenia un pans.
-Me parece muy bien, pues a veces así son los días. Oiga, desde hace tiempo me surgió una duda. ~La señora se sienta y deja una buena vista de su escote, a lo que me percaté en seguida y me puse a verlo~
-¿Cómo se llama? Se me hace raro saludarla siempre y no saber su nombre. Dije yo mientras mi mirada iba directo a su escote.
Ella se percató de que estaba mirando algo más de ella, pero al parecer no le importó demasiado y se puso de otra posición.
-Me llamo Ramona hijo, pero puedes decirme Mona, así me dice la mayoría de gente. Dice mientras soltaba una sonrisa. -¿Y tú cómo te llamas?
- Me llamo Julio. Dije con una voz algo nerviosa porque no podía dejar de ver ese tremendo escote que estaba mostrándome.
-Es un nombre muy bonito, tan bonito como la persona.
-Muchas gracias Mona, que decir del tuyo.
Mona se levanta y veo como empieza a mirarme a los ojos. -Eres una persona muy observadora verdad.
-Claro que si, me gusta mucho observar todo a mi alrededor, más si son cosas muy bonitas o cosas que me llamen la atención mucho. Dije con un tono de voz algo nervioso.
-Bueno, ya es hora de irme que ya hace hambre, adiós Mona, que tengas bonita tarde.
-¡Adiós hermoso, Gracias!
Llegué a mi casa y podía dejar de pensar en lo que había pasado, la señora Mona con un escote muy espectacular. No podía dejar de imaginarlo.
Al día siguiente tengo que ir a comprar tortillas, a lo que llegué en la mañana, con un short y una playera que uso para dormir.
-¡Buenos días! Dije con una voz alegre y entusiasmada.
Ella sale con su típica sonrisa, pero ahora tenía ropa distinta, tenía un short pequeño que le dejaba muy descubierto sus piernas y llevaba una blusa sin escote y sin bra. -Hola hermoso, buenos días, ¿Qué vas a querer?
Me di cuenta que no tenia bra y sus pezones se notaban por la blusa, también vi sus grandes piernas, a lo que mi amigo se empezó a poner erecto un poco. -¿Tiene tortillas? Sé que es algo temprano y tal vez no le hayan surtido todavía pero nada se pierde con venir.
-Claro que si, ahorita te las doy. Resulta que tenía el contenedor de tortillas a un lado del mostrador, ella lo abre y saca un kilo de tortillas, pero oh sorpresa, se caen al suelo y ella procede a recogerlas.
Veo que se agacha de manera en que deja su trasero arriba, mostrándolo todo, yo me quedé viendo esa hermosa vista, aunque se me empezaba a poner un poco más erecto. Todo eso pasó en cuestión de segundos. Cambia el kilo de tortillas que se cayó por uno nuevo.
-Aquí tienes hijo, perdón por lo que acaba de pasar, dijo mientras bajaba su mirada hacia mi zona inferior donde tenía un short algo corto y pegado.
- Gracias Mona, que tengas una bonita mañana. Dije con una nerviosa por todo lo que había pasado.Durante días estuve pensando en lo que había pasado esa vez, ¿cómo es que he tenido esa clase de contactos con esa señora? Me llegó a ver mi miembro erecto, que pena jajaja.
Pasaron los días y las visitas empezaron a ser algo normales, solo que había unos cuantos contactos visuales entre nosotros.