El día era en extremo caluroso.
El sol brillaba, sin ninguna intención de dejar la posición en la que se encontraba desde quién sabe cuánto tiempo.
La hierba era alta, tanto que a pesar de alzar la vista no podrías ver mucho más allá. Tan alta proyectaba una sombra que se terminaba confundiendo en suelo.
Era un día especialmente brillante, lleno de sombras que se movían en el suelo al mismo tiempo que la brisa movía la hierba.
Él estaba ahí, caminando bajo ese inclemente sol. Desorientado, como siempre. Asustado, como ha estado toda su vida. Solo, como nadie más ha estado jamás.
Con cada paso que da, incrementa en su mente el miedo de que, tal vez, sea el último que dé en este largo viaje.
A pesar de tener tantos pensamientos pasando por su cabeza al mismo tiempo, no se le hace difícil voltear la mirada hacia donde cree escuchar un sonido. Uno que quizás no debería estar ahí, pero que él puede escuchar con la misma claridad que tú puedes oír estas palabras en tu mente.
Por un momento, lo único que se movió fueron dos gotas de sudor que recorrieron su frente en línea recta hacia la garganta.
Su respiración se iba haciendo más lenta a medida que su corazón palpitaba más fuerte. En ese momento fue inevitable tragar la saliva, que de no ser así, terminaría por ahogarle.
Eso que podría ser para ti o para mí un insignificante sonido entre la hierba, fue el motivo de que detuviera su apresurada marcha. La verdad, es que era algo inconfundible para él luego de tener tanto tiempo caminando entre la hierba seca.
Pudo oír a lo lejos cómo una rama se rompió. Pudo oír los pasos de alguien más detrás de él.
Sus ojos, pequeños como dos canicas, brillaban entre la hierba tal cual lo hacía el sol.
Su mirada podía verse a lo lejos, sin embargo, él no podía ver nada más que sombras de ramas muy altas.
Siguió caminando, pero sin dejar atrás esa fuerte respiración.
Luego de una larga y lenta caminata, consiguió dejar atrás la espesa hierba. Con las últimas gotas de agua que tenía refrescó su boca, dejando escapar un suspiro... Una evidencia de su derrota.
No hizo falta avanzar demasiado para ver, aunque a lo lejos, eso que tan desesperadamente había estado buscando.
Su alegría realmente no duró más que unos instantes, pues de inmediato volvió a sentir que alguien lo estaba observado directamente.
Entonces comprendió que, lo que fuera que estuviera observándolo, se escondía detrás de aquella gran casa abandonada.
En algún momento fue de color blanco con detalles rojos, pero el abandono y el paso del tiempo no le han sentado bien.
Desde donde se encontraba él se podía ver una pequeña venta rota por la que entraba el aire y el polvo, y desde la cual era evidente que salía aquella mirada tan penetrante.
Pronto fue notando que alguien seguía sus pasos, cada vez más de cerca. Esa sensación de que alguien caminaba entre las hierbas altas no lo podía dejar tranquilo.
Un escalofría comenzó a recorrer su espalda y se espació por todo su cuerpo hasta que logró congelarle.
Fue una pena haber estado completamente inmóvil por el miedo, ya que pudo escuchar claramente cómo una pisada, a lo lejos, rompía una pequeña rama, delatando así a quién sea que le estuviera siguiendo.
Fueron segundos, pero él sintió que pasaron varios minutos. Quiso reunir fuerza suficiente para voltear y ver quién estaba detrás, pero antes de eso vio directamente a alguien cerrar la cortina en la ventana de aquella casa.

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Desconocido
Misterio / Suspenso¿Qué harías si fueras la última persona en la tierra y no tuvieras recuerdos de qué sucedió antes de que todos desaparecieran?