Prólogo
Los rayos de una tarde soleada irradiaban la fortaleza de Luna Nova haciendo juego con algunas nubes que rodeaban las cúpulas del castillo y la torre, en donde descansaba la piedra filosofal, la cual había recuperado aquel fulgor verde aqua que la caracterizaba, la magia había regresado a la academia luego de todos los sucesos que llevaron a desencadenar el misil, y aunque aun se debatía el futuro de la energía mágica, nuestra brujita preferida se encontraba en uno de los muchos jardines que el campus de Luna nova podía ofrecer.
Akko y sus amigas a arriesgaron sus vidas en una llamada audaz ( o brusca e imprudente para algunos), todo esto parecían inspirarla, de tal manera que ahora podía ser mas cociente de su poder y a su vez de las limitaciones que ciertamente siempre habían estado con ella. Fue esa misma inspiraron, la que condujo a Akko a citar a sus amigas y compartir con ellas la certeza que sentía en que este día al fin podría volar sin ayuda de una escoba legendaria, alguno de los artefactos Constans o en compañía de alguna de sus amigas.
— Viento bien, escoba lista, día perfecto, siento, que hoy lo lograre. En-listaba Akko mientras se posicionaba para un despegue afortunado poniendo su escoba entre ambas rodillas
!TIA FREYRE¡
!tia freyre¡, !tia freyre¡, !tia freyre¡, !tia freyre¡.
Gritaba Akko con insistencia sin que nada mas que una floja esencia de magia se materializara en los filamentos de paja pertenecientes a su escoba.
Una semana antes...
Es una noche fría y despejada, donde el viento apenas logra rozar las hojas de los árboles, los pasillos de la institución eran iluminados únicamente por la luz de la luna, proyectando sobras geométricas que chocaban entre si con diferentes tonalidades de obscuridad. El único sonido que inquietaba la tranquilidad de esta escena, era creado por el rítmico y firme andar de una una joven de aspecto elegante y mirada azulada.
Flashback Diana
Caminaba hacia mi habitación, estaba cansada y mis párpados se sentían inflamados.
— "Es la quinta noche, que no me permito descansar. Nunca pensé que las clases se volverían tan difíciles". No lo noté al instante, pero pensar en esto, disparó una ligera sonrisa en mi rostro, la cual no fui capaz de evitar y no tenía intención de hacerlo.
— "Me pregunto, ¿cómo estará llevando sus estudios la señorita Kagari?". Recordé verte mirando la pizarra de la maestra Fineland con un gesto de concentración tan forzado que dudo que ni tú fueras capaz de creerlo. Mientras la maestra nos dictaba, las fórmulas necesarias para calcular, cuantas gotas de saliva de ondina se necesitaban verter por cada mililitro de sangre de sirena dentro de la poción de respiración acuática, algo realmente, simple, sin embargo tu parecías no entender demasiado el tema, lo supe por como apretabas el lápiz mientras tomabas nota, graciosa, adorable, tierna, linda, pensaba mientras caminaba con ese mismo gesto de tonta felicidad en mi cara.
Era común para mí, que de repente, cualquiera de mis pensamientos condujera a Akko, y cuando me di cuenta de mis propias expresiones, sentí un leve rubor que pinto mis mejillas, me detuve e inhale aire profundamente buscando relajarme y tratar de olvidar el asunto, exhale a la par cuando sentí que el rojo abandonaba mi semblante.
Me encontraba a punto de adentrarme aun mas por el corredor, cuando me percate de una sombra apenas visible, esta se movía en las escaleras al final del pasillo, que dirigían a una de las secciones de dormitorios y conectaban con un pequeño patio, fijé mi vista en ellas para ver si lograba verla de nuevo, pero nada, no volvió a aparecer.
— "seguramente es algún ada regresando a su hogar". Pensé buscando un argumento lógico.
Retomo mi marcha, con algo más de sigilo, y cuando estoy a punto de dejar el lugar, aparece de nuevo, la misma presencia opaca, apenas pude percatarme.