—¿Que onda, chico?— digo viendo como Ander se acerca hacia mi. Saco el cigarro de mis labios y saludo el moreno. De mi sostén saco una bolsa chica con marihuana dentro y se la doy. —Tu premio— digo y me apoyo en el barandal del puente mirando hacia el lago. —Gracias— guarda el paquete en el bolsillo de su pantalón y hace la misma acción que yo. —¿Te puedo preguntar algo?— dice Ander mirándome y lo miro. —Claro— digo y me acomodo para verlo mejor. —¿Por que te cambiaste de colegio?— dice. —Estoy buscando reiniciar mi vida, pero nunca nadie me contó que tu colegio estalleno de niños malcriados— digo. —Que va, somos pijos y un poco idiotas pero que somos divertidos— dice. —¿Todos?— lo miro con una ceja alzada. —Bueno...Al menos yo si— dice mirándome directamente a los ojos.
—Corte— Diego grita y las cámaras dejan de apuntarnos. —Lo hicieron muy bien, aunque quiero que lo hagáis de nuevo. Camila, intenta demostrarte más desafiante y Aron necesito sentir que la mirada de Camila hace que caigas en sus redes completamente.— dice y asentimos.
Luego de varias escenas más, se hicieron las 8 de la noche y terminamos de grabar. —Bueno, voy a juntar mis cosas al set y luego me vuelvo a casa— digo mientras me pongo mi campera. —Chau, nos vemos mañana— digo y empiezo a bajar por la escalera para poder salir del puente. —Te llevo— dice Aron cuando me ve bajar. —No, está bien, no te preocupes— digo sacando mi celular para pedir un uber. —No, es de noche y todavía no te ubicas muy bien aquí así que pasamos por el set y luego nos vamos al cinema— dice y sonrío. —Me convenciste— digo y voy hasta la puerta del copiloto de su auto negro y me subo. El hace lo mismo y enciende el motor. Comienza a conducir hacia el set. —Voy a hacer una historia.— le aviso y entro a instagram. Comienzo a grabar —Es oficial gente— digo grabándome.—tengo chofer personal— grabo a Aron y este le hace fuck you a la cámara haciéndome reír y corto la grabación. —Nada de chofer personal, eh. Yo no soy ningún pringao — dice y lo miro. —Si te encantaría— digo. —Ostia si, hermoso— dice irónico. —Sh, cállate— digo y enciendo la radio. Another One Bites The Dust de Queen comienza a sonar y empiezo a bailar en mi asiento. Aron baila conmigo mientras reímos. —La próxima vez hazme acordar de que puedo morir por conducir a tu lado— dice luego de que la canción termina y dejamos de bailar. —¿Ósea que va a haber próxima vez?— lo miro sonriendo. —No lo creo, eres muy molesta— dice y me rio. —Chupála— saco mi argentina interior.
Llegamos al set y sólo estaban Itzan y Ester grabando sus últimas escenas del día, de solo verlos a esta hora grabando me dio flojera y sueño. Fui hacia el camerino de mujeres mientras Aron iba al de hombres a buscar sus cosas. Me coloco mi bufanda y anteojos, agarro mi bolso y voy hacia el camerino de hombres. Aron ya estaba ahí con sus cosas mientras hablaba con Itzan.
—Hola, enano— le digo a Itzan y lo saludo. —Venga, ¡que soy más alto que tú!— dice y me rio. —Bueno, nos piramos— dice Aron y lo miro. —Una película nos está esperando— dice e Itzan asiente. —Bueno, usen condón y guárdenme palomitas— dice. —Ok— digo sin pensarlo y luego me doy cuenta de lo que dijo. —No, espera ¿Que?— exclamo y los chicos rien. —Es la hora— dice Aron y me abraza por los hombros. —Adiós, suerte— dice. —Bye— le digo y empezamos a caminar abrazados hasta el auto.
Al llegar, Aron dejo sus cosas en el maletero y yo lleve mi mochila conmigo adelante ya que necesito desmaquillarme y peinarme.
—Vale— dice Aron subiéndose al auto y cierra la puerta. —Primero iremos a comprar condones y luego vamos al cinema— dice y me rio. —Basta, tonto. Mi mente no había procesado lo que dijo— digo y el se ríe. Prende el coche y comienza a conducir mientras yo me desmaquillo y ato mi pelo en un desarreglado rodete. Me pongo un poco de corrector en las ojeras y guardo todo en el bolso. —Terminé— digo y Aron bosteza. —Mmm, alguien tiene sueño— digo molestándolo. —Un poquito— dice sincero. —Si quieres dejamos las películas para otro día, yo también estoy cansada— digo mirándolo. —¿De verdad?— me mira por un segundo y luego vuelve su mirada a la carretera. —Si— digo. —Gracias al cielo— dice y me rio. —¿Estabas deseando que cancele el plan para que puedas ir a dormir?— digo. —Si— dice. —En tu país a eso lo llaman ser un gilipollas— digo y el se ríe. —No quería cancelarte en nuestro primer plan juntos— dice. —¿Entonces planeabas pagar una entrada para luego dormirte en la mitad de la película y después decir que la película estuvo buena aun sabiendo que no habías visto ni la mitad?— digo. —Exacto— dice y me rio. —¿A donde te llevo?— dice. Le doy la dirección de mi casa y conduce hasta allí. El resto del viaje fue en silencio, pero no era de esos silencios incómodos en los cuales estas buscando cualquier excusa para romper esa tensión. Era un silencio de esos en los que no quieres ni toser para no romper esa comodidad y tranquilidad que sientes gracias a la presencia del otro. Al llegar, el frenó al frente de mi departamento, me saqué el cinturón de seguridad y lo miré.
—La pase bien hoy aunque no cumplimos con nuestros planes— digo y el sonrie. —Yo también. La próxima vez te hago un tour por la ciudad— dice y asiento. —Escríbeme cuando tengas ganas de hacer ese tour— digo sonriendo. Agarro mi bolso y abro la puerta. —Hasta mañana— le digo y le doy un beso en la mejilla. —Adiós, descansa— dice y bajo del auto. Cierro la puerta y voy hacia la puerta del departamento. Antes de entrar, me di vuelta y lo saludé con mi mano. El hizo sonar su bocina haciéndome reír y entré al departamento. Al cerrar la puerta, me apoye en ella y cerré los ojos mientras la sonrisa no se me borraba de la cara.
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