Capitulo 1

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Después de tantos meses, aquí esta lo prometido. 

Es hora de darle su momento a Estrella Fugaz, ¿no lo creen? 

...

La oscuridad, un habitual de su existir en vida y en muerte. Un peso que, como guardiana, se había visto obligada a ocultar. Incluso de su propio hermano. Porque detrás de las sonrisas, la alegría y el color, siempre estaba la oscuridad, abrazando su dolor con su frío tacto, recordándole que estaba ahí y que no se iría. No mientras ella existiese. Y en aquellos momentos, donde solo veía oscuridad, eran cuando pensaba en ella, en lo que guardaba.

Podía pensar en su vida mortal y su traumática muerte.

Podía pensar en la traición de Kill...su primer amor.

Podía pensar en las mentiras de Saha y como la utilizó para robar los diarios.

Podía pensar en su hermano herido de gravedad por manos humanas.

Podía pensar tantas cosas. Heridas que nunca cicatrizaron porque siempre se negó a conversar con alguien sobre ellas. No podría hacerlo, no podía confiar en nadie y Dipper tenía que lidiar ya con sus propios demonios como para también hacerlo con los suyos.

Mientras más ahondaba en las imágenes, más claras se volvían, llevándole a todos esos momentos en los que, su corazón había sido destrozado por aquellos amores no correspondidos, pero ninguno de aquellos rechazos había dolido tanto como el que sentía cada vez que aquellos ojos azules lo miraban con odio.

Podía arrepentirse de muchas cosas, pero nada de eso cambiaría el pasado. Nunca funcionaba así.

Entonces, en medio de la oscuridad, un rayo de luz atravesó su mirada regresándola a la realidad. Sus ojos tardaron un momento en acostumbrarse a la luz que a cada instante ser hacía más intensa, inundando la celda, así pudo distinguir la familiar silueta que pronto la llamaría por su nombre.

- Mabel – el contraste de luz le impedían verlo con claridad, pero eso no impidió notar aquella "pequeña" diferencia.

- ¿Dipper? ¿Tu estas...? – una sonrisa nerviosa apareció en el rostro del guardián y la chica no puedo evitar sonreír emocionada, al menos uno de los dos tenía algo de suerte - ¡lo sabía! ¡¿Quién es la mejor casamentera?! ¡Esta nena! ¡¿Quién tenía razón?! ¡Pues yo!

Su baile de celebración solo sirvió para que el guardián enrojeciese tanto como un tomate maduro, pero la ex guardiana no iba a perder la oportunidad de celebrar por lo primero bueno que ocurre en décadas en la vida de su hermano.

- ¡por favor para! – La chica detuvo su baile solo para soltar una carcajada - ¡ugh! ¡Por eso nunca te cuento nada!

- ya, ya, no te enojes hermanito – sonrió pícaramente – solo estoy muy feliz por ti.

- yo también lo estoy, más de lo que pensaba – miró hacia arriba con aire melancólico, pero se podía notar como su alma vibraba de alegría.

- ¿y vienes solo a contarme la buena noticia o es que además voy a ser tía?

- ¡Mabel! – el rostro del signo Pino otra vez estaba rojo y la castaña solo le sacó la lengua, no había podido evitar hacerlo.

- he esperado más de mil años por sobrinos y no quiero esperar mil más – la puerta de piedra se cerró, lo que significó que su jaula desapareciera.

Sin restricciones de por medio, corrió hacia su hermano abrazándolo con fuerza. Era extraño ser más baja que él casi por una cabeza, pero su estatura le permitió ver algo curioso en el cuello de su hermano.

Sin Limite, sin Miedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora