Sin Limite, sin Miedo.

Capítulo 2:

La ex guardiana suspiró mirando la sonrisa confiada del demonio. Se levantó y cruzando los brazos preguntó:

- ¿de qué quieres hablar? – una silla apareció frente a ella junto a un escritorio bastante grande. A Mabel le recordaba esas películas de mafiosos, cuando un hombre desesperado e ingenuo iba a hacer un pacto con el líder.

Aceptó la invitación de Bill a sentarse mientras que el pelirrojo la observaba con una sonrisa maliciosa desde el otro lado de la mesa.

- ¿te o soda? – preguntó y la guardiana no dudó en elegir soda. Al instante una lata apareció en su lado de la mesa junto a un plato de papas fritas - no tienes que ponerte a la defensiva, cuñadita, solo quiero que me ayudes a ayudarte – la castaña alzó una ceja.

- por favor Bill, yo inventé ese truco así que ve directo al grano – dijo ladeando un poco la cabeza mientras mordía una papa.

- muy bien, pero me cortas la inspiración – hizo girar su mano y la esfera de clarividencia del guardián Gideon apareció en su palma - ¿sabes qué es esto?

- una bola de cristal

- sí, digamos que a través de esta pequeña cosita vi algo interesante dentro de tu celda – si Mabel se sorprendió con esa afirmación, no lo demostró – ¿Así que te enamoraste de Will? ¿Cómo pasó eso?

- no hay muchos humanos con el corazón puro, eso fue lo primero que llamó mi atención – dijo desviando la mirada hacia la ventana.

- sí, pero es una lástima que él te odie, digo, ¿Quién querría a la persona que trató de asesinarlo? - la mirada de Mabel se ensombreció.

- ¡nosotros no asesinamos humanos! – volvió a sentarse, necesitaba calmarse.

- aun así – siguió ignorando el grito de la castaña – pienso que podría haber una manera...Will es alguien, como dijiste, de corazón puro. No es su estilo guardar rencor por tanto tiempo y por eso pienso que, teniendo las claves correctas podrías llegar a su corazón.

- ¿Qué ganarías tú con eso? – bebió un sorbo de su bebida sorprendiéndose de lo bien que sabía.

- sabes Mabel, a pesar de que Dipper haya aceptado ser mi pareja aun no coincidimos en algunas cosas. Tengo planes para este mundo, grandes planes, pero no deseo que estos causen que mi amado Pino se distancie de mí. Pero, aunque no lo admita, Dipper valora mucho tu opinión. Si algo lo incomoda te escuchará.

- en resumen, quieres a mi hermano a cambio del tuyo.

- dicho de esa forma suena muy feo, pero si quieres verlo así, allá tú – no se mostraba ni un poco cohibido por la acusación, su sonrisa embaucadora no había disminuido ni un poco.

Mabel lo observó, no con rabia u ofensa, sino con extrañeza. Conocía a Dipper lo suficiente para saber que al entregarse a Bill, su hermano había aceptado todo lo que vendría con eso, incluso los descabellados planes del demonio amarillo. Para que Bill dudara sobre la fidelidad de su hermano se le ocurrían dos opciones, o sus planes eran demasiado extremistas, incluso para ser una nueva era o Bill era más inseguro de ellos habían pensado. Una corazonada le indicaba que la segunda era la opción más segura.

- Voy a cambiar mi pregunta, Bill. ¿Por qué tú me entregarías a tu hermano? – bebió un sorbo de su bebida antes de seguir – hasta donde nos has mostrado, él es lo que más adoras en este mundo, es la razón por la que hiciste todo esto...o... - silencio - ¿Cuándo fue que Dipper se volvió más valioso incluso que tu propia sangre?

Los ojos de Bill se abrieron, no esperaba esa pregunta y por como tembló su labio Mabel supo que no iba a responderla.

Una sonrisa se formó en el rostro de la ex guardiana, quien apoyó su mejilla en su mano izquierda.

- tu amor por él no tiene límite como tampoco lo qué harías por atarlo a ti – una pequeña risa escapó de sus labios.

- ¿temes lo que haré en este mundo?

- no, algo que aprendes al alcanzar la inmortalidad es que estos cambios siempre ocurren, algún día tú mismo serás derrocado, no puedes evitarlo, solo posponerlo – agregó al ver como Bill iba a contestar con furia.

¿En qué momento habían cambiado los papeles? – pensó Bill.

Mabel alargó su mano hacia la esfera de cristal, presionando un punto específico sobre este. El cristal comenzó a agrietarse hasta que, los pedazos cayeron sobre la mesa. Bill se sintió intrigado cuando al ver la pequeña gema de color turquesa que había permanecido escondida frente a tus ojos.

- amo a mi hermano como también amo a Will y por ellos aceptare tu trato, no para cambiar el parecer de Dipper sobre tus ideas, sino para ayudarte a ti a encaminarlas de mejor manera. No podemos detener el ciclo de cambios, pero lo pospondremos lo suficiente para que, al llegar la hora, estemos listos – en sus ojos rosa y azul brillaron como no lo habían hecho desde hacía mucho tiempo.

Ahora fue el turno de Bill de observarla, siempre había sabido engañar y hacer ver a la gente solo lo que él quería que viera. Pero esa mujer, al igual que Dipper, observaba más allá, aunque no debía extrañarle, porque ambos eran iguales, solo que ella tenía mucha más experiencia.

- ¿Qué dices Bill? ¿Es un trato o no? – no pudo evitarlo y solo soltó una carcajada, aquello era tan risible.

- es un trato, Mabel – ambos tomaron sus manos sellando el pacto en el fuego antiguo.

No había marcha atrás.

- ahora me explicarás a cerca de la gema, los libros de Seis Dedos no contenían nada acerca de esto – dijo el demonio tomando entre sus manos la joya.

- eso podemos dejarlo para después, ahora debo encontrar a Dipper, debe estar preocupado por mí – Mabel se levantó de su silla, la cual desapareció junto con el escritorio y la propia silla de Bill.

- creo que buscare otra vez en los libros, por si no me has contado algo – guardó la joya en su túnica y la castaña asintió.

- una cosa más antes de que te vayas, ¿no puedes regresarme mi cuerpo original también?

- no, a Will aún le causa pesadillas y será más fácil para ti acercarte así – contestó con simpleza.

Mabel caminó hacia la puerta, entendiendo lo que el demonio había querido decir. Miró hacia atrás pero Bill ya había desaparecido, pero no importaba, debía buscar a Dipper. Aunque ahora que miraba el amplio pasillo se dio cuenta de que debía haberle preguntado al demonio donde estaba su hermano.

Suspiró.

Solo esperaba no perderse de camino. 

Capítulo 2: El trato

Aquí esta, perdón por la demora.