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(Nota de Autora: Por favor, escuchar la música mientras leen luego del banner, ¡Gracias!)

El ser humano era una criatura particular, un "milagro" en la evolución, dejando atrás sus orígenes animales se abrió paso con dos piernas en el mundo y con su gran ingenio evoluciono más rápido que cualquier criatura. Pero... ¿realmente era un milagro?

De todas las criaturas existentes el ser humano era el que más emociones cambiantes tenía, en un momento podían estar felices, luego tristes, enojados, curiosos, desesperados y miles de emociones más, y eran precisamente esos cambios abruptos de emociones lo que los hacían ser seres...crueles.

Solo los humanos podrían tener tan poco corazón como para esclavizar a su propia especie, solo ellos serían capaces de abandonar a sus hijos a su suerte, ni siquiera los animales poseían ese actuar.

Y ahí estaba el dilema, si los humanos eran así de crueles, ¿Dónde quedaban los vampiros? Eran bestias con apariencia humana, eran hermosos, su belleza fatal era solo para atraer a sus víctimas, y tristemente siempre pasaba. Pobres ilusos los que pensaban que un vampiro tenía corazón, y si lo tenían entonces era tan negro como el carbón, él lo sabía mejor que nadie.

"Cierra tus ojos, cubre tus oídos, oculta tu corazón, no te dejes atrapar por ellos, no dejes que su oscuridad te trague, tienes que sobrevivir"

Maldijo por lo bajo, ya lo sabía, no necesitaba que se lo recordaran, el lema de su clan era acabar con los vampiros, aquellos seres de la oscuridad que solo traían el mal, y él vino y se enamoró de uno, que chiste, pero por el momento ese no era su objetivo.

De hecho, hasta cierto punto no lograba comprender como su familia había aguantado tanto, para Zero era inaudito la fortaleza de su familia, el destino los estaba borrando y a un paso de la tumba miles de vampiros se fueron con ellos.

El peliplata suspiró al ver el alto edificio que se alzaba frente a él. La asociación de cazadores era una edificación antigua de cemento frio y resistente, dividido en una serie de pisos segmentados para diversas actividades, entre ellas investigación, conocimiento, armería y curiosamente una sala de torturas, claro que esta era para los vampiros que no podían matar, pero si interrogar, la sala favorita de todos los cazadores que guardaban un rencor personal con los vampiros, la gran mayoría se debía aclarar.

Sus pasos tranquilos resonaron en todo el lugar, con calma y sin prisa, y aunque al principio no había ningún cazador, en cuanto se acercó a la gran biblioteca pudo notar algunos cazadores veteranos que enseñaban a los principiantes; estos siendo conscientes de la llegada de Zero.

Miradas hostiles no se hicieron esperar además de algunas temerosas por parte de los más jóvenes, todos alerta hacia la figura que acababa de entrar, pero Zero simplemente los ignoró, tenía su fama, el único cazador de vampiros que también era un vampiro, algunos no habían superado el hecho de que todo el asunto en la academia Cross no era su problema, para ellos mientras más rápido mataran a Zero era mejor, porque Zero, pese a ser un vampiro y tener su mala fama no solo fue entrenado por el mejor cazador de vampiros de la Asociación, sino que era el cazador más joven en ser ascendido a la elite.

—Kiryuu Zero, ¿Qué haces aquí?— La voz de uno de los cazadores retumbo en la sala, pero solo recibió silencio del peliplata, siendo ignorado completamente.

—¡¡KIRYUU ZERO!! ¿¡ESTAS ESCUCHANDO!?— Pero aun cuando le gritó, no recibió ningún tipo de respuesta, el joven había tomado un libro de las estanterías y estaba más interesado en el contenido que en el cazador.

— ¡NO TE CREAS LA GRAN COSA!— Extendió la mano para intentar tomar la muñeca más pálida, su mano siendo sujetada por el menor.

Zero suspiró con fastidio mientras apretaba ese puño.

El último KiryuuWhere stories live. Discover now