Capítulo nueve.

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Noveno mes

— Oh dios mío, Honnie— Jisung apretaba fuertemente la mano de su esposo. Las contracciones era muy fuertes y dolorosas, su pequeño ansiaba salir al mundo de una buena vez.

— Calma Sung, respira— Minho estaba en pánico mientras que le pedía a Chan que conduzca más rápido.

— Ya vamos a llegar hermano, ¡Woojin no es momento para dormir!— regañó el mayor de todos, y el pálido solo le sacó la lengua mientras jugaba con una sonaja.

Pues bueno, al bebé se le había ocurrido nacer justo en las horas puntas, cuando el tráfico abunda y la ciudad es todo un caos.

En un inicio, Jisung había despertado feliz, ya era el último mes de espera así que eso lo animaba bastante.

Hizo su rutina, de ir al baño para sus necesidades básicas y proceder a desayunar.

Minho ya estaba trabajando, así que llamó a su hermano para no estar en soledad. Al rato llegó Chan junto a su pareja, Woojin.

Decidieron poner unas películas animadas porque sí.

— ¿Que vamos a ver?— preguntó Woojin curioso.

— ¡Oso!— exclamó con emoción el rubito embarazado.

Llegando a la parte en la que el elefantito se encuentra con su mamá, todos estaban llorando.

— E-esperen— Jisung se puso de pie y dió varias respiraciones profundas pero esa incomodidad seguía allí.

— ¿Qué pasa? ¡Sung estás todo pálido!— su hermano reaccionó rápido y le hizo sentarse, mientras iba por su teléfono para llamar al alfa.

— C-creo que ya viene— Woojin abrió en demasía sus ojos, oh no, él no quería presenciar un parto en vivo y en directo, quedaría traumado.

Volviendo al presente, finalmente llegaron al hospital y Jisung fue llevado hacia la sala de parto junto con Minho.

Al pelinegro le dieron indicaciones de como vestirse bien, con guantes, gorro, mascarilla y demás implementos.

Admitía que estaba algo nervioso, bueno, quizá muy nervioso.

Después de tantos meses, al fin estaría ese pequeño fruto de amor entre sus brazos, se prometió a sí mismo cuidarlo con su vida.

Antes de empezar con toda la operación, se acercó a su esposo tendido en una camilla.

— Todo saldrá bien, verás que será un varoncito fuerte— pronunció, dejando un besito en la frente contraria y otro en su nariz.

Jisung solo asintió y se tomaron de la mano.

Afuera, Chan daba vueltas sin parar, estaba preocupado por si sucediera alguna complicación.

— Te dije que no investigues mucho o terminarías así— regañó Kim.

— Lo siento— hizo un mohín— Pero sabes que no puedo parar cuando algo me intriga.

— Es por eso que estamos juntos, nunca te rendiste a pesar de mi constante rechazo— sonrió y se dirigió hacia su novio.

— ¡Es que eras tan lindo! Debías caer en mis encantos— dijo ya más tranquilo.

— ¿Era? ¿Entonces ya no lo soy?— arqueó una ceja con una mirada divertida.

— Ush, sabes a lo que me refiero— rió divertido

Sin darse cuenta, había pasado una hora y un alfa salía sobando su mano derecha pero con una gran sonrisa.

— ¡Minho! ¿Cómo salió todo? ¿Mi sobrino está bien? ¿Y Sung?— bombardeó el mayor cuando llegó, haciendo reír al contrario y a su pareja.

— Sí, todo salió bien. Ahorita Sung está descansando. ¡Y es tan hermoso! Una pequeña cosita rosadita, y tiene el mismo lunar que yo, sacó el cabello y sus cejas también como los de mi bebe pero los ojos son como los míos porque los abrió un segundo y — Minho parloteaba sin parar, estaba muy orgulloso de su cachorro. Las personas que estaban cerca lo veían con ternura, pues era muy raro ver a un alfa así.

Pero bueno, Minho no es necesariamente como la mayoría de alfas esteriotipados.

— ¡Felicidades! — gritó Woojin, de repente una chispa se le encendió y comenzó a hacer movimientos raros.

Chan rió, fue un largo día para todos.

....

Estando ya en casa, Minho admiraba la bella imagen ante sus ojos; Jisung tarareaba una canción de cuna hacia el pequeño bultito entre sus brazos, cargándolo con delicadeza y sus ojitos castaños brillando, dándole un aspecto muy tierno.

El omega sintió los brazos de su pareja en su cintura, abrazándolo y apoyó su peso contra el pecho.

— ¿No es hermoso?— susurró viendo dormir al pequeño ser.

— Lo es, tanto como tú cariño— soltó, oliendo el aroma embriagador de su castaño.

Ambos posaron su vista en el cachorrito y sonrieron, ahora eran más felices y se sentían completos.

Porque tenían una razón más por la cual seguir luchando contra lo que les depare el destino. 

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746 palabras.

დ˚. 𝗻𝗶𝗻𝗲 𝗺𝗼𝗻𝘁𝗵𝘀 ‣ 𝗺𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴 ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora