¿Viernes 13 es siempre un día malo?

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Me despidieron.

Estuve 4 años en el mismo trabajo, soportando que me trataron como a una esclava y aun así se atrevieron a despedirme por la razón más estúpida. Mi jefe, ahora ex jefe dijo que su esposa creía que teníamos una aventura, cuando la verdad era que la tenía con Cathy. Su secretaria. Fue demasiado injusto.

Para sumarle a eso tenía que soportar la lluvia que comenzó poco a poco y que ahora parecía un diluvio. Me quede en una cafetería que quedaba cerca, toda mi ropa estaba empapada y mis zapatos favoritos se hicieron trizas. ¿Qué me quedaba? En el celular vi el mensaje de mamá preguntando por la comida del próximo mes y si llevaría a alguien, y veo la fecha. Viernes 13. Era de esperarse.

Las gotas caían, resbalan por la ventana y la carita feliz que dibuje con mi dedo derramaba lágrimas. Esto no podría ser peor.

- Disculpe, ¿esta silla ocupada?

- Lévesela - contesté desganada y sin levantar la vista a ver quién había preguntado.

- ¿Está usted bien?

No estaba de humor así que no dije nada y me puse audífonos. Mi vida era una completa mierda. No tenía para pagar el alquiler del mes pasado y ahora tampoco de este mes. En mi cuenta lo único que me quedaban era 50 dólares de los cuales gastaría 10 en el café. ¿Qué podía hacer? Estaba tan sumida en mis desgracias que no había notado que alguien me estaba tocando el hombro. Me quite un audífono, lista para matar a cualquier persona.

- Disculpe, ¿señorita Charlotte? -voltee y vi a un ángel. Bueno no, obviamente no lo era. Pero si parecía uno. Para meterlos en contexto imagínense una combinación de Tom Hiddleston, Henry Cavill y Chris Evans. Si, no existe. Sería un ser demasiado perfecto- ¿se encuentra bien?

Sali de mi hipnosis.

- ¿Lo... conozco? -bien al menos me salieron algunas palabras.

- Soy Leonard Collins, trabajo en el edificio de al frente -me tendió la mano y se la bese, si ya sé, no se la tenía que besar, pero estaba muy distraída. Él sonrió y yo quede como idiota.

- Eh... lo siento eso no -me rasqué la cabeza y no supe que decir.

- Esta bien- se sentó en la silla que tenía al frente y se pasó la mano por el cabello ¿Acaso había muerto y este era el paraíso? -el Sr. Phillip me comento sobre su despido y me pidió si podía ayudarla.

Bueno después de todo mi ex jefe no era tan cretino como había creído.

- ¿Ayudarme?

- Si, de hecho, me hacía falta una persona en estos meses. Escuché que es excelente en su trabajo.

- Lo soy -dije con la sonrisa más grande que me salió- he trabajado con muchas marcas exclusivas desde hace años y tengo mucha experiencia.

- No me queda duda, bueno ¿puede pasar por mi oficina mañana por las 9:00 am?

- Esta excelente, estaré ahí media hora antes.

- Bueno -miro su reloj que se notaba carísimo- ya se me hace tarde, la espero mañana- se paró de su asiento y rebusco en sus bolsillos- aquí está mi tarjeta.

- Muchas gracias -me pare también y le di (ahora sí) un gran apretón de manos -se fue alejando y me quede sentada un rato procesándolo, y me repetí a mi misma que todo estaría bien.

De repente la lluvia fue parando y me fui bailando Happy de Pharrell Williams salpicando lluvia como el Joker.

Esa noche soñé que me casaba con Chris Evans y cuando estaba a punto de decir que si alguien se paró y de su boca salió el sonido de ¿la alarma? Abrí los ojos de golpe y vi el reloj, 8:40 am. Raaaaaaaaaaaayos. Me vestí lo más rápido que pude y metí una mandarina en mi cartera junto con mi CV y mi maquillaje. Jamie (mi coche) no arrancaba por más que pisara el pedal unas mil veces. Tuve que ir corriendo al metro y con suerte lo alcancé. Mire mi reloj, 8:50 am, el metro demoraría unos 15 minutos. Fue bueno que me mudara cerca.

Impredecible Mr. CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora