PRIMER AÑO IV

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Tras eso, los cuatro salieron corriendo, pasaron por todo el colegio hasta llegar donde estaba McGonagall.

-Tenemos que ver a Dumbledore, es urgente.-Dijo el azabache.

-Él no se encuentra aquí.-Le respondió la profesora.-Recibió una lechuza urgente del ministerio de magia. Y partió sin demoras a Londres.

-¿Se ha ido? Pero esto es importante.-Dijo la más pequeña de todos.

-Se trata de la piedra filosofal.-Dijo al final Harry.

-¿Cómo saben...?-Harry no la dejó acabar.

-Alguien intenta robarla.

-No sé cómo conocen la existencia de la piedra, pero os aseguro que está bien protegida.-Dijo la profesora poniéndose un poco a la defensiva.-Ahora vuelvan a sus dormitorios en silencio.

Con eso concluyó aquella conversación, los cuatro niños se fueron de aquella sala sin intención de protestarle a su profesora. 

-No era un extraño el que conoció Hagrid en el pueblo, era Snape.-Dijo el azabache nada más salir.

-Y Dumbledore no está.-Continuó la de pelo rizado.

-Buenas tardes.-Dijeron a la espalda de los cuatro, haciendo así que se giraran sobresaltados por el susto.-¿Qué hacen aquí cuatro Gryffindor como vosotros aquí dentro un día como este?-Snape habló, miró de manera seria a cada uno de ellos, pero cierta pelinegra juraría haber notado como se le suavizaba un poco la mirada con ella, pero descartó eso de su cabeza.

-Estábamos...-Intentó inventarse algo la más mayor.

-Tened cuidado.-Empezó diciendo el profesor.-Alguien podría pensar que estáis.-Miró a Harry.-Tramando algo.-Y tal y como vino se fue.

-¿Qué hacemos ahora?-Preguntó la castaña.

-Bajemos por la trampilla, esta noche.-Dijo el azabache serio.

-No me jodas.-Dijo la más pequeña.

NARRA ___

Tras eso nos fuimos a la sala común, para pasar el tiempo, Ron y yo nos pusimos a jugar al ajedrez mágico, Hermione leía al lado mía y Harry...no sé que estaba haciendo Harry.

-Jaque.-Me dijo Ron.

-Odio este juego.-Dije porque odiaba perder, pero jugar a esto con él significaba eso, pero estábamos tan aburridos que me daba un poco igual.

-No lo odiarías si ganaras.-Se empezó a reír, haciendo así que yo también lo hiciera, la verdad es que su risa era muy contagiosa.

Cuando paramos de reír nos miramos fijamente, me encantaban esos ojos azules mezclados con el naranja de su pelo. Él apartó la mirada algo rojo, supongo que se estaba poniendo nervioso por tanto contacto visual.


La noche llegó antes de que nos diéramos cuenta, bajamos las escaleras rápidamente y nos encontramos en un sillón a Trevor, el sapo de Neville.

-Trevor, no debes estar aquí, vete.-Dijo Ron.

-Vosotros tampoco deberías de estar aquí.-Dijo Neville asomándose por el sillón, luego se levantó y se puso delante de nosotros, pero me quedé muerta cuando vi su pijama, a ver, el pijama era feo, pero a Neville le hacía muy adorable.-Ya vais a fisgonear otra vez, no lo permitiré.-Se estaba poniendo nervioso.-Lucharé contra vosotros.-Se puso 'para combatir', la verdad es que no sabía que estaba haciendo. Miré a Hermione, las dos pensábamos lo mismo.

-Siento esto Neville, me caes bien.-Dije, y acto seguido Hermione le lanzó un hechizo haciendo que se quedara quieto y se cayó al suelo.

-A veces dais miedo.-Nos dijo Ron.-Brillante pero escalofriante.-Hermione y yo nos miramos y soltamos una sonrisa.

Is our king! (Ron Weasley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora