La vida puede ser muy dura para todos, incluso si eres rico o pobre, pues nada es fácil a pesar de tu lugar en la cruel sociedad de hoy en día.
En un gran barrio lleno de gente humilde y de buen corazón, se encuentra una especie de cenicienta, si, d...
Es obvio que todos hemos crecido con las historias de las princesas y por ende, también hemos soñado con nuestro príncipe azul, esperando a que llegue para salvarnos de cualquier situación que es dolorosa para nosotros. Con el tiempo, te das cuenta de que ese chico de dentadura perfecta, el de una cabellera suave y reluciente, el de unos ojos azules muy hermosos, con una piel tan suave y sin ninguna imperfección, ese chico jamás llegará, ni siquiera existe.
Desgraciadamente yo me di cuenta antes, dejé de creer un hadas madrinas, dejé de creer en que un sapo llegará para llevarme a una aventura lejos del orfanato, dejé de creer en que un árbol me hablará mágicamente para guiar mi destino, dejé de creer en muchas cosas. Nadie me obligó a madurar tan rápido, el perder a mis padres y estar con mis hermanos en un orfanato deseando un futuro mejor me hizo cambiar, me hizo perder gran parte de mi infancia.
Ahora mismo me siento como una princesa, mis sueños cada vez más lejanos, deseando un día saber lo que es llegar a alcanzar tus metas, deseando llegar a un lugar donde nadie te haga sentir menos y obtener la felicidad completa. Estoy encerrada en una jaula, como un pajarito que desea ser libre algún día, pero cada vez la jaula se vuelve más pequeña perdiendo cada vez la esperanza de ser alguien mejor en esta vida.