3. Mundo Sin Color

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La gran mesa redonda de caoba, pulida hasta brillar, es el centro de atención. Sobre ella, hay mapas, documentos y copas de cristal llenas de vino tinto, cada una con un borde dorado que refleja la riqueza de sus dueños.

Alrededor de la mesa, se sientan los líderes de las familias mafiosas más poderosas del mundo, cada uno con una presencia imponente y una historia de respeto y temor.

—Debemos expandir nuestras operaciones en el Puerto. —habla Loren, señalando un mapa detallado de la ciudad—. El control de las rutas marítimas nos dará una ventaja significativa en el contrabando.

Varios asienten, pensado seriamente en su propuesta y como podría afectar eso, tanto de forma mala como buena, así que Loren decide proceder.

—He hablado con nuestros contactos en el puerto. Están dispuestos a colaborar, pero necesitarán un incentivo. Propongo que les ofrezcamos una parte de las ganancias iniciales para asegurar su lealtad. —explica, con las manos sobre la mesa.

Pedro Cruz, el líder de la Mafia Mexicana y que es parte de encargar las finanzas, asiente mientras revisa los documentos.

—Podemos desviar fondos de nuestras operaciones actuales para cubrir esos incentivos. Además, he identificado varias empresas de fachada que podemos utilizar para lavar el dinero. —hablo, acomodando sus lentes para leer—. La clave es mantener todo bajo el radar.

Loren asintió, de acuerdo con aquello y satisfecha en que apoye su idea.

—Nuestros infiltrados han proporcionado información valiosa sobre los movimientos de nuestros rivales. Sabemos que están planeando una incursión en nuestro territorio. —sintió la mirada fría y resentida de Leonora, pero la ignoro por completo y siguió con sus palabras ante los líderes mafiosos del mundo—. Propongo que utilicemos esta información para tenderles una trampa y debilitarlos antes de que puedan actuar.

La mujer Mattson jugo con una moneda de oro sobre la mesa, girandola y girandola, como si está conversación la aburriera, o al menos lo hacia su tía Loren.

La miro con tanta frialdad como si la odiara, una extraña emoción ante los ojos que rodeaban la mesa sin saber los secretos e historia que las entrelazaban a ambas.

El ambiente se tornó tenso cuando Leonora fijo sus ojos en su tía, sintiendo como una confrontación se aproximaba, pero ella mantuvo su tono de voz profesional al mencionar las siguientes palabras.

—Antes de que sigamos adelante con estos planes, quiero expresar mis preocupaciones ante el Círculo. —miro a todos los mafiosos, antes de volver a fijarse en Loren—. Loren, tu propuesta de colaborar con los contactos en el Puerto puede parecer una buena idea a primera vista, pero hay riesgos significativos que no podemos ignorar.

Loren, con sus ojos grises y mirada fría característica, miro a su sobrina.

—¿A qué te refieres, Leonora?

Ella se acomodó mejor sobre la mesa, posando ambos codos sobre la tabla de madera perfectamente pulida.

—Estos contactos han demostrado ser pocos fiables en el pasado. Recordemos el incidente hace tres años, cuando uno de ellos nos traicionó y casi perdemos una carga importante. —la miro fijamente, con un brillo rencoroso en sus ojos azules—. No podemos permitirnos confiar en ellos nuevamente sin garantías sólidas.

Loren se inclina hacia adelante también, su voz saliendo para nada contenta y peligrosa ante la intervención de su sobrina.

—Ese incidente fue un error aislado. Hemos tomado medidas para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir. —miro a los presentes, intentando tener el control de nuevo y sobre si misma—. Además, necesitamos su colaboración para mantener el control del Puerto.

Rojo Y Azul [Saga Mattson #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora