Seokjin

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Era cosa de todos los días escuchar su risa, hacerse el payaso y verlo preocuparse por los demás. Tenía una esencia tan pura, sus ojos juguetones y sus caras graciosas, su voz entonada y relajante, podría escucharlo cantar todo el día. Me gustaba mirarlo hacia arriba, admirar su estatura y sus anchos hombros, todo en silencio porque era demasiado cobarde como para decirle que me quitaba el aire a veces, la verdad, siempre.

Era mayor que yo y siempre se encargaba de recordármelo. Me preguntaba a menudo si me estaba alimentando bien y solía reprenderme cuando le confesaba que odiaba desayunar. Es la comida más importante del día, me decía y la verdad es que a veces solo decía que no había desayunado para sentir que se preocupaba por mi, sentirlo más cerca de mi.

Es tan difícil mirarlo desde más allá y saber en tu cabeza que es inalcanzable. Hoy andas distraída, habló mientras caminábamos sobre las hojas caídas por el otoño, y como decirle que me distraía siempre pensando en él. Estaba pensando, le respondí y de repente sentí la necesidad de gritarle que me gustaba. ¿Tu cabeza funciona? preguntó refregando mi pelo desde las alturas, era un descarado, le encantaba molestarme. Me gustas, le dije y paré mis pasos para mirarle a la cara. Estaba inmóvil, con sus manos recogidas como solía hacerlo, su boca media abierta y sus ojos en los míos. Mi corazón latía fuerte y pude ver como su respiración comenzaba acelerarse. No seas ridicula, golpeó mi hombro pero me quedé muda. Estaba siendo ridicula al creer que me correspondería así que decidí reírme y seguir caminado, mintiendo y diciendo que era una broma. El caminó detrás de mi, más lento, pensando en cada paso, haciendo sonar las hojas. Tomó mi mano, delicado como el y obligó a detenerme, acarició mi mano y se acercó hacia mi, cauteloso, sin dejar de observarme con sus labios gruesos y mojados de los nervios. Me besó, me besó y sentí una explosión de colores dentro de mi, de pronto el cielo era rosa al igual que las nubes, las flores más potentes y el resto del mundo desaparecía. Tomó mi rostro y sentí que su tacto quemaba en mis mejillas enrojecidas. Eso era Seokjin para mi, el hacía que mi mundo tuviera colores. El era los colores de mi vida y aún más.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2020 ⏰

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