𝐕𝐞𝐭𝐞𝐫𝐢𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨;; hv

ｐｒｏｌｏｇｏ

En el pequeño pueblo de Daegu residía una gran veterinaria /y única/ en el centro de la provincia; donde todos los habitantes morían por llevar a sus mascotas casi todo el tiempo. Y seguramente te estés preguntando el porqué de esta razón; ¿acaso el clima era tan malo que las mascotas de todo el mundo enfermaba constantemente? ¿Algún especie de virus que solamente afectaba a los pobres animales?; pues no, mi querido amigo. Nada de esto, en la realidad la razón de que en su mayoría la veterinaria estuviera repleta de gente, y en su mayoría de mujeres jóvenes tenía nombre y apellido: Jung Hoseok.

Jung Hoseok era un joven que se había trasladado no hace muchos meses a Daegu para poder ejercer su profesión como Veterinario; eligiendo su punto de partida aquel pequeño pueblo que carecía de profesionales para atender cómo se debía a los muy pobrecillos animales, y también dando ayuda comunitaria a algunas comunidades del lugar. Y claro alguna cosa buena tendría el hombre para traer locas a casi todas las mujeres, ¿no?. Y en realidad así era, tenía muchas cosas buenas; desde un carisma y alegría exorbitante hasta una belleza varonil sin igual, y ni hablar de la bondad que poseía, que era igual de grande que el dinero que cargaba en la cuenta. Sí, esas eran una de las cuantas razones.
Pero bueno, dejemos de alardear del hombre perfecto y fijémonos en otro personaje igual de importante: Kim TaeHyung.

Alegre, tímido e ingenuo; palabras asertivas que describían a la perfección al joven que vivía en compañía de su abuela y de un muy enérgico cachorro. TaeHyung era aquella alma bondadosa del pueblo a la cual no le costaba dar un pedazo de pan, así que por lo tanto era muy normal verlo participando dando una mano en la ayuda comunitaria, en el asilo de ancianos o en la florería ayudando a regar las flores y o dando encargos, claro, esto era cada vez que podía pues el joven vivía bastante aislado del pueblo junto a sus abuelos, y cómo sabrán tener de tutores a señores de tercera edad a veces no era del todo positivo, puesto que a veces las cosas podrían complicarse en casa con ellos y tener que velar por ellos más tarde, aunque esto no era obstáculo para TaeHyung, quién cada vez que podía llevaba a un chequeo diario a su pequeño tesoro; Yeontan, un pequeño Pomerania que había sido dado por su abuelo, quién le regaló al canino a su nieto al haberlo encontrado abandonado a la mitad de la calle al borde de la muerte.

Y bueno, quizás aquellas citas a la veterinaria eran algo más que una preocupación por su mascota, quizás era esa pequeña atracción que sentía al ver esa sonrisa perfecta o era probablemente la dulzura al hablar del hombre, no lo sabía con exactitud, pues la ingenuidad de su corazón inexperto le indicaba con sutiles aceleraciones al verlo que quizás estuviera enamorado, quizás, esa simple idea era algo vergonzosa, ¿no?, no.