El amor en los tiempos del Instagram.

En estos tiempos modernos la felicidad depende de pequeñas pendejadas que nos atormentan y que poco importan en verdad. Pendejadas como un "Like", que para una persona joven, puede cambiar el estado sentimental en un abrir y cerrar de ojos.

Julián es un chico gordo y divertido de bachillerato, que para las niñas del colegio siempre ha pasado desapercibido como el Doctor Zoidberg de Futurama, cosa que decía que no le importaba, pero en realidad él quería querer y ser querido, como todos. Un día, en lo que los demás compañeros de Julián jugaban al fútbol creyéndose mejores que los Niupi de Los Súper Campeones, Julián estaba stalkeando a Camila, una chica de otro salón, alta y tenía el pelo teñido de rubio, como Phoebe Buffay de Friends, esta chica que lo trae loco, pero Julián cometió un error, un error fatal, al estar viendo fotografías viejitas de Camila, se le fue la mano, y al intentar darle un zoom a la última foto le termino dando un Like en Instagram.

Ese error congelo a Julián más que la prisión de hielo del Sr. Frio de Batman. No sabía qué hacer. De los nervios cogió el celular con la palma de la mano para no ver lo que hizo, pero este último movimiento lo hizo tomar una captura de pantalla a la historia de Camila, lo que supo de inmediato, porque Instagram le mando una alerta, de que Camila sabía que él había tomado un pantallazo, esto puso a Julián más nervioso que adolescente con prueba de embarazo. Porque él sabía, que Camila sabía, que él la seguía de cerca como novia toxica a celular solitario.

Julián intento evitar a Camila en el descanso que le quedaba, pero esto último fue inútil al topársela a la salida en la puerta, intenta salir viendo el piso, pero una mano que lo agarra del hombro lo interrumpe de improvisto, es Camila que le pregunta con gesto amable pero nervioso que es lo que ha pasado, a lo que Julián le responde: – Solo quería ver que si desde chiquita estabas así de bonita–, Camila se puso colorada, no esperaba una respuesta de esa manera, así que con una sonrisa le dijo: – Para que veas que sí, y tú no estás nada mal. ¿Que te parece si nos vamos juntos al Transmilenio? –, Julián no lo podía creer, solamente asintió la cabeza y se fue con ella.

Nicolás Amézquita

Bogotá - Colombia

2020