Estaba yo en sexto de primaria con mis once años, cuando un día les comente a mis padres que quería dejar la natación. Pues me ocupaba demasiado tiempo libre. Tenía que ir seis días a la semana a entrenar y depende del mes incluso siete. Ese día les propuse a mis padres la posibilidad de apuntarme a un equipo de futbol ya que en los vestuarios casi no tenía con quien hablar, porqué que mis compañeros hablaban de sus equipos.
Mis padres accedieron a apuntarme y me fui junto a ellos a inscribirme al equipo local. Una vez estuve ya en el equipo me pusieron de defensa central y fui poco a poco conociendo a mis compañeros, yo por aquel entonces no tenía ni idea de mi homosexualidad ni tampoco me imaginaba lo que me venía por delante. En esa época de mi vida, yo era feliz, ya que no tenía ningún problema emocional ni de ningún tipo. Gracias a los jugadores hice buenos amigos que no tenía ni idea que iban al mismo colegio que yo ni que ellos si me conocían a mí. En el colegio me empecé a hablar más con los compañeros y al cabo de unas semanas ya éramos amigos.
Pasaron un par de meses y yo ya salía a la calle con ellos pero seguía sin saber ni pensar que yo iba a ser gay. Un inesperado día llego un chico nuevo al equipo de futbol en el que jugaba. Era alto delgado con el pelo moreno y peinado como los surfistas hacia un lado. Yo casi no le conocía y el a mi tampoco, solo de vista de avernos visto un par de veces en la calle y así. En los entrenamientos lo pasábamos muy bien pero llegaban los partidos y siempre los perdíamos por goleada.
El primer partido que ganamos fue en un campo cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, pero sí que me acuerdo que nevaba mucho y que el campo pertenecía a un polideportivo, ese día ganamos uno cero el gol lo marco uno de nuestros mediocentros. Aquel día nos dieron chocolate caliente por el frio que hacía y después del chocolate todos al vestuario a celebrar nuestra primera victoria. Por si os interesa seguía sin tener ni la más remota idea del futuro que me esperaba, y ni tan siquiera me replanteaba el tema de ser gay.
Los días pasaban y poco a poco iba cogiendo más práctica y habilidad en el futbol. Pronto empezamos a ganar cada vez más partidos y sin darme cuenta llego el verano y con ello mi primer torneo que se organizaba todos los años por junio en Torrelavega (Cantabria). En el equipo nos comentaros así un día por encima lo del torneo para que se lo fuésemos avisando a nuestros padres para que el día que nos entregasen las hojas de aceptación para la participación en el torneo no les pillase así de improviso y a botepronto. Por fin después de tanto hablarnos del torneo, nos entregaron las hojas para que nuestros padres firmasen, a mis padres les gusto la idea de ir al torneo porque así nos lo pasaríamos bien mi familia y yo. Por si no os he contado somos cuatro: mi padre, mi madre, mi hermana de tres años menor y yo. En la junta directiva decidieron coger un autobús para todas las familias que querían ir y de esa manera no tener que gastar tanto combustible en coches. Muchas dijeron que si, incluyendo la mía.
Por fin llego el día que con tanta ansia esperaba, el día del torneo. Todos tuvimos que madrugar a las seis para ir al punto de encuentro donde aviamos quedado a las siete de la mañana. Una vez todos reunidos esperamos a la llegada del autobús, en cuanto llegó, subimos y dejamos todas nuestras pertenencias en lo alto del autobús como es costumbre. Todos los del jugadores nos pusimos atrás del autobús juntos para poder charlar y estar jugando a la PSP. La ida fue bastante rápida, yo creo que fue porque estábamos todos entretenidos y entusiasmados por el torneo. En cuanto llegamos dimos el nombre del equipo y el de los jugadores para que supieran que estábamos todos ya, minutos después nos enseñaron el vestuario donde nos íbamos a cambiar todos los días que durase el torneo. Por suerte o por desgracia solo duro dos días. El primer día después de habernos cambiado ya salimos a uno de los dos campos de entrenamiento que había allí para ejercitar un poco los músculos antes de nuestro primer partido. Estuvimos entrenando unas dos horas seguidas para coger fondo y calentarnos antes del partido. Dieron las 10:00 am hora del partido, fuimos todos corriendo al campo donde teníamos que jugar, los tiempos no eran como en los partidos normales de cuarentaicinco minutos sino que constaba de dos partes de veinte minutos.
Salimos al campo los once titulares mientras que en el banquillo se quedaron cinco cambios, el partido lo jugué muy bien, mis compañeros obviamente también. Ese partido si no lo recuerdo mal lo ganamos por un total de tres goles a dos. El equipo se vino arriba al final porque pensábamos que los otros iban a ser muy buenos. Después de ese fuimos al vestuario y nos duchamos y cambiamos para estar aseados y guapos. Cuando salimos todos estábamos mucho más relajados y con mejor aspecto que cuando entramos la segunda vez, pues las endorfinas hicieron efecto y el agua caliente relajaba también bastante. Como ya no teníamos ningún partido hasta las 16:00pm fuimos a dar una vuelta por las instalaciones deportivas que había allí y no solo eso también fuimos a ver los demás partidos. Estuvimos paseando y viendo como los demás equipos entrenaban mientras tanto yo, sin saber porque me empecé a fijar en el chico nuevo que vino un poco antes del primer partido que ganamos. No entendía por qué, pero el chico ese llamado Beñat me atraía, era una sensación muy extraña, como cuando te gusta algo pero no sabes por qué.
El caso es que yo en ese momento estaba con todo mis compañeros y no podía pensar tranquilo dado el alboroto que montábamos los dieciséis jugadores juntos. Estuve durante un rato dándole vueltas a la cabeza, pero al final decidí dejarlo de lado y seguir pasándomelo bien, pues así no iba a poder pensar tranquilo. Estuvimos paseando una media hora hasta que fuimos a ver uno de los partidos. Cuando llegamos al campo mi equipo estaba medianamente callado asique tome la decisión retomar mis pensamientos anteriores. Estuve pensando y dándole vueltas a la cabeza porque no podía parar de pensar en el. No entendía porque pero ese chico me gustaba, yo supuse que tenía que ser del cansancio porque en ese momento no me planteaba la homosexualidad ni nada de ese estilo que no fuese heterosexual. Lo deje como que era parte del cansancio, que mi cerebro estaba cansado y que no estaba en situación de plantearme algo de ese calibre.
Llego la hora de comer y todos fuimos al restaurante del polideportivo, los padres se esperaban que iba a ser el típico cuchitril con un par de mesas y bocadillos para comer. Estaban equivocados, el restaurante resulto bastante mejor de lo que nos esperábamos todos nosotros. Ese día no me acuerdo lo que comimos todos, porque antes de ir los entrenadores solicitaron un menú igual para todos. Después de comer serian aproximadamente las 13:00 pm, asique salimos fuera y nos relajamos tumbados en la hierba. Algunos decidieron jugar un partidillo entre ellos pero a mí me daba tanta pereza jugar después de comer que me quede tumbado hasta la hora de empezar a entrenar o calentar. Cuando empezamos a entrenar yo volvía a darle vueltas al tema de ese chico que me gustaba, estuve durante esa media hora como ido del calentamiento pero cuando llego la hora de jugar estaba al 100% metido en el partido. En ese, no jugué de titular pero sí que salí al campo unos veinte, veinticinco minutos, dado que los tiempo eran de 20 minutos cada uno.
Terminamos el partido y ese quedamos empate asique tuvimos que ir a penaltis, nuestro portero no era muy bueno pero nosotros hicimos lo que pudimos. Ese partido lo perdimos siete a cinco. Nos volvimos a duchar y cambiar y ya con todo eso llego la hora de irnos de vuelta a casa para descansar y al día siguiente madrugar para volver otra vez al torneo. Si, lo sé, es de locos irnos para después madrugar por segunda vez y volver, pero no podíamos hacer nada alquilar un hotel para dos días era un poco caro asique tuvimos que optar por lo barato. El viaje de vuelta, creo que se nos hico a todos bastante más largo que el de ida. Siempre suele pasar lo mismo vallas a donde vallas. El regreso a casa fui dormido en el autobús y cuando me desperté mis compañeros que son tan majos me sacaron unas diez fotos dormido. Ellos decían que eran para recordar, pero todos sabemos que esas fotos son para reírse en el futuro. Llegamos por fin de vuelta a casa asique lo primero que hice fue deshacer la mochila para poner una lavadora con la ropa del equipo sucia y lavarla para el día siguiente. Después de eso cene un poco y me metí a la cama. Estuve una media hora de reloj pensando en lo sucedido en el torneo con Beñat pero al final el agotamiento me pudo y cerré los ojos.
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Mama, Papa SOY GAY
Teen FictionEn este libro que os dejo aquí os voy a relatar la historia de mi homosexualidad. Desde el principio, de cómo poco a poco me fui acercando a mis amigas de cómo me sentí en un primer momento hasta hoy en día, y que me tenéis aquí escribiendo este lib...