Mamá, papá.
Si leéis esto es porque es demasiado tarde, porque seguramente no lo habré conseguido. Se que nunca fui el hijo ideal, solo una perdida de tiempo y un disgusto durante estos años. Os mantuve demasiado ocupados con mis rarezas, pero me lo merecía mamá. Todo lo que me hacían. Todos esos insultos y golpes, cuando me metían la cabeza en el váter. Todo fue mi culpa mamá, todo fue culpa del monstruo que soy y siempre fui. No lloren por mí, pues, ahora soy feliz. He dado mi último suspiro y he decidido precipitarme al vacío de la única manera más bonita que había. Dando el salto final, volando aunque fuera solo por unos minutos, sintiendo que tocaba el cielo y después todo se volvería oscuro. Solo hay una persona que me frena. Mamá tú lo conoces, el hijo de los Watson. John. Mamá, él era el único que me llenaba, mamá, él era el único que me aconsejaba, que me protegía y cuidaba. Pero yo he decidido dejarlo de lado, mamá... yo he decidido hacerle este daño. Mamá, por favor, cuida de él. Que no cargue en su consciencia mi ida. Pues John ya sabía que las sobredosis que tomaba terminarían conmigo. Mamá, que no llore por mí. Que no lo haga. Y digo solo mamá, porque ella fue la única capaz de ver mi amor hacia ese chico. Así que por favor, mamá. Ni una lágrima cuando reciba las noticias. Mamá, no piensen que fue vuestra culpa esto. No, mamá. Me lo merecía, eso es todo. Nunca me sentí bien en este mundo. Siempre fui el bicho raro. El niño con asperger, el psicópata. Mycroft me protegía diciendo que era un sociópata. Que no había nada malo en ello. Pero si que lo hay, porque soy un monstruo.
Mi cuerpo lo encontrarán en St. Barts.
Gracias por todo lo que me habéis dado, pero, yo jamás pedí nacer.Adiós.
~Sherlock.