PROLOGO

94 2 10
                                    

Después de años de promesas incumplidas y corazones rotos, Carolina decidió que el amor no era más que una ilusión, una trama hecha de palabras vacías y gestos efímeros. Tras una dolorosa ruptura, construyó un muro alrededor de su corazón, y juró, que no volvería a permitir que alguien lo atravesara. Con la determinación de protegerse de más heridas, se sumergió en su escuela, en sus pasatiempos y en una rutina que, aunque monótona, le ofrecía seguridad.

El amor no solo la había decepcionado, sino que también la había hecho odiarse a sí misma. Se sentía atrapada en un cuerpo que nunca encaja con los estándares inalcanzables que había intentado consegir. Cada espejo parecía reflejar no solo su físico, sino también un desamor que la había dejado marcada. En lugar de abrazar sus curvas,Carolina se refugió en la autocrítica y el rechazo, construyendo una coraza emocional a prueba de cualquier sentimiento que pudiera volver a lastimarla.

Sin embargo, el destino tiene una forma curiosa de desafiar nuestras certezas. En un giro inesperado, se encontró en medio de un nuevo grupo de amigos, un rincón aparentemente seguro de su existencia. Allí, en medio de risas y charlas despreocupadas, conoció a alguien que desafiaba todas sus expectativas. Al principio, pensó que ese alguien era la imagen perfecta del amor que había estado esperando. Pero a medida que los días pasaban y la complicidad crecía, descubrió que el verdadero amor no estaba en la persona que había idealizado, sino en alguien completamente inesperado.

Este nuevo amor no solo la aceptó, sino que celebró cada parte de su cuerpo con una admiración genuina que Carolina nunca había conocido. Cada gesto y cada palabra se convirtieron en un bálsamo para las heridas que había llevado durante tanto tiempo. En vez de cuestionarse y odiarse a sí misma,  empezó a ver su cuerpo a través de una nueva lente, una que le enseñó a amarse y a valorarse como nunca antes.

A veces, el amor llega de formas inesperadas, y en el proceso de encontrarlo, descubrimos que el verdadero desafío no es abrir el corazón, sino aprender a amar cada parte de nosotros mismos. Carolina estaba a punto de entender que la aceptación y el amor propio pueden ser las llaves para desatar el verdadero amor, el que siempre había estado ahí, esperando en los lugares menos probables.

QUERIDO NADIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora