Un joven perfecto

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Era un terrible lunes, inicio de semana, Jungkook odiaba los lunes, con pereza cargaba sus cosas mientras arrastraba los pies tal anciano ochentón en dirección al baño, simplemente quería que este día terminara pronto para así poder regresar a su habitación o santuario como él le suele llamar y no es que detestara la idea de la universidad, por el contrario, él disfruta mucho de su carrera ya que ama las matemáticas y el dibujo pero las tareas lo ponían exhausto y le aburrían, eso no era para él, prefería hacer colosales maquetas a estar horas tendidas en un cuaderno.

Luego de asegurarse de tener todo en su mochila, bajo a la cocina de su vivienda donde yacía su hermana y su madre.

--¡Buenos días! – saludó cortésmente y con una delicada sonrisa, haciendo difícil el notar las marcadas ojeras que se ocultaban detrás de una hermosa y vigorosa sonrisa.

--Pasaste otra noche sin dormir, sabes que no te hace bien peormente que ya vienen los exámenes del primer parcial. —regañó cuidadosamente Jiwoo, su madre, hay que ser sinceros, la mujer era un sol, siempre sabía la manera y el momento correcto para decir las cosas.

--Tenía tarea retrasada por el día que perdí.—rápido se excusó pero claro estaba que su madre no le creía aunque dejaría el tema hasta allí para no abrumar a su hijo.

--No la tuvieras si ayer en lugar de haber pasado jugando con Jimin y Taehyung, hubieras realizado tus deberes responsablemente.—Jeon JinSeok, padre de Jungkook, empresario famoso no solo por ser de las mentes mas brillantes para los negocios sin también por ser tan rígido y exigente con su propia familia.

--Perdón papá, últimamente había estado muy atribulado sobre todo por lo que sucedió la semana pasada y pensé en distraerme un poco.—JungKook siempre fue un hijo obediente y comprensivo, aunque estaba más que claro que le temía a su propio padre.

--No te excuses, tampoco te estoy llamando la atención, te estoy aconsejando para que en un futuro seas un hombre lleno de triunfos. Los amigos están después, primero lo primero que son tus estudios, mírame a mí, mis amigos me abandonaron pero eso no me ha quitado triunfos.

Siempre eran los mismos discursos de los cuales Jungkook ya estaba cansado pero simplemente se quedaba callado. En la habitación el silencio comenzaba a reinar pero un sonoro suspiro de JungKook inundó y acabó con aquello.

--Gracias por el desayuno, ma. Hoy caminaré hacia el instituto. —dicho esto se levantó de la mesa y salió de la casa, tal vez un poco de aire fresco le hacía bien.

Mientras JungKook se alejaba de su casa, dentro de esta Jiwoo se encontraba regañando a su cónyuge.

--Siempre es lo mismo, ¿no te cansas?—era más que obvio que a Jungkook las palabras de su padre le han afectado desde muy pequeño y ese era el reclamo que Jiwoo hacía.

--Calla, mujer, todo lo que hago es por su bien. —la frialdad que Jinseok era completamente sorprendente y hasta podría causar terror.

-- Es tan notorio. – Respondió con sarcasmo Jiwoo.-- ¿Dónde estabas la semana pasada que te necesitaba?—con esto logro callar a su marido quien sintió vergüenza del momento.—Trae tus cosas Somi, te iré a dejar a tu instituto.

Por otro lado JungKook caminaba en soledad y con la misma pesadez de siempre, su vida desde muy pequeño ha sido tan abrumadora que ya le desespera el solo respirar pero nadie lo notaba, nadie notaba su frustración, lo único que notaban es esa amplia y hermosa sonrisilla del cual es poseedor, ¡que tonta es la sociedad!, creen que por tener una sonrisa reflejada en el rostro eres feliz.

--¡Hey, Jeon!, tú no aprendes, ¿verdad?—su amigo le saludaba y al mismo tiempo como un padre le regañaba.

--Jimin, por favor, no estoy para regaños.-- contesto, Jungkook.

JJ.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora