capítulo 1- PRIMER DÍA

23 3 2
                                    

Estoy soñando con un vacío negro, un vacío al que caer para no levantar, de repente veo un túnel, lo sigo; abro los ojos de repente acordándome que tengo que ir al instituto.
Me peino y me arreglo a máxima velocidad y antes de irme decido avisar a mi madre.

-¡Mama! -Grito desde mi nueva habitación.

-Cuál es tu problema.-Responde desde algún lugar de la casa.

-Me voy a clases.-Anuncio y salgo por la puerta.

Que fantástico todo, mi madre no se preocupa por mi y eso en ocasiones puede ser bueno y en otras puede ser malo.

Camino desorientada por las largas calles de Newtover sin saber si voy por el camino correcto.
Camino unos veinte minutos hasta que logro vislumbrar la silueta de un gran edificio, creo que ya he encontrado el instituto.
Corro para intentar llegar a tiempo y de hecho lo consigo, llego a la puerta donde una chica morena de rostro amable y radiante sonrisa me recibe con alegría.

-Alison Rosent.-Se presenta.

-Hazel Racel.-Digo con fingida alegría.

-Sígueme, te mostraré tu clase.-Dice sonriendo.
Caminamos por el silencioso y largo pasillo hasta llegar a mi nueva clase.

-Es esta, yo me tengo que ir, espero que te vaya bien.-Y dicho esto se marcha.

Toco la puerta con lentitud y casi juraría que me he oído suspirar.
Una mujer alta y delgada, de rostro amigable me sonríe y me invita a pasar.
Entro y automáticamente analizó el rostro de mis compañeros y compañeras; algunos me miran con curiosidad y atención mientras hay otros que ni siquiera lo hacen.

-Os presento a Hazel Racel.-Dice la profesora antes de girarse y seguir con la clase.

-Aquí.-Me susurra una chica del fondo de la clase.-Siéntate por favor.-Me dice señalando la silla vacía a su lado.

-Gracias.-Me limitó a responder mientras sonrió.

-Soy Claudia Sonz.-Me dice mirándome con sus grandes ojos azules.

-Encantada.-Digo devolviendole la mirada.

La clase pasa lentamente y no vuelvo a intercambiar palabra con la tal Claudia.
Cansada de escuchar a la profesora sacó mis auriculares Bluetooth y me conecto mi play list favorito.
Estoy tan concentrada en la música que ni siquiera me doy cuenta que el chico que se sienta delante mio me está hablando.

-Disculpa, ¿que decías?-Pregunto con dulzura.

-Decía que si quieres venir a comer conmigo y con mis amigos después del instituto, nosotros congeniamos muy bien con la gente nueva.-Contesta con amabilidad.

-Claro.-Respondo extrañada con su petición.

Pasan dos largas horas más de clases y cuando por fin toca la alarma que indica el patio la profesora se acerca a mi y da un golpe en mi mesa.

-¿Que ocurre?-Pregunto quitándome los auriculares.

-Te he preguntado diez veces tu nombre y al parecer no me escuchabas.-Responde con molestia.

-Ni sabía que me lo decía a mí.-Intento disimular.

-Fuera de mi clase, estas castigada sin patio.-Dice intentado controlarse.

-Bien.-Es lo último que digo antes de salir por la puerta y dar un portazo.

Camino sin un rumbo fijo consumida por la rabia y paro en seco al doblar el pasillo.

-Casi nos chocamos por tu culpa, mira por donde andas.-Le digo al chico con dureza.

-¿Y si te digo que soy ciego?-Pregunta.

-Lo siento muchísimo.-Digo realmente apenada.

-No soy ciego, pero si lo fuera no me gustaría que me hablasen como lo has echo tú, ni aun ciego ni a ningún ser humano.-Me dice pasando por mi lado mirándome fijamente por unos instantes con esos hermosos ojos azules mezclados con amarillo antes de desaparecer por el pasillo.
Me recupero de la confusión y lo paro antes de que continúe caminando.

-Espera.-Le digo caminando a su lado.
-¿Que?-Responde seco.

-¿Sabes dónde van los castigados?-Pregunto intentando sonar amable.

-Si, voy a esa aula.-Responde todavía en tono seco.

-Te acompaño.-Digo y él asiente con la cabeza.

Tardamos cinco largos minutos en llegar al aula y una vez allí me doy cuenta de que no hay más gente excepto un profesor joven.

-¿Mark Jacen y Hazel Racel?-Pregunta el profesor.

-Si.-Responde Mark.

-Ya sabéis, sentaros y portaros bien, voy a por un café.-Dice antes de salir a toda velocidad por la puerta.

-Nos deja solos.-Digo en voz alta para mi misma.

-Siempre hace lo mismo.-Dice Mark.

-¿Porque te han castigado?-Pregunto con curiosidad.

-Estoy aquí porque quiero, no porque este castigado.-Responde sonriendo de lado.

-El mundo es duro.-Es lo único que se me ocurre decir.

-Lo dices como si la soledad fuese algo malo.-Se gira hacia mí.-¿Sabes que vamos juntos a clase?-Dice cambiando el tema de conversación.

-¿Enserio?-Pregunto sorprendida.

-No deberías utilizar auriculares en clase.-Dice regañandome.

-Tienes razón.-Respondo mirándolo fijamente.

-Me caes bien.-Dice de repente aportando la mirada.

-Tú a mi también.-Reconozco y una risita tonta se me escapa.

Me dispongo a emprender otra conversación cuando el profesor entra en clase y se sienta a mirar el portátil.
Me vuelvo a colocar los auriculares y me siento al lado de Mark provocando que me mire raro.
Mark saca un libro de su mochila y se pone a leer mientras yo me lo quedo mirando como tonta.

-¿Que?-Me pregunta en un susurro.

-Estas leyendo.-Afirmó susurrando.

-Amo leer.-Responde con simpleza.

Pongo la mochila encima de la mesa y saco el móvil.
Veinte llamadas perdidas de Estefan, eso no pinta bien.
Me meto en redes sociales y empiezo a ver las novedades de la gente conocida y una publicación hace que empieze a llorar.
Lanna, la hermana de Jace, el chico al que asesine a publicado una fotografía de ellos dos abrazándose, hoy hace un año que lo asesine y no me acordaba.
Empiezo a llorar y Mark empieza a hablarme.

-Necesito ir al baño.-Digo entre llantos y el profesor asiente con la cabeza.

-Voy con ella.-Dice Mark cogiéndome de la mano y acompañándome al baño.

Llegamos al baño de chicas y Mark entra dentro conmigo y me moja la cara mientras yo hipo y lloro.

LOS TROTADORES DE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora