Capítulo 50: Todo era verdad, está pasando.

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REED

Detuve el auto frente a la casa de Wyatt gire la llave apagando el motor con un suspiro tan cansado que se sintió como exhalar la poca energía que me quedaba.

Miré al chico a mí lado dormido sobre el asiento. Nadie estaba preparado para ver morir a otra persona, era como una condición humana que unos superaban y otros no, pero admito que cuando vi las rocas caerle encima sentí como si todo a mí alrededor colapsara.

Nadie sobreviviría a algo así, era físicamente imposible, y tuve que comprobar que seguía vivo una vez más para deshacer el nudo que tenía en la garganta.

—¿Llegamos?—Wyatt parpadeo con pereza y al mirarme se percato de que estaba tocando su pecho con la palma abierta. Apoyo su mano sobre la mía—Estoy Bien, Reed. En serio.

Estar bien era un estado insatisfactorio en ese momento, quería conectarle aparatos al cuerpo que me indiquen que no había lesión, hemorragia o algo que pudiera llevárselo en cualquier momento.

Lo seguí fuera para ayudarlo a caminar. No era que no pudiera, según él estaba como nuevo gracias a Megan, sino que yo sentía que estaba herido.

Dio varios pasos en dirección a su casa y se volteó hacia el otro lado de la calle.

No me atreví a hablar. Tenía tanto que pensar y procesar, aún no recuperaba la calma y comenzaba a creer que sí perdería todas las plumas. Megan sabía la verdad y una parte de mí se sentía triste por ello. Cuando estábamos junto a Wyatt ni siquiera me moleste en guardar apariencias, era mí culpa. Sentía como si estuvieramos solos y parte de mi se estaba arrancando en pedazos de la desesperacion de no saber que hacer.

No fue la mejor manera de decírselo, pero ya estaba hecho.

Wyatt abrió la boca volteándose como si fuera a cruzar la calle y de repente la puerta de su casa de abrió dejando ver a una mujer vestida de hospital.

—¡Wyatt!—su madre corriendo hacia nosotros con una mueca de horror y la mano cubriendo su boca. Apoyo las manos en sus hombros temblando y al ver qué Wyatt estaba bien lo abrazo—¿Cariño, estás bien?¿Es...?Vi las noticias y la escuela se cayó, me llamaron pero... ¿Dios, que te sucedió?.

—Estoy bien—repitió él abrazándola con fuerza cuando ella quiso apartarse a ojearlo—, fue... Un accidente.

—¿Fueron ellos?—preguntó resentida y molesta. Se apartó y al estudiarme al lado de su hijo comprendí la similitud de sus reacciones—¿Los que los siguen?¿Los atacaron?¿Ellos te hicieron esto?.

Wyatt me lanzo una mirada avergonzada, cuando me contó que le dijo la verdad a su madre no creí que ella le creyera.

—No...

—Los mataré—interrumpió furiosa.

Me quede en silencio viendo cómo él entraba en pánico porque no lo dejaba hablar y por un momento me entretuve de ver a alguien callar a Wyatt Croy.

Un espectáculo así no se veía todos los días.

—Ma—comenzó con tranquilidad—, no fueron ellos.

Dio un paso adelante y sus rodillas fallaron.

Me adelante a sostenerlo y pase su brazo por encima de mis hombros para ayudarlo a caminar.

—Cariño—la mujer acuno el rostro pálido de su hijo y vi lágrimas llenar sus ojos—, vamos dentro.

Asentí con el nudo en la garganta y la seguí hasta el sillón del living frente a la cocina dentro de la casa. Me indicó recostarlo entre los cojines y luego se fue a buscar algo a una habitación.

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