Sanctum viaje a traves del tiempo.

1. Un espeléologo en el centro de la tierra

'' Incluso en el lugar más oscuro y alejado de la tierra, existe una válvula de escape que nos conduce directamente hacia la superficie; el dolor es similar al de un parto, no obstante,  sientes que comienzas a vivir de nuevo ".

Magnus S. explorador latino 29 a.C

El cuerpo humano es sin duda alguna una máquina muy poderosa, siempre y cuando sepas como usarla en situaciones de alto riesgo. Muy dentro de ese asombroso vehículo de articulaciones, músculos y huesos, específicamente en el centro de la corteza craneal se encuentra el órgano responsable de tu supervivencia o muerte : el cerebro, y más que a esa gran masa muscular y gelatinosa, yo le daría un crédito especial a la mente, ese espacio abstracto donde millones de neuronas se desplazan a diario, tal como lo hacen las aves en el cielo o los peces en el océano .

Estas maestras en el arte de la navegación, son las responsables de conducir a la astro nave central la respuesta que proviene de tus estímulos inmediatos, y a su vez, la gran madre tiene el enorme deber de responder correctamente a esto pequeños obreros , para que inmediatamente tú puedas tomar una decisión en un determinado momento, estés en calma o como en mi caso, en una situación de adrenalina extrema.

.Pondré como ejemplo tres situaciones de la vida que darán como resultado diferentes reacciones y entenderás el por qué debes controlar tus pensamientos y emociones...

Primero, tenemos el caso de un terremoto, donde puede ocurrir los siguientes escenarios: En el primero, las personas se quedan en estado de shock y se paralizan totalmente ante la sacudida de la superficie. En el segundo, nos encontramos con persona que actúan con la mente fría y se encuentren en la búsqueda de opciones para sobrevivir, y por último, en el tercer escenario, no encontramos con personas que entran en pánico y comienzan a correr desesperadamente, sin importar que la estructura donde se encuentren en el momento del siniestro, comience a sufrir daños que rápidamente pongan sus vidas en alto riesgo.

Otro ejemplo que tenemos son la aparición disturbios en una manifestación pacífica: las personas pueden asustarse y correr al escuchar la primera detonación de un arma porque sienten que sus vidas se ven amenazadas tras la fuerza bruta de las autoridades ,o pueden que agarren lo primero que se les cruce en el camino y entonces comienzan a defenderse de los agresores.

Por último, tenemos la pérdida de un ser querido ,muchas veces, las personas suelen entrar en una depresión que los paraliza por completo en sus hábitos, también sucede aunque duela la pérdida, la persona tiene el valor de continuar su vida hacia adelante sabiendo que no pueden cambiar su pasado por mas doloroso que haya sido, pero si su futuro.

En mi caso la situación que me aquejaba se enmarcaba en un estado de supervivencia, estaba a más de dos mil kilómetros debajo de la superficie terrestre, solo en su totalidad, sin contar con la ayuda de algún mortal o criatura alguna, rodeado al cien por ciento de un mundo submarino que sobrepasaba la imaginación del hombre, ni Julio Verne hubiese podido recrear en sus libros lo que yo observaba de forma atónita: un santuario submarino de dimensiones descomunales, sin peces o cualquier tipo de vida vegetal, ya que las formaciones rocosas que constituían este espacio eran las protagonistas de este paraje celestial, tal como los grandes Tepuyes en Venezuela, las montañas rocosas en Estados Unidos y el Machu Pichu en el Perú.

Este mundo era la recreación de una enorme civilización antigua, pero bajo el agua, con formaciones creadas por la madre naturaleza sin necesidad de la intervención del hombre tales como: columnas monumentales, rocas del tamaño de rascacielos modernos, senderos elaborados a la perfección, etc. Era como si el hombre en la antigüedad en vez de pulmones hubiese poseído branquias que le permitieron durante un determinado período poblar y habitar el interior del mar.