war of hormone ¦pjm. knj¦

🔺 D O S 🔻

Jimin miró sus manos con incomodidad, ya había pasado una hora desde que Namjoon se había ido y el se seguía sintiendo raro. Todo su estómago daba vueltas y su cabeza no podía parar de imaginarse mil y un cosas con su profesor. Desde un beso hasta mucho más que eso. Por un segundo este se sintió mal, estaba pensando así de una persona que no había dado incidicios de querer nada con el ¡y muchísimo más grande!

Jimin cerró sus ojos y apretó sus manos en puños sujetando su suéter de lana azul.

Se sentía como un enfermo.

—Relajate, Jimin, mamá y papá llegarán en cualquier momento.

Al final decidió subir a su habitación y darse una ducha fría, quizá una temperatura baja le haría entrar en razón y dejar de fantasear y sentirse extraño.

Jimin se posó frente al espejo, observando su reflejo y negó con desesperación.

Maldita sea, ¿quién le había dado permiso a Kim Namjoon de poner todo de cabeza?, una parte de él quería, mas bien deseaba, que el nunca hubiera llegado y lo hiciera sentir así. Sin embargo sabía que eso era inútil. De alguna forma había caído por su maestro.

Había caído por cada detalle que él tenía, por su voz profunda susurrando le al oído, por su lindo cuerpo, por la extraña belleza que se cargaba aquel hombre.

Jimin deseaba no sentir tanto por el, sin embargo seguía babeando con el solo recuerdo de sus manos chocando cuando ambos debían tomar algo o de sus miradas conectandose o de cualquier maldito mínimo detalle que Jimin captará.

—¡Jimin!— La voz de su madre desde la planta baja le hizo brincar. —¡Baja!

Jimin no respondió sin embargo se dio prisa en vestirse y bajar teniendo una sola cosa en mente: ¡Tenía que dejar de pensar en aquel hombre!

Hyunji, la madre de Jimin, hablaba animadamente mientras servía la comida, su esposo sonría cada vez que esta hacía una pequeña broma y la miraba atento.

Usualmente los padres de Jimin no se encontraban en gran parte del día, pero jamás permitieron que Jimin se sintiera sólo o excluido.

Cuando este era pequeño sus padres le había inscrito en todo lo que Jimin había querido aprender, desde artes marciales mixtas hasta arte, con el fina de darles tiempo a terminar su jornada laboral y poder pasar tiempo con el.

Usualmente sus padres salían después del medio día y llegaban al rededor de las 7 pm, lo primero era la cena, un momento familiar que nada ni nadie podía perturbar, después pasaban un par de horas platicando sobre su día y haciendo sus deberes juntos en la sala. Pará eso de las 10 cada quien era libre del pequeño momento familiar, sin embargo casi siempre terminaban pasándola los tres juntos viendo alguna película hasta pasada la e día noche.

Los padres de Jimin habían sido tan atentos tanto en su educación como amorosamente que nunca hubo cabida para algún sentimiento de soledad y abondono por el exigente trabajo de ambos.

Y eso Jimin siempre lo había agradecido.

Además, sus padres siempre habían sido del tipo a los que les podía contar cualquier cosa, por lo que Jimin no les tenía ningún secreto.

Sus padres tenían una muy buena fórmula en cuanto a su crianza.

Si Jimin cometía algún error ninguno lo regañaba, su padre era quien le ayudaba y lo guiaba mientras su madre era la amorosa que le prometía que todo iba a estar bien y me aseguraba que los errores eran inevitables.

Quizá por ello Jimin no estaba tan descarrilado como muchos a su edad.

—¿Cómo te fue hoy, cariño?

—Bien, mamá. Creo que voy mejorando, Namjoon hyung dice que solo soy muy penoso y eso me frena.

—Esta bien, querido.— Esta vez habló su padre. —Bien sabes que si fuera por nosotros las calificaciones no serían un problema. Pero un título es importante hoy en día.

Jimin sonrió, agradecido y un poco enfadado consigo mismo. Sus padres hacían todo por el y este solo podía pensar en lo caliente que era su profesor.

Namjoon esperaba la reacción de Yoongi, desde que había salido de casa de los Park había tomado su camino en dirección al hogar de su amigo. Se sentía tan culpable que no dudo en revelarle, sin muchos detalles, todos los sentimientos que había sentido por el menor al que estaba dándole clases. Yoongi lo había escuchado atentamente sin interrumpir a menos que fuera una pregunta llena de curiosidad o un comentario animando le a seguir con su historia. Sin embargo, ahora que había terminado de sacar todo lo que se había guardado durante casi tres meses, Yoongi no hablaba y sólo lo miraba como esperando que su cerebro escogiera las palabras correctas.

—Es un menos de edad Namjoon, y le doblas la edad para variar. ¿En que diablos estas pensando?

—Lo sé, lo sé. Pero te lo juro que no me quiero sentir así, maldita sea, me siento enfermo, ¿entiendes? Es un niño y es lindo y yo solo...

—Y tu solo no puedes dejar de pensar lo mucho que lo quieres joder.— Termino Yoongi soltando una carcajada haciendo que Namjoon se sintiera avergonzado e incómodo. —Estas jodido, pero no te culpo.

—Yoongi...

—No no no, creeme, cuando estaba dando clases en la universidad me tope con muchas caras bonitas, quién sabe que comen los niños de hoy en día que en la adolescencia se ven muy bien. Sin embargo, esta mal pensar así, y tu lo sabes. Por más que te guste, por más que te llame cual sirena no puedes ceder.

Yoongi sirvió un poco de licor en el basó de Namjoon, quien rápidamente lo tomó de un trago y espero a que este le sirviera más.

—Está mal, amigo, muy mal. Pero piénsalo así, los Park ya están en busca de tu reemplazo, solo tienes que aguantar un poco más.

Y Namjoon suspiro sintiendo un nudo en su garganta y mucho ñs ascos en su estómago pero al menos tenía la certeza de que pronto Park Jimin ya no sería parte de su día a día.